¿CÓMO SE INTERPRETAN LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS?

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Virginia R. Azcuy:

Ahora bien, los signos de los tiempos como acontecimientos significativos exigen un desciframiento, una interpretación

Hablar de signos de los tiempos supone la existencia de un sujeto intérprete, que en nuestro caso es la comunidad eclesial, un sujeto creyente en diálogo con su época un sujeto teológico o interdisciplinario, con sentido académico, pastoral y/o espiritual– que se dispone a aprender del tiempo presente y asume la tarea de discernir sus signos (cf. GS 4,11). 

Se plantea el desafío de una interpretación creyente de los acontecimientos históricos, una interpretación más global y universal del mensaje salvífico a partir de las marcas de la época; se intenta desentrañar en los signos del tiempo su sentido latente y oculto más allá de su objetividad real, su fuerza apelativa para la libertad humana y para la misión eclesial de anunciar el Evangelio.

El discernimiento de los signos de Dios en los signos de los tiempos es un servicio propio de la inteligencia de la fe, una escucha atenta a la llamada de Dios en la densidad histórica de los acontecimientos.


 La mirada creyente y la mirada no-creyente pueden coincidir al reconocer los signos de los tiempos como marcas que identifican una época, pero la fe cristiana busca comprender en ellos la interpelación del Evangelio bajo la guía del Espírituun sentido que los no-creyentes podrán percibir como apelación ética o religiosa frente a la historia

El criterio fundamental de discernimiento teológico para los signos de Dios en los signos de los tiempos es la presencia de Cristo y de sus signos mesiánicos (cf. Mt 16,3), es decir, los indicios del Reino de Dios en el presente y la manifestación de la voluntad de Dios para la comunidad creyente. 

El discernimiento es una forma de conocimiento orientada a la acción personal y eclesial, que impulsa la capacidad transformativa del sujeto que lo practica: la interpretación de los signos de los tiempos ayuda a descifrar una nueva comprensión del ser cristiano, indaga la nueva figura histórica del cristianismo e impulsa una renovación del testimonio ante los retos actuales.

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