Motivos de la crisis de la uva de Ohanes



La uva de “Ohanes” 


Democracia y mundo rural en la provincia de Almería Asociacionismo y conflictividad en la transformación del sector agrario (1977-1986)

Francisco Ferrer Gálvez. Tesis Doctoral Abril 2021

Desde finales del siglo XIX, la agricultura más destacada de la provincia, fue la producción de la uva de mesa, concretamente la especialización en una variedad autóctona llamada “Ohanes”, la conocida uva de “embarque” o de “barco”. Junto a este cultivo al parralero también se extendieron, en menor medida, las explotaciones de almendros o naranjos por la baja Alpujarra almeriense. 

Este ciclo económico dedicado a la producción de uva fue fundamental para la economía almeriense, a pesar de que tuvo un turbulento camino durante todo el siglo XX, donde transitó por períodos de bonanza, de crisis, algunas tibias recuperaciones y finalmente, la práctica desaparición de este cultivo en favor de una agricultura hortofrutícola mucho más dinámica. 

Sus inicios fueron bastante prometedores debido a la singularidad de la variedad de uva almeriense, caracterizada por ser bastante resistente, de fácil conservación y con una maduración tardía, características que le otorgaron una posición ventajosa frente a sus competidores en los mercados internacionales. 
Desde 1885 hasta el estallido de la primera Guerra Mundial en 1914 disfrutó de su época de esplendor, llegando masivamente la uva almeriense a los puertos de los países industrializados como Norteamérica y Europa. Los precarios sistemas de conservación que existían entonces favorecieron indudablemente el éxito de la uva almeriense, que era capaz de resistir a los largos trayectos en barco hasta los puertos de destino. Los sustanciosos beneficios que reportaba el cultivo de uvas atrajeron rápidamente la atención de la mayoría de los campesinos, que vieron en este negocio una salida a la precariedad de aquellas agrestes zonas. 

Este primer ciclo de expansión quedó truncado por la primera Guerra Mundial y posteriormente, durante la década de los veinte, por las plagas de la mosca mediterránea de la fruta (Ceratitis capitata). Sin embargo, fue con el estallido de la guerra civil y la llegada de la dictadura franquista, cuando se fracturaron los tradicionales canales de comercialización particulares que tan importantes fueron para traer aquella época de prosperidad agrícola. El nuevo régimen y su proyecto autárquico no hicieron más que agravar la situación de aquel frágil sector uvero, que además de tener que hacer frente a los problemas logísticos de posguerra, tuvo que lidiar con un fuerte intervencionismo estatal, lo que inevitablemente se tradujo en un decaimiento del negocio parralero.. 

Tras el término de la Segunda Guerra Mundial el negocio uvero experimentó una leve recuperación que se alargó hasta finales de la década de los 50, con un progresivo aumento de la superficie cultivada y de la cantidad de producción exportada. Pero esta renovación sectorial ya no se parecía a la estructura de pre-guerra, y unas nuevas problemáticas impidieron la re-consolidación del negocio uvero. Estos factores determinantes se manifestaron en la falta de inversiones estatales en el sector, agregando a la ecuación la especulación de la oligarquía próxima al Régimen que controlaba los canales de comercialización (los permisos de exportación), o también la falta de proyectos de mejora y diversificación de la producción. 

El sector uvero almeriense había desarrollado un modelo agrícola que combinaba tradición y modernidad, es decir, un cultivo orgánico característico de la agricultura tradicional, con una orientación mercantil propia de las agriculturas de los países capitalistas. Asimismo, necesitaba de una mano de obra intensiva debido a la escasa mecanización de las explotaciones, pero su producción final estaba enfocada casi en exclusividad a la comercialización. Además de esto, era un cultivo que necesitaba de grandes inversiones de capital. Estas características tan marcadas fueron heredadas posteriormente, a una escala mayor, por la agricultura intensiva hortofrutícola. 

Las causas del declive del sector uvero tienen mucho que ver con las causas de su auge, los medios de transporte y de conservación. A partir de la década de los 50, estos medios se habían desarrollado enormemente, restando la ventaja con la que la uva de “Ohanes” había triunfado anteriormente en el mercado internacional. Por lo que la propia competitividad mercantil fue desplazando la importancia almeriense a otros puntos europeos, y mucho tuvo que ver la creación de la CEE en 1957, donde los clientes tradicionales comenzaron a incorporarse. Los nuevos aranceles y la competencia directa en el mercado europeo de una uva italiana más versátil, dieron la putilla a un sector que no supo adaptar su producción ni sus estrategias comerciales a las nuevas 

. Murcianos y alicantinos sobre todo se fueron haciendo con el sector comercializador, desplazando su venta hacia el mercado nacional, que en 1960 constituía el 20% del total de la producción y en los primeros años de la década de los 70 casi un 40%173. 

El desarrollo de la agricultura en el litoral y los planes de colonización durante los años 60 y 70, fueron contribuyendo poco a poco a la merma al sector parralero. Muchos de estos agricultores fueron trasladándose a la costa a probar en los nuevos regadíos que se estaban creando y que además, parecían funcionar. 

Pero el acto final de este ciclo uvero estuvo determinado por las condiciones climáticas, en 1978, una ola de calor sahariano acabó con el 80% de la producción uvera, causando unas pérdidas estimadas de unos 2.000 millones de pesetas. Esta catástrofe contribuyó al estudio de la situación de la uva almeriense que desembocó, tras continuas negociaciones de los parraleros con las instituciones, en el decreto de reconversión de cultivos de 1980174. En las zonas parraleras que eran susceptibles de construir invernaderos, los agricultores arrancaron las parras e invirtieron el dinero de las ayudas en transformar las explotaciones. Con la entrada de España en la CEE y los reglamentos comunitarios se asistió a la desaparición de la uva en la agricultura almeriense. En 1990 sólo quedaban en la totalidad de la provincia menos de 2.000 ha dedicadas al cultivo de parrales.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Clasificación de valores en Ortega y Gasset

diferencia entre Sinodo y Concilio

Diferencias y semejanzas entre el Bautismo de Juan Bautista y Jesús