Editorial de Concilium sobre neurociencia y teología

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Por la importancia y la reflexión que induce estos artículos copio íntegramente la editorial que presenta la revista.

Revista Internacional de Teología Concilium Nº362, Septiembre de 2015. Trabajo monográfico sobre

TEOLOGÍA, ANTROPOLOGÍA Y NEUROCIENCIAS

EDITORIAL
El cerebro humano se muestra con nuevos rasgos gracias a los recientes descubrimientos. El sistema nervioso demuestra que posee unas capacidades para reconstruir sus circuitos neurona- les que hasta hace poco eran insospechables. La flexibilidad con la que puede modificarse y adaptarse permite vislumbrar la intervención terapéutica para transformar lo mental, el psiquismo.
Surgen diferentes teorías con respecto a las capacidades de la conciencia para poder mitigar el dolor, fabricar la felicidad, la paz y el amor. Las investigaciones avanzan rápidamente y llegan a proponerse nuevas hipótesis que pueden dejar caducas a las precedentes que les han permitido emerger. Resulta difícil saber dónde nos hallamos realmente. En unas pocas décadas las neurociencias se han convertido en un eje de desarrollo importante de la investigación no solo con respecto al conocimiento del cerebro, sino también con respecto a la psicología, el control de las emociones y la vida en común.

¿Qué proyecto de ser humano esbozan? ¿Son los estados mentales una mera producción biológica del cerebro independientes de toda otra realidad? Una cosa es cierta. Las neurociencias actuales están haciendo evolucionar el modo en el que vemos, percibimos e imaginamos al ser humano y la conciencia. Y, por consiguiente, también afectan a nuestra forma de entender la relación con Dios, a nuestra comprensión y a nuestro discurso sobre Dios. ¿Cómo abordan estas cuestiones y debaten con ellas la filosofía, la antropología, la teología y la ética? Manteniendo siempre su capacidad crítica, estas disciplinas no pueden ignorar los resultados y los métodos de la investigación científica con el objetivo de analizar la pertinencia de las proposiciones que se hacen con relación al futuro del mundo y del hombre, de su progreso y de su salvación.

Los autores de este número sobre las neurociencias proceden principalmente del norte del planeta, debido al gran interés que tienen por el cerebro numerosos investigadores norteamericanos y europeos, como también los gobiernos y los empresarios que los alientan con su financiación. Pero vivimos en un mundo global, por lo que el modo de considerar estas nuevas formas de concebir al ser humano y la evolución consecuente de las teorías antropológicas tendrá un impacto decisivo para todos, sobre el modo en que vivimos y sobre el modo en que pensamos.

La primera parte de este número de Concilium trata de ver, a partir de tres artículos, cuáles son las posibles relaciones entre las neurociencias, la experiencia espiritual y la filosofía. El primer artículo, que aborda la relación entre la experiencia interior y las neurociencias, nos sumerge de lleno en el centro de la asombrosa «neuroplasticidad» del cerebro. Está escrito por el monje budista de tradición tibetana, doc- tor en genética celular, intérprete de francés del Dalai Lama, Matthieu
Ricard. Reside principalmente en el monasterio de Shechen en Katmandú (Nepal) y es miembro del grupo de investigadores del instituto Mind and Life, fundado hace casi treinta años, cuyo objetivo es alentar los estudios entre las ciencias búdicas del espíritu y las ciencias científicas. Los resultados experimentales de este tipo parecen demostrar que el cerebro puede ser entrenado y modificado físicamente. Bien dirigido, puede producir efectos beneficiosos sobre la salud y transformar las emociones negativas en recursos positivos. Centrándose en la comparación entre la compasión búdica, la empatía y el amor altruista, el autor concluye afirmando la necesidad de tener en cuenta el potencial de transformación del cerebro mediante el ejercicio mental para ponerse al servicio de los demás de un modo justo.

