Incorporación de las beguinas a Ordenes religiosas
In: S. Bara Bancel (ed.), Mujeres, mística y política. La experiencia de Dios que implica y complica (Col. Aletheia 11), Editorial Verbo Divino, Estella 2016.
" A lo largo de los años se produjo una progresiva institucionalización de la vida beguinal, que adoptará la regla dela Tercera Orden Franciscana o se convertirá en un convento demonjas de otras órdenes reconocidas (y enclaustradas).
En muchos casos asumieron la regla de san Agustín, y se hicieron dominicas o agustinas, y después también carmelitas, benedictinas y, con la Devotio Moderna, también Hermanas de la Vida Común.
El iniciador de esta espiritualidad y fundador de los Hermanos de la Vida Común, Geert Groote (1340-1384), apreciaba su forma de vida, como se desprende de sus palabras:
" Las beguinas no hacen profesión y no está aprobadas por la Iglesia. Esta únicamente las tolera, aunque con frecuencia ellas tengan puedan tener, según el juicio de Dios, mayor espiritualidad en sí mismas y entre ellas y una comunidad fraterna más verdadera que
los miembros de las órdenes terceras. Con frecuencia, ellas son más pobres y se hallan más despojadas de su propia voluntad que muchos religiosos relajados en sus conventos"
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