Jesús exaltado perdura en la vida del mundo y De la Iglesia.

 Jesucristo tiene anclada su existencia en el seno mismo de Dios (preexistencia) y por eso puede ofrecerse como revelador y salvador escatológico para los hombres (proexistencia), de una revelación y salvación que se ha dado en la historia y se continúa ofreciendo, aceptando y celebrando en nuestro hoy, a través de la mediación privilegiada de la Iglesia (postexistencia). 
Con el término "postexistencia" no hacemos referencia directa a la condición de Jesús exaltado, sentado a la derecha del Padre luego de su existencia terrena, sino a su "perduración" en la vida del mundo y de la Iglesia.

  Michael Patrick Moore"En el umbral de la Porta fidei: fijar la mirada en Jesucristo", Stromata 68 (2012) 1-31

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