Epistemología reformada

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Este método ha sido explicado por Francisco Conesa, La epistemología  reformada, en Revista de Filosofía XI 20 81998) 41-76

La epistemología reformada asegura que ciertas creencias no pueden ser probadas por la razón, sino que deben ser formalizadas por fe, y filósofos y apologistas cristianos tales como Alvin Plantinga han propuesto que las creencias de este tipo son "propiamente básicas" --esto es, que son garantes de confianza aún necesariamente sostenidas sin respaldo de evidencia. 

En lugar de desmitificarse, estas creencias son mantenidas, porque uno tiene inclinación natural a creerlas. 
Plantinga argumenta que la creencia en Dios no necesita llegar a través de la evidencia y el argumento, sino que puede ser una creencia natural e intuitiva "propiamente básica" fundada en tal experiencia.

Los apologistas reformados

Los apologistas presuposicionales alegan que la fe es una precondición trascendentalmente necesaria a la razón. En otras palabras, sin fe uno podría no darle sentido al razonamiento, en términos del proceso o de las leyes que lo gobiernan. Hace la afirmación de que el mismo concepto de "prueba", prueba la fe, y así la fe es la cosa más razonable que hay.

El solipsismo aplica un razonamiento similar al de arriba, para llegar a la conclusión de que sólo existe el yo, y toda realidad es simplemente una función de nuestra mente, sobre la base de que sólo la existencia del propio yo puede ser probada. 

Esta perspectiva fue registrada primero por el sofista presocrático Gorgias. El racionalismo contemporáneo tiene poco en común con el racionalismo histórico continental expandido por René Descartes y otros quienes dicen que confiaban en el razonamiento solipsista
Plantinga afirma que su argumento no incorpora el solipsismo, mientras que reconoce que muchas cosas no pueden ser probadas por la evidencia y la razón, también afirma que las cosas existen fuera de la mente. Así, concluye que la fe nos permite "conocer" cosas que no pueden ser estrictamente probadas.

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