Origen de la hermeneutica






El origen de la Hermeneutica se halla en la teología cristiana. Viene tres palabras:griegas, que significan "yo descifro" "arte" y "a" literalmente significa el arte de explicar textos o escritos, obras de arte. Se relaciona con el dios Hermes, que era el encargado de llevar los mensajes secretos a sus destinatarios y descifrarlos.

Se define como hermenéutica al arte basado en la interpretación de textos, en especial, de aquellas obras que se consideran como sagradas. Desde la perspectiva de la filosofía defendida por Hans-Georg Gadamer, este concepto describe a la denominada teoría de la verdad y constituye el procedimiento que permite expresar la universalización de la capacidad interpretativa desde la personal y específica historicidad. Tomado de definición de Hermeneutica





Al interpretar la Biblia hay varias interpretaciones:

Benedicto XVI afirma en su Exhortación Apostólica Postsinodal Verbum Domini que para recuperar una adecuada hermenéutica de la Escritura es preciso una escucha renovada de los Padres de la Iglesia y de su enfoque exegético.
Aunque obviamente no conocían los recursos de carácter filológico e histórico de que dispone la exégesis moderna, la tradición patrística y medieval supo reconocer estos sentidos de la Escritura, que nos recuerda el dístico clásico recogido en el Catecismo de la Iglesia Católica (n.118): «La letra enseña los hechos, la alegoría lo que se ha de creer, el sentido moral lo que hay que hacer y la anagogía hacia dónde se tiende».

1. Sentido literal
Es el sentido expresado directamente por los autores humanos inspirados. Siendo fruto de la inspiración es, por tanto, también querido por Dios, autor principal de la Biblia. Se le puede discernir mediante un análisis preciso del texto, situado en su contexto literario e histórico.El mensaje literal de las Sagradas Escrituras es aquel que se desprende de la propia redacción y es captado por la exégesis filológica, que se desarrolla de acuerdo a las normativas de la correcta interpretación.

2. Sentido espiritual
Es el sentido expresado por los textos bíblicos cuando se leen bajo la influencia del Espíritu Santo en el contexto del misterio pascual de Cristo y de la vida nueva que proviene de él. Un ejemplo de ello podemos encontrarlo en la interpretación cristiana del libro del Cantar de los Cantares.El valor espiritual, en cambio, es el generado por Dios en el ser humano, al proponer un contenido religioso que permite complementar a los signos. En este marco es posible distinguir entre el sentido alegórico (a fin de que las personas de fe logren profundidad interpretativa al leer los sucesos. Por citar un ejemplo concreto: el cruce del mar Rojo es un símbolo de la victoria de Cristo y el bautismo), el sentido moral (los episodios mencionados en la Biblia pueden servir como modelo e impulso para un accionar justo) y el sentido anagógico o místico (aquel que apunta a demostrar que los santos tienen la capacidad de observar realidades y hechos perdurables hasta la eternidad).



3. Sentido pleno
Es el sentido profundo del texto bíblico, querido por Dios, pero que no es expresado claramente por el autor humano. Se descubre la existencia de este sentido cuando se estudia un texto bíblico a la luz de otros que lo utilizan, o si se pone en relación con el desarrollo interno de la revelación. Es, por tanto, el significado que un autor bíblico atribuye a un texto bíblico anterior, cuando lo vuelve a emplear en un contexto que le confiere un sentido literal nuevo. Por ejemplo, el contexto de Mt 1,23 da un sentido pleno al oráculo de Is 7,14 sobre la almah que concebirá, utilizando la traducción de los Setenta (parthenos): "La virgen concebirá”. Podemos así entender el sentido pleno como otra forma de designar al sentido espiritual de un texto cuando éste se distingue del sentido literal.







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