ESPIRITUALIDAD EN CIENCIAS SOCIALES Y SALUD: GENEALOGÍA Y USOS DE UN TÉRMINO



MARIOLA BERNAL SOLANO, ESPIRITUALIDAD EN CIENCIAS SOCIALES Y SALUD: GENEALOGÍA Y USOS DE UN TÉRMINO

ESTUDIOS ECLESIÁSTICOS, vol. 97, núm. 381-382, septiembre 2022, 423-463, ISSN 0210-1610, ISSN-e 2605-5147




RESUMEN: Espiritualidad es un término de creciente popularidad y difícil de definir como muestran sus diversos usos. Sensible al contexto histórico y cultural, este artículo plantea un recorrido por su genealogía a través de la sociología y la antropología de la religión y también del campo de la salud, donde existe un renovado interés en los últimos años. 
Entre las transformaciones socioculturales que han ido moldeando el concepto de espiritualidad, se analiza especialmente el giro que supuso la Nueva Era en su emergencia como objeto de interés y categoría analítica para las ciencias sociales. Se examinan las relaciones porosas entre los términos religión y espiritualidad, a la luz de las limitaciones metodológicas y de los desafíos que aún presenta este campo de estudio. Por último, se exploran las aportaciones sobre espiritualidad desde el ámbito de la salud y se reflexiona en torno a los profesionales del cuidado espiritual en los equipos sanitarios.

CONCLUSIONES

En este recorrido por la evolución de los usos y definiciones de espiritualidad nos encontramos con un término que, si bien comenzaba a independizarse de la esfera religiosa tiempo antes, es durante los años setenta del pasado siglo cuando transita por un marcado punto de inflexión.
 El movimiento conocido como Nueva Era y las transformaciones socioculturales que lo envuelven, visibilizan una explosión de nuevas creencias y prácticas que llevan a la espiritualidad a ser considerada categoría analítica propia para las ciencias sociales.

La velocidad de los cambios acontecidos en la esfera del sentido y en los significados de espiritualidad ha visibilizado las dificultades de adaptación de unas teorías y metodologías científicas apegadas a esquemas religiosos tradicionales y miopes a nuevas realidades. 

Transcurridos cincuenta años, la mirada y los instrumentos de abordaje continúan mostrándose
insuficientes, aunque también con algunos avances. La extensión de los límites conceptuales de espiritualidad ha dado lugar a definiciones más flexibles y también de enorme pluralidad. Esto presenta ciertamente un desafío para quienes buscan establecer una definición conceptual que permita análisis académicos productivos así como mediciones y comparaciones, especialmente en el ámbito de la investigación en los efectos de la espiritualidad en la salud. Pero quizá el fin no sea tanto el consenso en torno al establecimiento de una definición, sino su flexibilidad y posibilidad de adaptación según objetos y objetivos de estudio. 

Como sugiere Cornejo (2016), encontrar un equilibrio entre la necesidad de apertura y pluralismo de definiciones mientras se mantienen referencias mínimas para poder establecer comparaciones interculturales.

Las relaciones entre los conceptos de espiritualidad y religión se muestran a día de hoy porosas señalando la ineficacia de ser tratados como categorías estables. La independencia entre ambos se puede contar en grados a partir de unas formas de relación que son variadas y no determinadas.

Quizá más que definir sus límites conceptuales, el valor de este recorrido se encuentre en reconocer la capacidad de la espiritualidad para reposicionar lo religioso y lo secular comprendiendo las configuraciones de poder y de saberes en los cuales se articula.

Además de sus aportaciones en lo conceptual y metodológico por fines de investigación, en el campo de la salud la categoría de espiritualidad ha tenido repercusiones particulares. La recuperación de una visión holística en la asistencia sanitaria que garantice cuidados espirituales, proponiendo incluso la inserción de profesionales especialistas, parece un proceso imparable aunque no exento de resistencias. Oposiciones que también se dan en el creciente uso de terapias no biomédicas del que disponemos de muy pocos datos en España.

Todo apunta a que el camino a seguir pasa por continuar ampliando y desprejuiciando la mirada teórica así como afinando los instrumentos metodológicos para identificar todas las formas en que se presenta la espiritualidad en el presente marco de secularización y de diversidad de creencias. En una etapa de la investigación que se puede definir aún como exploratoria, se hacen especialmente necesarios los estudios en contextos locales y los abordajes cualitativos que permitan recoger información de una forma más profunda y articulada en sus contextos. Así podremos comprender mejor sus usos y construir instrumentos de medición más adecuados, para los casos en que lo cuantificable sea necesario.

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