El Espíritu Santo y la experiencia psicológica en la transmisión de la fe y en la oración




El Espíritu Santo y la experiencia psicológica en la transmisión de la fe y en la oración

Vadillo Eduardo



La distribución de este texto será la siguiente: a) ¿Qué quiere decir que está presente el Espíritu Santo? b) Manifestaciones exteriores extraordinarias c) Transmisión de la fe con ayuda de recursos de la psicología d) La alabanza en el Espíritu Santo Como punto de referencia en toda la argumentación tendremos el siguiente texto de la Congregación para la Doctrina de la Fe: 

¿Qué Quiere Decir Que Está Presente El Espíritu Santo


La primera cosa que hay que explicar es qué quiere decir que se hace presente el Espíritu Santo. La fe confiesa que el Espíritu Santo es la tercera Persona de la Trinidad, y por tanto, en cuanto Dios, está ya presente en todas partes: no se puede entender que vaya localmente a un lugar donde antes no estaba. El sentido de la misión o envío del Espíritu Santo ha recibido diversas explicaciones en teología, pero creo que la más sencilla y profunda es la de santo Tomás 4 . 

Manifestaciones Exteriores Extraordinarias


Con el término carisma aquí nos referimos a lo que santo Tomás denomina «gracias otorgadas gratuitamente» (gratis datae) [I-II, 111, 1]. El término puede despistar, pues toda gracia es gratuita; sin embargo sato Tomás emplea esa terminología para distinguirlas de las gracias que santifican a la persona (gratum faciens) de las que hablábamos en el apartado anterior. Ya dijimos que son mucho más importante esas gracias que santifican, y en el centro de todas ellas está la caridad: todo el capítulo de 1 Cor 13 está precisamente dedicado a recordar que sin caridad ninguna manifestación extraordinaria del Espíritu Santo, incluso aunque sea verdadera, sirve para gran cosa. 

Transmisión De La Fe Con Ayuda De Recursos De La Psicología


En todo caso, es muy importante no confundir determinados efectos psicológicos que pueden darse en esos contextos con la acción de la gracia. La actuación del Espíritu Santo y los dones infusos por supuesto que dan lugar a un gozo del todo especial, pero es muy fácil, sobre todo al principio, que se pueda confundir el entusiasmo que se genera ante esa primera presentación de la fe con el gozo más profundo en el Espíritu Santo. En todo caso ya dijimos que nunca podemos pretender una experiencia psicológica de cuál sea nuestra situación ante Dios.

La Alabanza En El Espíritu Santo


Sin llegar a esos extremos que a veces se han dado en la historia, es cierto que muchas personas se muestran a disgusto en ese tipo de ambientes pues prefieren una expresión de la adoración mediante los gestos exteriores de tradición milenaria, como la genuflexión o las posturas que se adoptan en la liturgia, que es una forma de oración que cuenta con la garantía de la Iglesia, y es el culmen y la fuente de su actividad. Pretender imponer formas de adoración más allá de lo que marque la liturgia, o considerar "rigidos" y con problemas psicológicos a quien no esté dispuesto a participar en ese tipo de encuentros es algo sencillamente erróneo y que revela una ignorancia completa sobre lo que es la acción del Espíritu Santo en la Iglesia. Suponer que los movimientos o gestos más o menos espontáneos se deben al Espíritu Santo lleva a pensar en una noción impersonal del mismo: el Espíritu Santo no es menos personal que el Hijo, y no consta por el Evangelio que ante Cristo las personas se pusieran a realizar ese tipo de manifestaciones.

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