Los árabes y la Biblioteca de Alejandría
Cuando el Imperio bizantino sufrió la arrolladora irrupción de los árabes y Egipto se perdió totalmente. La propia Alejandría fue capturada por un ejército musulmán comandado por Amr ibn al-As. Y fue justamente este general quien, según la tradición, habría destruido la Biblioteca cumpliendo una orden del califa Omar. El episodio es relatado en detalle por un autor siríaco cristiano del siglo XIII, Bar-Hebraeus, quien se refiere incluso a una gestión desesperada para salvar los libros por parte del teólogo Juan Filópono. Según esta fuente, el general árabe Amr ibn al-As era una persona sensible y cultivada, y tras escuchar las alegaciones de Filópono dirigió al califa Omar una carta en la que le pedía instrucciones sobre lo que había que hacer con los libros de la biblioteca. Omar, estricto en sus creencias, repuso: «Si esos libros están de acuerdo con el Corán, no tenemos necesidad de ellos, y si éstos se oponen al Corán, deben ser destruidos». La orden era clara y fue ejecutada sin contemplaciones. También las fuentes árabes, aunque muy posteriores a los hechos, reconocían la destrucción; una de ellas dice incluso que los libros se usaron como combustible en los baños de la ciudad y que se necesitaron seis meses para quemarlos todos.
Este desenlace ha sido muy discutido por los estudiosos. En el siglo XVIII, el gran historiador británico Edward Gibbon consideró que la historia era inverosímil, una invención para imputar a los musulmanes lo que en realidad había sido responsabilidad de los cristianos. Algunos autores creen que la Biblioteca desapareció de forma progresiva y que a la llegada de los musulmanes apenas quedaba nada, aunque cabe también pensar que para entonces hubiera muchos libros nuevos, de teología cristiana, junto a otros de mayor antigüedad, como las obras aristotélicas a las que se refirió el propio Filópono y que, según se dice, logró salvar.
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