¿Cuándo llegan los franciscanos al monasterio de San Gines de la Xara?





Para la llegada de los franciscanos a San Ginés suele mentarse el año 1493, pero son bastantes seguros los documentos que apoyan el 1430.


Por otra parte, el padre Ortega se adentra con entusiasmo en descripciones geográficas del lugar y alrededores. En pleno Mar Menor y desierto a la vez, resultaba fundación ideal para el retiro espiritual. Razón por la que fue dedicado a la Recolección durante siglos. 


También se extiende el cronista, acerca de la fundación y acerca del importante personaje (don Juan Chacón, Mayordomo mayor de Isabel la Católica) que se empeñó en recuperar tal sitio. No sin ciertos encontronazos sobre la propiedad y hasta con la organización interior y jurídica de los franciscanos de la Observancia. 


De la geografía que rodea al convento escribe el cronista: 






Comunica el Mediterráneo su caudal a este Lago, o Mar Menor, por un estrecho tal que apenas tendrá de ancho veinte varas. Lo cual impide, el que puedan pasar las embarcaciones, no solo mayores, pero aún medianas, y por tanto, está aquella playa, más libre y segura de piratas argelinos, aunque está este país, frontero y bien cercano del de Argel y más expuesto a sus insultos. Bien es verdad que tal vez algunos moros prácticos, obligados del interés de la presa, aunque con tantos riesgos, han pasado dicho estrecho con algunas endebles fustas; pero también suele suceder que los mismos que vienen con tanta libertad a caza de esclavos, lo quedan ellos mismos, en castigo de su arrojo.(Ortega, Chronica…, 1:111. En 1607, en la imprenta del convento de san Francisco de Murcia, el franciscano Melchor de Huélamo, cronista y predicador, publicó Vida y milagros del glorioso confessor Sant Ginés de la Xara. Su plan era escribir tres libros, pero solo salió a luz el primero. La publicación se logró gracias a un acuerdo con el concejo de Cartagena. )


Añade que lo que más admira es el «extremado afecto» que se le tiene al santo, y que le obsequian tanto católicos como moros con grandes limosnas, principalmente en la fiesta del 25 de agosto. 
Concurren «no solo los moros y moras que se hallan esclavos en todo este Reino, que son muchos, sino es también algunos que suelen venir, de intento de varias partes de la Berbería». CCf. Francisco Henares Díaz, San Ginés de la Jara. Una aproximación a la religiosidad popular (Cartagena, 1988), 116- 121. )


Reproduce Ortega el habla de estos, quienes dicen que es «San Ginés el mayor Santo, y más piadoso que hay en el cielo, pues no solo atiende a las peticiones, y súplicas de los fieles moros, si también, de los cristianos, y al fin echando todo el resto a su expresión y elogio dicen que San Ginés, estar pariente de su Gran profeta Mahoma».


Confiesa que estas creencias las ha visto («con notable variedad») en otros escritores. Sabido es que las leyendas y cuentos sobre un tema se cobran esta variedad, según regiones.

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