¿Quién hizo la capilla mozárabe de Toledo?


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La entera catedral de Toledo emana y evoca a Cisneros por sus cuatro costados. Con todo, hay un especialmente cisneriano: la capilla mozárabe, como ahora narra Sánchez Gamero: «Cisneros ordenó en 1502 unir el espacio de la capilla dedicada al Corpus Christi con la antigua sala capitular, para construir un espacio donde celebrar el rito hispano-mozárabe. 


La liturgia hispano mozárabe fue el legado vital y espiritual de la España visigoda que nació en el III Concilio Toledano del año 589, cuya práctica casi había desaparecido en la península por la invasión árabe. 


Cisneros quería mantener vivo el culto que aún practicaban en Toledo los mozárabes (cristianos en territorio islámico), por la riqueza litúrgica, teológica y cultural que suponía.

Es la recuperación histórica de algo más que una liturgia. Es la liturgia de Toledo, la de san Ildefonso, durante la época visigótica (siglo VII). Desde entonces hasta la actualidad, se celebran misas en ese antiguo rito, una tradición que se conserva en la catedral primada, en la capilla mozárabe. En esta capilla mozárabe, destacan los frescos de la Batalla de Orán, de la mano de Juan de Borgoña (siglo XVI), donde aparece representado el propio cardenal Cisneros, montado a caballo y bendiciendo la ciudad tras su conquista».

Obras de Cisneros

Pero hay más espacios de la catedral primada que nos hablan de él: «Además de la capilla mozárabe –prosigue Sánchez Gamero-, la custodia de Enrique de Arfe, encargada por Cisneros,  y la ingente variedad de obras que recoge la exposición, el cardenal dejó una importante huella en otros puntos de la catedral.

 Entre otras iniciativas, Cisneros amplió la capilla mayor con un nuevo retablo e hizo construir una nueva sala capitular. 
Su espíritu reformador le llevó igualmente a construir el claustro alto de la catedral, con la intención inicial de reglar la vida de los miembros del cabildo catedralicio, aunque los canónigos rechazaron la idea, y desde entonces este espacio sirve para custodiar el archivo y biblioteca capitulares, donde el cardenal Cisneros gestó dos de sus grandes obras, el Misal Rico y la Biblia Políglota».

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