Estudio de los fenómenos místicos y la neurología
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Contestación de Nogués
Sí, más patológicas: Por ejemplo, cuando muchos neurólogos que se han dedicado a lo religioso, estudian a los místicos —vamos a poner el caso de Santa Teresa–, se centran en lo que los auténticos especialistas llaman fenómenos paramísticos o pseudomísticos, que no son los fenómenos místicos interesantes. Entonces, el neurólogo se fija más en lo paramístico que en lo místico, y esto es una disfunción y un sesgo en el campo religioso que hay que destacar con mucha claridad; porque, si no, el análisis de lo religioso se orienta hacia lo que algunos autores llaman estados alterados de conciencia.
Estos estados no corresponden a la más frecuente y genuina experiencia religiosa. Son fenómenos marginales.
La mayoría de las personas religiosas no presentan ningún signo de alteración mental, y las experiencias religiosas más frecuentes corresponden a situaciones mentales perfectamente normales y sensibilizadas hacia los aspectos trascendentes de lo religioso, pero de una forma perfectamente comparable a la trascendencia estética o la ética, que no tienen nada de alteración en ellas mismas.
Que por otra parte no son exclusivos de la experiencia religiosa...
Evidentemente. Por lo tanto, esta dificultad es inherente al estudio neurológico de lo religioso. Es el caso también del estudio que se hace de la religión a partir de los soportes externos de lo místico; por ejemplo, el chamanismo, el uso de drogas, etc. Estos estados raros dan lugar a fenómenos que se pueden emparentar con lo religioso, pero esto no es lo más característico de lo religioso, sino un poco epifenómeno de lo religioso.
Contestación de Nogués
Sí, más patológicas: Por ejemplo, cuando muchos neurólogos que se han dedicado a lo religioso, estudian a los místicos —vamos a poner el caso de Santa Teresa–, se centran en lo que los auténticos especialistas llaman fenómenos paramísticos o pseudomísticos, que no son los fenómenos místicos interesantes. Entonces, el neurólogo se fija más en lo paramístico que en lo místico, y esto es una disfunción y un sesgo en el campo religioso que hay que destacar con mucha claridad; porque, si no, el análisis de lo religioso se orienta hacia lo que algunos autores llaman estados alterados de conciencia.
Estos estados no corresponden a la más frecuente y genuina experiencia religiosa. Son fenómenos marginales.
La mayoría de las personas religiosas no presentan ningún signo de alteración mental, y las experiencias religiosas más frecuentes corresponden a situaciones mentales perfectamente normales y sensibilizadas hacia los aspectos trascendentes de lo religioso, pero de una forma perfectamente comparable a la trascendencia estética o la ética, que no tienen nada de alteración en ellas mismas.
Que por otra parte no son exclusivos de la experiencia religiosa...
Evidentemente. Por lo tanto, esta dificultad es inherente al estudio neurológico de lo religioso. Es el caso también del estudio que se hace de la religión a partir de los soportes externos de lo místico; por ejemplo, el chamanismo, el uso de drogas, etc. Estos estados raros dan lugar a fenómenos que se pueden emparentar con lo religioso, pero esto no es lo más característico de lo religioso, sino un poco epifenómeno de lo religioso.
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