Santa Hildegarda de Bingen: religión, ciencia y poder

Escultura de Hildegarda de Bingen de Karlheinz Oswald.

Nace a finales del siglo XI, y la consagraron a Dios como diezmo metiéndola en un monasterio donde aprendió latín y teología. Tuvo visiones desde pequeña, posiblemente un recurso literario durante siglos. Se convirtió en abadesa  y tras el permiso del abad, empezó a escribir y defendió su causa Bernardo de Claraval

Con el permiso del papa, tuvo gran prestigio y aumentaron las vocaciones religiosas y quiso trasladar e a otro lugar, a la tumba de San Rupert. ( en el contexto general del monacato benedictino, en esa época, se estaba produciendo la independencia de las comunidades femeninas de la tutela de los monjes en el orden disciplinario y también en el económico. Fenómeno por el que muchos religiosos no mostraban ninguna complacencia y al que en algunos casos, como en el de Hildegarda, se manifestaban contrarios). 

Pero esta separación le costó muchas críticas.  En el nuevo monasterio siguió escribiendo y componiendo música. No admitían monjas de clase humilde, vestían con velos de seda, llevaban anillos de oro... porque debía llevar ornamentos simbólicos tan vistosos como los sacerdotes y los obispos.

Se comunicó con  el papa, con políticos emperadores, predico al clero y en los pueblos y las abadía 

Escribio´12 libros, sobre la creación, el ser humano, de medicina, de  física, de ciencia..

De música escribió más de 70 obras

Por lo que se refiere al ámbito religioso, fue proclamada santa por el Papa Benedicto XVI el 10 de Mayo de 2012 y el 7 de Octubre de 2012, fue proclamada oficialmente “Doctor de la Iglesia”, título que sólo se ha aplicado a 35 cristianos.

Santa Hildegarda de Bingen nos dejó un valioso legado en las artes y las ciencias y un testimonio de inteligencia, fortaleza y astucia.