Una parábola para tiempos de coronavirus: los jornaleros de la viña (Mt 19,30‑20,16)
Una parábola para tiempos de coronavirus:
los jornaleros de la viña (Mt 19,30‑20,16)
Jesús Peláez en Argumenta Biblica Theologica, 2021
Resumen
En las páginas que siguen se propone una lectura socio-económica de esta parábola, sacándola a conciencia del contexto en que se encuentra situada en el Evangelio de Mateo y eliminando lo que algunos autores piensan que pudieron ser retoques redaccionales del evangelista al núcleo de la parábola original de Jesús, si es que esto se pudiese averiguar con certeza.
Esta, al igual que la mayoría de las parábolas del evangelio, refleja escenas de la vida real, que servían a Jesús como
trampolín para enseñar en qué consiste el reinado de Dios o, dicho de otro modo, el estilo de vida que deben llevar los miembros de la comunidad cristiana. Solamente, al final, se dará una pincelada de cómo Mateo pudo reconvertir ese supuesto relato originario en una parábola en la que todo adquiere dimensión teológico-alegórica.
Después de hacer una lectura socioeconómica el autor escribe:
Hasta aquí hemos hecho una lectura socio-económica de la parábola, sin prestar atención a los retoques que creemos que Mateo pudo introducir en lo que podría haber sido el núcleo
original de la parábola.
Con estos retoques o añadidos, Mateo ha convertido el relato en una alegoría, pasando a segundo lugar el marco socio-económico del mismo.
Para ello, ha hecho preceder el relato de una frase característica de Mateo: “Porque el reinado de Dios se parece a ...” (Mt 20,1).
A partir de este momento, todos los elementos de la parábola se elevan a categoría de alegóricos.
Así, la viña se ha convertido en metáfora del pueblo de Israel (cf. Is 5,1-7; Jer 12,10) o de la iglesia como sucesora de Israel, y el propietario, descrito más tarde como el dueño-señor de
la viña, se ha vuelto figura de Dios.
El denario pasa a ser símbolo de la salvación; los contratados
a primera hora son los judíos o, según otros, los discípulos judíos que estaban con Jesús desde el principio, y los últimos llamados a la viña se convierten en figura de los gentiles o de los cristianos recientemente venidos del paganismo a la comunidad de Mateo.
Finalmente, Mateo ha colocado dos versículos al principio y al final que envuelven el relato en una especie de sándwich narrativo, que, en su versión habitual, se suelen maltraducir así:
19,30: “Y muchos primeros serán postreros; y los postreros, primeros”.
20,16: “Así, los postreros serán los primeros, y los primeros, postreros”.
De esta traducción, sin embargo, se deduce que no todos son iguales, sino que los primeros pasan a ser últimos y viceversa, lo que va en contra del sentido que hemos explicado de la parábola
que defiende la igualdad entre todos.
Por eso, proponemos con Juan Mateos, esta otra traducción más
acorde con el fondo de la parábola:
19,30: “Pero todos, aunque sean primeros, serán últimos, y aunque sean últimos, serán primeros”.
20,16: “Así es como los últimos serán primeros y los primeros
últimos”.
Tomando los adjetivos primeros y últimos con valor concesivo, estas dos frases adquieren sentido y cuadran perfectamente con la parábola que expresa la perfecta igualdad existente en la
comunidad cristiana.
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