Razón y conciencia
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Arnold Gehlen afirma que el conjunto de ciencia, aplicación técnica y aprovechamiento industrial hace tiempo que es en sí mismo una superestructura automatizada y totalmente indiferente respecto a lo ético.
Cuando el funcionamiento técnico determina todo, el sujeto es marginado porque si se le deja, puede frenar la eficacia técnica. El hombre ya no cuenta, son lo poderes anónimos quienes determinan. Se produce un crecimiento de poder y una anulación de la humanidad, porque si los logros son beneficiosos no cuentan los individuos individuales. El hombre ya no es hombre, no piensa, no ejerce su libertad porque se ha socializado y universalizado las conciencias.
Pero lo más grave es la comprensión filosófica del hombre en este contexto, el rechazo de una ontología antropocéntrica, bien negando que el sujeto sea lo primordial en la realidad, pasando del sujeto al objeto, (anulando todo teología) bien viendo el problema humano en la dialéctica hombre-animal siendo la biología quien tiene la primera y la última palabra, o bien, la reducción antropológica a la física, siendo el hombre solo materia.
Hoy hay un rechazo de la razón a estas posiciones, y a los movimientos de corte fascista que generaron estas compresiones .
Frente a esto hay que recuperar la conciencia entendiéndola como con-ciencia es ciencia y algo más. El teólogo informa:
Ese con remite al orden personal, donde la racionalidad se insertan la totalidad de lo real y se ordena al prójimo, individual y colectivo. Hay que defender la razón y la conciencia.
Olegario González de Cardedal, no da consejos, ni normas, sino que presenta modelos de humanidad, con personajes diversos, personas que dejan cauces a la conciencia, a la razón, implantados en la realidad, libres, que tuvieron ciencia y vivieron con conciencia en nuestra historia.
Arnold Gehlen afirma que el conjunto de ciencia, aplicación técnica y aprovechamiento industrial hace tiempo que es en sí mismo una superestructura automatizada y totalmente indiferente respecto a lo ético.
Cuando el funcionamiento técnico determina todo, el sujeto es marginado porque si se le deja, puede frenar la eficacia técnica. El hombre ya no cuenta, son lo poderes anónimos quienes determinan. Se produce un crecimiento de poder y una anulación de la humanidad, porque si los logros son beneficiosos no cuentan los individuos individuales. El hombre ya no es hombre, no piensa, no ejerce su libertad porque se ha socializado y universalizado las conciencias.
Pero lo más grave es la comprensión filosófica del hombre en este contexto, el rechazo de una ontología antropocéntrica, bien negando que el sujeto sea lo primordial en la realidad, pasando del sujeto al objeto, (anulando todo teología) bien viendo el problema humano en la dialéctica hombre-animal siendo la biología quien tiene la primera y la última palabra, o bien, la reducción antropológica a la física, siendo el hombre solo materia.
Hoy hay un rechazo de la razón a estas posiciones, y a los movimientos de corte fascista que generaron estas compresiones .
Frente a esto hay que recuperar la conciencia entendiéndola como con-ciencia es ciencia y algo más. El teólogo informa:
Ese con remite al orden personal, donde la racionalidad se insertan la totalidad de lo real y se ordena al prójimo, individual y colectivo. Hay que defender la razón y la conciencia.
Olegario González de Cardedal, no da consejos, ni normas, sino que presenta modelos de humanidad, con personajes diversos, personas que dejan cauces a la conciencia, a la razón, implantados en la realidad, libres, que tuvieron ciencia y vivieron con conciencia en nuestra historia.
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