Will Crichton, de la Universidad de Warwick (Reino Unido), se pone a la escucha del filósofo francés Paul Ricoeur en el debate que sostuvo con el neurocientífico Jean-Pierre Changeux. Analiza las re- laciones conceptuales entre la «fenomenología hermenéutica» y la «neurofilosofía» contemporánea. El primer término remite al sistema filosófico de Ricoeur, que se apoya, por una parte, en el análisis del mundo tal y como es experimentado mentalmente por los sujetos, y por otra, en la interpretación de las informaciones recibidas y de los textos. El segundo término se usa para designar los trabajos de los filósofos que están fuertemente influidos por los desarrollos más recientes de las neurociencias cognitivas. También está relacionado con la aparición de teorías relativas a los límites de nuestros conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro y del espíritu. Esta contribución pone de relieve las inquietudes de Ricoeur aun cuando indaga en las dialécticas fecundas entre disciplinas y cien- cias. Ricoeur percibe en las neurociencias una posible reificación de cuestiones esenciales de la existencia humana —como, por ejemplo, la libertad de elección y de decisión—, al tiempo que reconoce que ciertos aspectos clave de su propio sistema filosófico pueden ser totalmente compatibles con las investigaciones de la neurofilosofía.

El tercer artículo es de Klaus Müller, profesor de Filosofía en la Universidad de Münster (Alemania) y titular de una cátedra sobre cuestiones fundamentales de filosofía en el ámbito de la teología. Müller se pregunta sobre las aportaciones y los límites de los conocimientos neurocientíficos. Las enfermedades neurológicas, que han aumentado mucho en los últimos veinticinco años, han fomentado el desarrollo de las investigaciones neurocientíficas.
Los avances en el campo de la inteligencia artificial forman parte de este mismo movimiento, así como todos los modos de existencia que se han transformado rápidamente y que se elaboran según modelos novedosos inimaginables hace tan solo un poco de tiempo. La neurología de vanguardia, con su cortejo de técnicas numéricas de altos vuelos, avanza como nueva oferta salvífica «al son de la chirimía». ¿En qué se convierten en este marco nuevo, en el que se propone la esperanza de una vida perfecta y feliz, los conceptos de persona, sujeto, conciencia y voluntad? ¿Se perfila aquí de nuevo la llegada de un sistema político totalitario? ¿Uno de los que, a partir de una ideología de la felicidad, puede conducirnos al horror, como los que ya conocimos en el siglo xx?

Así pues, en la primera parte de este número se plantean algunos elementos que tienen por objeto designar los desafíos que plantean las neurociencias a una antropología espiritual, conductual y filosófica.

Una segunda parte suscita algunas cuestiones sobre las consecuencias de su poder sobre la ética contemporánea. Esta parte es desarrollada por tres artículos.

El primero es el de Stephan Schleim, investigador de Teoría e Historia de la Psicología en la Universidad de Groninga (Países Bajos) y miembro del Centro de Neurociencias en la Universidad de Múnich (Alemania). Schleim se pregunta por la ayuda que aporta la investigación sobre el cerebro a la búsqueda de una autoridad moral suprema. Este tema ha suscitado mucho interés desde el año 2000. Reflexiona sobre la función de las neurociencias en relación con la moral, es decir, con la filosofía moral, la psicología moral o la teología moral. Él considera que se trata ante todo de un fenómeno de comunicación. Al querer dar una explicación sobre cómo se genera una decisión moral, las neurociencias se dan a sí mismas el prestigio de una autoridad moral. Sin embargo, no es este su lugar, según el autor. Nosotros no somos nuestro cerebro. Es extremadamente difícil llevar a cabo un cuestionamiento y una investigación sobre los pensamientos y las acciones morales. Todo resultado obtenido debería ser objeto de una reflexión crítica interdisciplinar y social, que subraye los límites pragmáticos y metodológicos inherentes a estos intentos.

En el segundo artículo de esta parte, Elisabeth Hildt, profesora de Filosofía y directora del Center for the Study of Ethics in the Professions en el IIT de Chicago (EE.UU.), se interroga sobre las conexiones entre las investigaciones neurocientíficas, las decisiones morales y la ética. ¿En qué medida la comprensión de los mecanismos científicos de las elecciones morales o de los juicios subyacentes influye en nuestros puntos de vista cuando tomamos decisiones morales o juzgamos la pertinencia de las teorías éticas? La autora recurre a los resultados de unas investigaciones realizadas por un grupo interdisciplinar dirigido por Joshua Greene y que fueron publicadas en 2001. Se describen y se analizan desde la perspectiva de su recepción en la ética y en la teoría del Derecho.

