Contenido de la experiencia cristiana
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Contenido de la experiencia cristiana
La experiencia cristiana tiene una continuidad antropológica que la une al resto de la historia religiosa de la humanidad (su abertura al Absoluto con la inteligencia, voluntad y corazón) y una continuidad histórica que la une a la historia de Israel (lo refiere al Antiguo Testamento).
El cristianismo es una religión histórica, positiva, cristológica, eclesial y pneumática.
Histórica porque aparece en momentos decisivos de una comunidad, fruto de la intervención divina peculiar y positiva en su historia, y los creyentes responden con confesiones de fe que remiten a los momentos fundante de su identidad. El cristianismo tiene su historia salutis relatados en la Biblia con Dios como autor, porque es Él el que llama, inspira, envía, juzga, castiga, sana y promete.
Positiva porque está centrada en torno a acontecimiento y personalidades que se han comprendido a sí mismas como llamadas, y enviadas por Dios con un mensaje para todos. En el Antiguo Testamento comienza con lo patriarcas, los profetas, y en el Nuevo, Jesucristo y los Apóstoles. Todos tienen una función mediatriz y mediadores de la palabra y la voluntad de Dios.
Cristológica porque Jesús es un judío marginal pero a la vez central y centrador. El cristianismo surgen en continuidad con el judaísmo pero a la vez, en ruptura con él. Algunos reconocieron los signos y los milagros que Él realizo y le confesaron Mesías, Señor e Hijo de Dios, y otros lo acusaron de blasfemo. Cristo es la autodonación de Dios en su Hijo desde toda la eternidad para compartir, redimir y divinizar a los hombres: es la encarnación, y ese Hijo muerto en la cruz y resucitado, fue reconocido como fundamento y sentido de la creación, de la historia y del futuro.
Eclesial. Cristo atrajo hacia sí a quienes le oyeron y les invitaba a compartir su forma de vida. Fue formando circulos concentricos en torno a él, y hoy se extienden a todos los lugares de la tierra. Por tanto la iglesia no es solo un aglomerado de individuos, sino la adhesión de los que han creído ofreciendo la vida divina como salvación de la existencia humana. Es una institución divina, es un signo humano, es un misterio, es una comunidad humana, un enigma e incluso un escándalo.
Pneumática porque el Espíritu está presente desde del momento de la concepción de Jesús, y está presente en la Iglesia como principio de novedad y a la vez de continuidad. Tanto Jesús como el Espíritu son dos constantes históricas co-intituyentes del cristianismo y cada una de ellas es personalizadora, del don del Padre en cada creyente.
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