Dios en el momento actual Pilar Sánchez Alvarez
Artículo personal
Título: Dios en el momento actual
Visión de la sociedad en Olegario González de Cardedal[1]
Resumen:
Se trata de un análisis de la sociedad actual desde la visión de este teólogo, buscando las causas de la crisis religiosa y de la indiferencia actual. Se ha usado como referente la obra no sistemática de Olegario González de Cardedal, es decir, sus artículos en los distintos períodicos, donde expresa su condición cristiana así como su ciudadanía. Se termina con una propuestas para purificar la sociedad.
Palabras clave:crisis de Dios, España, rasgos de la sociedad, transformaciones sociales.
Fecha de envío: 16/11/2016
Introducción
Antes de analizar la situación de Dios en la cultura actual es necesario comprender los cambios y las causas de las transformaciones realizadas en todos los ámbitos que la integran, y si existen distorsiones, proponer soluciones para anularlas o bien mitigarlas. Esto es lo que OGC ha realizado a través de su obra sistemática y no sistemática.
El hombre vive y se integra en una sociedad. Don Olegario afirma que las cuatro columnas que sostienen la sociedad son: la economía, la política, la cultura y la religión. Y las potencias realmente creadoras y dignificadoras de una sociedad, que la mantienen limpia y libre, son, según OGC, la ciencia, la cultura, la moral y la religión[2].
La cultura es un elemento constituyente de la vida humana, donde prevalece lo gratuito, la belleza, lo sublime. El hombre busca una visión de totalidad que la ciencia y la técnica no les ofrece. Tradicionalmente esta función era asumida por la religión y hoy, se la adjudican las concepciones filosóficas diferentes que intentan dar respuesta a los interrogantes del hombre sobre la existencia y que a la vez influyen en la elección de valores. Proliferan sectas destructivas y no destructivas, seudoreligiones, filosofías orientales, etc. Se está produciendo una secularización que aunque se pueda poner su origen en el Renacimiento, ha sido en estos últimos tiempos cuando ha llegado a la cima. La liberación de la mentalidad sacralizada para afirmar su autonomía y la del mundo hace que el hombre de hoy, el joven actual, no tenga unos criterios uniformes, sino una pluralidad del pensamiento en una sociedad pluralista, con visiones distintas del concepto de hombre, de su finalidad y de su existencia.
A la vez se observa múltiples contradicciones en el mundo: existiendo gran riqueza hay zonas del mundo que mueren de hambre; grandes avances científicos en todas las áreas y materias, y sin embargo, hay un gran número de analfabetos; gritos de libertad resonando en todos los confines, y aumentando las formas de esclavitud; variedad de concepciones filosóficas que buscan dar respuestas al hombre y lo está llegando a una deshumanización alarmante, etc.
La Nueva Apologética, orientación teológica en ascenso, con el objetivo de dar credibilidad a la revelación y presentar a la fe como razonable, no puede olvidar el contexto donde se inserta el hombre y este hombre de hoy se plantea las siguientes preguntas: ¿está Dios presente en la sociedad actual?, ¿se silencia el nombre de Dios?, ¿existe Dios o es una creación del hombre?, ¿qué proponen los nuevos ateísmos respecto a su existencia?, ¿Dios es una amenaza para la libertad del hombre?, ¿ha muerto Dios o lo hemos matado como afirma Nietzsche?, ¿han surgido dioses menores, falsos ídolos que han sustituido a Dios? ¿existe una Verdad, o diversas verdades?, ¿son viables todas las opciones morales?, ¿estamos condenados al determinismo biológico?, ¿como articular la fe en un pluralismo?, ¿cuáles son las relaciones de la fe con la ciencia?...
Por tanto, antes de responder a todas estas preguntas es preciso analizar la sociedad determinando el lugar y tiempo, es decir, en la cultura occidental del siglo XXI y delimitar la presencia de Dios en ella.
Relación de la Sociedad y Dios
En el momento actual se habla a menudo del silencio de Dios, del ocaso o eclipse de Él y, para comprender estos hechos y la realidad circundante con intención de poder influir sobre ella, se necesita conocer no solo la realidad, sino las causas que generan estas afirmaciones.
No se puede olvidar la secularización, las posmodernidad, la globalización, el individualismo, es decir, las características de la sociedad contemporánea donde el cristiano se inserta en el mundo. ¿Es fácil hablar de Dios hoy? En el mundo actual prima la indiferencia hacía Dios, porque el hedonismo, consumismo, relativismo, el conseguir todo de inmediato, entre otras causas, han bloqueado la reflexión del hombre, la búsqueda de su origen y de su destino.