Hille Haker, profesora de ética en la Universidad Loyola (EE.UU.), analiza la cuestión del género desde la perspectiva de las teorías sobre el cerebro y sobre el cuerpo con las consecuencias pertinentes para la teología. Las neurociencias se conciben como un lugar particularmente generador de objetividad. ¿Puede encontrarse una identidad sexual en el cerebro? ¿Existe un cerebro masculino y otro femenino? De ser posible probar en el plano neurológico los caracteres correspondientes a los criterios tradicionales que definen lo masculino y lo femenino, la teología debería tenerlos en cuenta. Sin embargo, si se analizan los estudios científicos actuales, todo indica que la interpretación de los resultados neurocientíficos está más orientada por presupuestos sociales que por los resultados empíricos. La identidad sexual no está físicamente probada en el cerebro sino que aparece como algo construido, sin que por ello deba negarse una cierta facticidad biológica. Los resultados científicos no demuestran la existencia de una línea precisa de demarcación entre los sexos, sino, más bien, la de una banda ancha entre los polos idealizados de lo femenino y de lo masculino. ¿Cómo cambia esta constatación la reflexión teológica?


La tercera parte se abre con algunas perspectivas teológicas realizadas por dos contribuciones.

La primera es de Joël Molinario, investigador de teología práctica en el Theologicum del Institut catholique de París (Francia). Molinario aborda el lugar de la vulnerabilidad humana con respecto a las neurociencias. Las teorizaciones se suceden con la rapidez de los progresos técnicos realizados, con su comitiva de inten- ciones filosóficas. Las neurociencias podrían ser el argumento decisivo de una voluntad claramente dirigida a poner fin a la metafísica occidental de origen judeocristiano. Para aclarar este desafío este artículo recurre a dos debates: el sostenido entre Changeux y Ricoeur trata sobre «si las neurociencias pueden forjar una especie humana más moral», mientras que el tema que atraviesa el mantenido entre Schaeffer y Valadier es si «el ser humano es reducible a su descripción neurobiológica». ¿En qué queda la posibilidad de un ser humano falible?


Finalmente, Eduardo R. Cruz, profesor en la Universidad Católica de São Paulo (Brasil), interroga el discurso teológico a la luz de las neurociencias. ¿Pueden informarle y sostener los antiguos conceptos de la teología como la noción de natura pura, potentia obedientialis, capax Dei? ¿Cómo se comportan el discurso científico y el discurso teológico en sus relaciones?

El Foro teológico contiene cinco artículos sobre cuestiones de actualidad que llegan a interrogar nuestra actividad teológica.

Los tres primeros abordan la evolución de nuestras sociedades con respecto al género y a la familia.

La primera contribución, de Catherine Fino, analiza los desafíos teológicos de los debates suscitados en Francia en 2014 por el proyecto de ley sobre el matrimonio homosexual, que ha suscitado numerosas inquietudes entre creyentes de diversas religiones y ha provocado manifestaciones con abundante participación.
El segundo artículo, de Marie-Theres Wacker, aborda, con ocasión del 50 aniversario de la fundación de Concilium, la función que han desarrollado las mujeres en la revista.

La tercera aportación es de Susan Ross; en ella nos informa de los trabajos sobre las familias del Sínodo de los Obispos entre sus dos etapas.

Los dos últimos artículos nos ofrecen una mirada fundamentada y profunda sobre las consecuencias de dos crisis fundamentales en las que está hundido nuestro mundo y que lamentablemente están llamadas a perdurar. Uno está escrito por el director general de la Oeuvre d’Orient, Pascal Gollnisch, y nos permite echar una mirada a Oriente Medio para constatar el futuro de los cristianos sometidos a una prueba inconmensurable. El otro, realizado mediante un diálogo entre dos teólogos que habitan en las antípodas el uno del otro, Norbert Reck (Alemania) y Daniel Franklin Pilario (Filipinas), trata de las situaciones de los inmigrantes y refugiados en Europa y en Asia, con sus semejanzas y sus particularidades.
(Traducido del francés por José Pérez Escobar)

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