Teología de la belleza
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PAOLO PIFAN escribe TEOLOGÍA DE LA BELLEZA que en Rassegna di Teologia, 24 (1983) 15-32 realizada la tradución on y la exposición por JOSE ANTONIO GARI hace un estudio sobre el Valor Belleza aplicada a la teología.
Su resumen es: Siempre, a lo largo de la historia, las actitudes éticas han estado enfrentadas a las estéticas. La síntesis perfecta no se ha dado hasta el momento, al menos en el conjunto de la sociedad. El autor del presente artículo quiere contribuir a la formación de dicha síntesis; para ello, de un modo informativo, presenta cuatro grandes obras «actuales» que tratan sobre la belleza: las de von Balthasar. Evdokimov, Bernard y Häring.
La presentación de la conclusiones es:
CONCLUSIÓN
Si observamos algunos filones del arte contemporáneo, el rostro del hombre aparece afeado, perdido, desfigurado; pensemos en el teatro de Beckett, en la literatura del aburrimiento y de la desesperación, en la cultura de la muerte y de lo negativo. No obstante algo nace mientras todo parece morir: el hombre tiene más nostalgia de la alegría, de la danza, del canto, de los días felices. No es raro encontrar en el mismo panorama rasgos de luz e innovaciones de esperanza. Y enseguida nos preguntamos cuál sea el papel del arte en esta época de crisis y de incertidumbre. Pero preferimos llamar la atención al empeño urgente, casi visionario del teólogo, como sugiere von Balthasar: es preciso que los que espiritualmente sean capaces abran los ojos a la forma originaria del hombre en la existencia, iluminando de nuevo conjuntamente, la verdad, la bondad y la belleza. Es por esto que, según Evdokimov, en esta época de silencio y de olvido del hombre, la belleza puede ser portadora de verdad y de sabiduría. Bernard dice que la misma vida cristiana tiene necesidad de anticipar el término real hacia el cual tiende. En esto tiene que ayudarle la contemplación de la Belleza. Elevándose, el hombre no abandona sus propios deberes, sino que los realiza con más alegría y libertad. Desde la estética a la ética, la obediencia se asocia al cántico, como escribe J. Moltmann: sin la obediencia efectiva, los cantos deliciosos se vuelven fraseología vacía.
Es lo qué hemos intentado evidenciar en este nuevo filón de la teología contemporánea. En frase de G. Cristaldi: "del regocijado estupor frente al Misterio a las audacias de la caridad en los espacios de la historia".
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