GESTION DEL CONOCIMIENTO DESDE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Una mirada desde la ética

 

 GESTION DEL CONOCIMIENTO DESDE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL 

Una mirada desde la ética 



Autor: Pedro Aurelio Gómez Zambrano 


RESUMEN 

La Inteligencia Artificial está dando un vuelco total a la manera de gestionar el conocimiento en la mayoría de las instituciones y corporaciones de la sociedad. El presente artículo se presenta como un análisis reflexivo sobre el devenir de la sociedad actual a raíz de la implementación de esta expresión tecnológica y el peligro inminente de catástrofes sociales dado el mal uso de ésta. Asimismo, se advierte del papel que debe jugar la universidad en la implementación de asignaturas, programas y actividades académicas en donde se establezcan medidas éticas al uso de la inteligencia artificial en todas las esferas de la vida social. Cabe señalar que las fuentes utilizadas son escritas y fueron tomadas de periódicos, libros, revistas entre otras., pero todas ellas halladas en la red. 



Para terminar este apartado del trabajo debo señalar que, definir al ser humano, ha sido una de las situaciones más difíciles que se han planteado filósofos, psicólogos, sociólogos, religiosos y los mismos hombres que se han dedicado a la ciencia dura; y existen tantas definiciones como corrientes y pensadores. 

Considero que el existencialismo del Siglo XX es, según mi opinión, el que ha estado más cerca de la respuesta, y su respuesta es bien paradójica al señalar que “nuestra naturaleza consiste en no tener naturaleza”. Dado que el hombre es un ser de plena libertad: no está definido sino en su libertad absoluta. Y es libre para hacer todo lo que quiera. 

Cabe destacar que la tesis central del existencialismo rechaza que haya una esencia de lo humano, (contrario al racionalismo), un modelo que debamos realizar, y sitúa en la libertad, el valor más importante del ser humano. 

Desde que nace, el ser humano es libertad pura: no es nada y puede serlo todo. Por eso no hay un camino marcado de antemano, sino que cada uno va formando el suyo en función de las decisiones que toma. 

El hombre está condenado a ser libre. Ha sido arrojado a la existencia sin ningún tipo de orientación sobre qué o quién debe ser, ni mucho menos sobre cómo ha de vivir. El ser humano incluye así una dimensión trágica: sin haber elegido la libertad con la que carga, ha de resolverla cotidianamente en cada una de sus acciones. 

Al negar la esencia, (el “Yo pienso, luego existo”), el existencialismo pretende centrarse en la existencia real, concreta y particular de cada hombre. Este debe ser para los existencialistas el verdadero objeto de la filosofía y cualquier otra cosa será un intento de distraer la atención, de divagar y esconderse en concepciones abstractas que no ayudan a comprender lo que ya somos, sino fundamentalmente quienes somos. 

Desde esta perspectiva, la vida humana es un problema, pero esto marca una ventaja, ya que el resto de los seres vivos no pueden elegirse.

 Para Sartre, estar siempre por hacer es una manera de realzar la figura humana; y, aunque su existencialismo incorpora ideas muy críticas con el género humano, no pierde de vista un componente ético. 

Así, Sartre defiende el compromiso y la responsabilidad como conceptos inseparablemente unidos a la libertad, destacando que su ateísmo no implica una degradación o un desprecio hacia el ser humano: al contrario, asumir que Dios no existe y que no hay ningún modelo de ser que tengamos que realizar, es una manera de destacar la dignidad y la grandeza del ser humano, que ha de convertirse en el auténtico dueño de su propia vida. 

Esta postura sartreana parece sumamente oportuna para el momento actual en la cual se encuentra la humanidad.

 Pues, ni siquiera la creencia en un Ser Supremo ha impedido llevar a cabo tal nivel de daño y de crueldad como se ha visto a lo largo de la historia: guerras, tristeza, dolor, muerte, desesperanza y, todo ese sin fin de tragedias, han sido causadas por la conducta irracional de los humanos. Ojalá, la libertad y unida a ella, la responsabilidad, den sentido a la vida humana y lleven a evitar situaciones como las ya vividas. 

Considero que la gestión del conocimiento en la universidad, más allá de técnicas pedagógicas innovadoras, acompañadas por la innovación científica, y plataformas tecnológicas guiadas por IA, debe llevar de manera implícita y explícita, como objetivo central y final de esa gestión, la meta de formar hombres para la libertad; y una libertad acompañada de la responsabilidad. Si esto no sucede, las maquinas inteligentes ocuparán el lugar de la humanidad y la devorarán.

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