500 años de la Reforma: Su sentido para la Iglesia católica

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 Fernando Rodríguez Garrapucho- Marcial Maçaneiro,  "La conmemoración de los 500 años de la Reforma: Su sentido para la Iglesia católica" en Rev. Pistis Prax., Teol. Pastor., Curitiba, v. 9, n. 2, (2017) 405-425. 



 Resumen 

Llegado en 2017 el quinto centenario de la Reforma protestante, son muchas las actividades que se harán por todas partes para conmemorar este hecho de importancia capital en el cristianismo y en el mundo. 
El artículo se hace eco de esta efemérides y se divide en tres partes. 
La primera se ocupa en mostrar por qué esta vez la conmemoración de la Reforma tiene un carácter inédito y del todo original: por primera vez no la recordará cada Iglesia por su cuenta, sino que la gran oportunidad que se presenta es poder hacer esta memoria juntos, protestantes y católicos. Es el fruto para el ecumenismo de 50 años de diálogo ecuménico entre Luteranos y Católicos, así como el fruto de distintos diálogos con otras Iglesias protestantes.
 La segunda parte presenta cómo la Iglesia católica, a partir del Concilio Vaticano II y de la herencia que le dejó para el futuro, es una Iglesia en estado permanente de reforma (ecclesia semper purificanda), por lo cual con este Concilio ella se ha acercado mucho a las justas reivindicaciones de Lutero y los reformadores del siglo XVI. 
La tercera parte contiene varias propuestas prácticas para la celebración conjunta de protestantes y católicos, de modo que esta conmemoración sea una buena ocasión para dar pasos firmes hacia la unidad visible y plena entre la Iglesia católica y las Iglesias nacidas de la Reforma. 



Los autores en la tercera parte proponen varias acciones:


1) Una primera acción es compartir la “Alegría del Evangelio”, curiosamente, y tal vez no por casualidad, el título y programa pastoral del papa católico actual.   El pluralismo religioso que vivimos en Europa, sobre todo con la presencia del Islam, pero muy presente en muchos continentes, no hace superfluo el ecumenismo, sino al contrario, lo hace más necesario de cara a la credibilidad del cristianismo.

2) Una segunda actividad es la oración por la unidad

3) La otra actividad es vivir con intensidad la espiritualidad ecuménica que nos lleva al arrepentimiento, la confesión de nuestras culpas y pecados contra la unidad y a una evaluación del pasado que nos abre a un futuro de comunión. .

4) La paz del mundo depende en gran medida de la paz entre las religiones. Y la paz entre las religiones no puede llegar si los cristianos no tenemos paz y unidad entre nosotros, y persistimos obcecados en nuestra división. Se trata de un bien imprescindible para la humanidad. 



5) Ya no es tiempo de prejuicios, sino de construir un presente distinto, sobre la base de nuestro bautismo. Por lo que hay otro imperativo que no puede esperar: el testimonio juntos de una fe que actúa en la misericordia


6) Una cuestión importante en la conmemoración es si las Iglesias de América del Sur, de Asia y de África (sobre todo protestantes) van a asumir la problemática de la Reforma como también suya, y no como si fuera algo de los problemas internos del cristianismo europeo. 

7) Un último factor es interesante proponer para las actividades que juntos se pueden emprender en este aniversario: es la cultura en la cual la Iglesia se halla enraizada. 

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