El Papa sobre la virtud teologal de la fe: «Es la virtud que hace al cristiano»

VATICANO

El Papa sobre la virtud teologal de la fe: «Es la virtud que hace al cristiano»

FRAN OTERO 52 MINS AGO

«Ser cristiano no es ante todo aceptar una cultura, con los valores que la acompañan, sino que ser cristiano es acoger y apreciar un vínculo, un vínculo con Dios», ha dicho durante la audiencia general de este miércoles

El papa Francisco ha continuado con sus catequesis sobre vicios y virtudes. Tras introducir la semana pasada las virtudes teologales, este miércoles ha comenzado a explicarlas una a una. En primer lugar, la fe, que «es la virtud que hace al cristiano».

«¿Qué es la fe? El Catecismo de la Iglesia Católica explica que la fe es el acto por el cual el ser humano se entrega libremente a Dios», ha comenzado el Pontífice, que, a renglón seguido, ha recordado a grandes hombres y mujeres de fe: Abrahán, Moisés o la virgen María.

Porque, ha dicho, «ser cristiano no es ante todo aceptar una cultura, con los valores que la acompañan, sino que ser cristiano es acoger y apreciar un vínculo, un vínculo con Dios: yo y Dios; mi persona y el rostro amable de Jesús».

Para Francisco, el gran enemigo de la fe no es la inteligencia ni la razón —«como algunos siguen repitiendo obsesivamente»—, sino que «el gran enemigo de la fe es el miedo».

«Por eso, la fe es el primer don que hay que recibir en la vida cristiana: un don que hay que acoger y pedir cada día, para que se renueve en nosotros. Aparentemente, es un don pequeño y, sin embargo, es el esencial», ha añadido.

Así, ha recordado que lo primero que piden los padres cuando acuden a bautizar a sus hijos es, precisamente, la fe. «Para un padre cristiano, consciente de la gracia que se le ha concedido, ese es el don que debe pedir también para su hijo: la fe. Con ella, un padre sabe que, incluso en medio de las pruebas de la vida, su hijo no se ahogará en el miedo. He aquí que el enemigo es el miedo», ha subrayado.

Finalmente, ha explicado que la fe es «el don más feliz» y «la única virtud que podemos envidiar». Porque el que tiene fe está habitado «por una fuerza que es solo humana», pues la fe desencadena la gracia y abre la mente al misterio de Dios.