La teología en tiempos de inclemencia





José Manuel Caamaño López, La teología en tiempos de inclemencia, en Razón y Fe, 2019, t. 279, nº 1438, pp. 181-195,



RESUMEN: Aunque parezca un tópico decirlo, lo cierto es que no corren buenos tiempos para la teología, sobre todo para dedicarse a ella vocacional y profesionalmente. 

Con todo, quizá hoy más que nunca, la formación teológica es imprescindible de cara al futuro de la Iglesia, y no solo para las vocaciones religiosas, sino para todos aquellos que forman parte de la comunidad eclesial y que, por tanto, participan también de la misión evangelizadora de la Iglesia. En este sentido en el presente artículo de señalan cuatro factores que hacen de la teología algo necesario de cara al futuro. 


 O. González de Cardedal, El lugar de la teología, Real Academia de Ciencias Morales afirma que entre las dificultades de la teología están: 
1. La complejidad de la idea de Dios y las transformaciones que afectan a las religiones.

2. La preeminencia del método científico y los reduccionismos provenientes de algunas corrientes como el naturalismo ateo.

3. La crisis del lenguaje simbólico que tanta importancia tiene en el saber teológico.

4. La secularización de muchos ámbitos de la vida humana.

5. El cambio de valores, que también incide en los valores religiosos.

6. La difícil presencia de la teología en la plaza pública y en el ámbito educativo.

7. Dificultades internas a la teología misma para articular de forma adecuada la herencia recibida con la creatividad necesaria para hacerse significativa.

A esto se unen las distorsiones que en ciertos casos se hacen de la idea de Dios para justificar determinados intereses de otro orden.


Y en este sentido señalaré algunas de las razones o factores que hacen que formarse en Teología sea no solo algo necesario para quien tenga que desempeñar funciones eclesiales en el futuro, sino también algo imprescindible para el conjunto de los creyentes.


La teología es importante porque Dios es el gran tema de todos los tiempos La  teorías  de secularizaciónpredictivas respecto a la religión ha fracasado, por la cantidad de sectas y nuevos movimientos religiosos y también  po la continuidad de las religiones tradicionale


La teología es importante para dar razón de la fe en un contexto plural


La teología es importante ante el avance del cientifismo


La teología es importante para la búsqueda de la verdad ante la reducción y la fragmentación del saber el siglo xxi, una vocación compartida


Estamos viviendo un momento eclesial muy importante y apasionante, en el cual la Iglesia Católica, pero también todas las religiones, se juegan mucho en su credibilidad, en su forma de hacerse presente y en su misión evangelizadora y transformadora. No son pocos los retos que tenemos que afrontar de cara al futuro. Y pienso que los afrontaremos mejor cuanto mayor profundicemos en ese magno misterio del Dios revelado en Jesús de Nazaret. Sin duda que afortunadamente se puede ser muy buen creyente sin ser teólogo. Es más, una cosa no garantiza la otra. Pero seguramente avanzaremos mejor, serviremos mejor a la Iglesia y la
sociedad, y seremos más creativos, si la teología se convierte en una misión compartida, cada uno desde su lugar, dado que la teología ya no es solo una cosa reservada a los ministerios ordenados, sino también de mujeres y hombres laicos que quieren profundizar en el conocimiento del misterio de Dios que da sentido a sus vidas. Juan Pablo II decía que la Iglesia necesitaba ministros-puente, entendiéndolos como científicos-teólogos.


Yo creo que hoy la Iglesia necesita que todos los creyentes seamos ministros-puente con la sociedad para ser testigos del evangelio, de modo que podamos dar testimonio, pero también razón de la fe que nos mueve.


Pero en este sentido el Papa Francisco nos invita también a no limitarnos a una teología de escritorio, sino a estar en estado permanente de misión, a salir a las fronteras de la vida, a reformar lo que haya que reformar en la comunión eclesial para hacer más visible la buena noticia de Jesús. Y hoy, en un mundomuy plural en donde quizá lo que prima sea lo accesorio, lo relativo, la utilidad, etc., la teología no deja de tener ese carácter revulsivo o contracultural que rompe con la lógica imperante pero que, en el fondo, nos orienta hacia las cuestiones más importantes de la vida, hacia una visión más integral de las personas y del mundo y, en definitiva, también es una forma de trascender aquello que no puede agotar el sentido último de lo que somos y la esperanza que sustenta todo cuanto hacemos.


Por todo ello, la teología nos ayudará tanto a dar razón de nuestra esperanza como a evitar el naufragio vital que siempre acecha a nuestra existencia. Probablemente hoy el contexto que tenemos por delante no es fácil, de modo que serán muchas las dificultades para la teología. Pero con todo, pienso que tanto la cuestión por el sentido de la vida, como la pregunta por
Dios seguirá gozando de actualidad.


Y en que además de actual la palabra Dios siga siendo significativa tenemos todos los creyentes una misión irrenunciable en la que la teología nos puede ofrecer herramientas para llevarla hacia delante. 

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