Se sustituye el Dios- Dios, por el dios ciencia, el dios espectáculo; se ha olvidado de Dios, se le ha matado, se ha eclipsado. Olegario González de Cardedal escribe:
La evolución interna de la modernidad teóricamente guiada por las nuevas concepciones filosóficas o ideológicas, ha llevado consigo una descristianización del concepto de Dios. Los tres pilares del cristianismo: alianza, creación encarnación han desaparecido del horizonte y se piensa a Dios sin historia (alianza), sin mundo (creación), sin hombre sin encarnación (….). La memoria y la tradición como acceso a la historia, desveladora de Dios, pierden importancia. El relato de esa historia (Biblia) y actuación universalizadora de su fuerza salvífica (liturgia) en medio de una comunidad, asistida por el Espíritu (Iglesia), dejan de ser los lugares privilegiados del conocimiento de Dios; y son puestos en cuestión por la crítica bíblica y la racionalidad ilustrada. A ellos suceden el individuo, el filósofo o el historiador, que desde sí y ante sí quieren comprender y deciden después si aceptan a Dios por habérseles hecho evidente o lo rechazan por improbable o indemostrado[3].
En las últimas décadas las sociedades occidentales han olvidado su propia identidad, para adoptar un nuevo modelo basado en el relativismo, con la consigna de la libertad, anulando las creencias. Esto se extiende como una plaga, no solo entre los ateos del siglo XXI, quienes sustituyen la revolución socio económica del siglo anterior por la revolución sexual, familiar y moral, sino por la propia comunidad de los que se consideran creyentes, sin prestar resistencia a estas modificaciones. El relativismo, presente en la actualidad, se basa en el abandono de la verdad y la exaltación de una libertad mal entendida. En la entrevista realizada por José Manuel Vidal al teólogo, este insiste en que para restablecer esa verdad se debe poner en el centro de la reflexión a la persona: “La historia moderna ha sido el empeño sostenido por la conquista de todas las liberaciones y por la emancipación frente a todas las esclavitudes. Este proceso no tiene marcha atrás…La libertad religiosa es la garantía del resto de libertades”[4].
Ante la privatización de la religión, el intentar su ausencia de la vida pública, no se puede olvidar que el cristianismo ha estado presente en la gestación de la civilización occidental, pero también lo está en la sociedad actual, y es tan digna esta vida cristiana como la vida lúdica o la política y por esta razón, sí se exige reducirla a la intimidad como se está imponiendo en muchos estados, también habría que reducir a este ámbito a la política, a lo lúdico, a la estética o a la ética.
Si se elimina el concepto cristiano de la sociedad desaparecen los fundamentos de muchas realidades que hoy son naturales, como son el concepto de persona, los derechos humanos, la familia y el respeto a lo sagrado.
La sociedad no puede olvidar que el hombre busca sentido a la vida, anhela la verdad y desea la esperanza.
Transformaciones en la sociedad
Se ha producido un desencanto del mundo moderno, y tras un período de confusión, se está volviendo a unos valores posmodernos, a una pérdida del materialismo que ha invadido los últimos tiempos, y se intenta buscar una ética que regule la vida de las personas. Estos gritos proféticos de unos cuantos, denunciando la pérdida de valores, están presentes en la sociedad y son muchas las llamadas de atención que se está recibiendo sobre este problema. Esto hace que el tema de los valores se convierta en tarea prioritaria para todos, y sobre todo, para aquellos que están formando a las nuevas generaciones.
Las sociedades continuamente están cambiando. En el momento actual, donde todo vale y el relativismo es la opción más relevante, aparecen unos valores emergentes de gran vitalidad como son la solidaridad internacional, el cuidado de la naturaleza, la transparencia en las relaciones sociales y la oposición a cualquier forma de violencia, así como la denuncia de la vulneración y la transgresión de los derechos humanos[5]. Se pide insistentemente cambios en la sociedad, transformaciones que hagan al hombre más feliz individualmente y que sepa vivir en comunidad.
Pero para poder realizar transformaciones en la sociedad es necesario analizar las causas que las originan, para transformarlas:
… indagar qué otras realidades morales, culturales, sociales y religiosas están en juego, preguntarnos por los dinamismos, decisiones y acciones que debemos suscitar en el futuro. Están desafiadas estas tres instancias constitutiva de la sociedad civil: la cultura, la moral y la religión. Lo primero es aceptar los hechos, no negarlos, no achacarlos a fenómenos naturales necesarios, como si un destino ciego guiara la historia y tuviéramos que aceptarla con los ojos cerrados cual victimas de una suerte mortal. No se pueden desconocer los hechos, ni dejar sin analizar sus causas, porque la mera alternancia política no resuelve los problemas de una nación si no va acompañada por los ciudadanos con cambios fundamentales en el ejercicio de su libertad[6].
A) Algunos rasgos de la sociedad
La sociedad moderna conforme a parámetros relacionados con la civilización occidental permite distinguir, entre otros, los siguientes rasgos, algunos de ellos ya mencionados:
· Cada vez existen más avances tecnológicos y nuevos descubrimientos que inciden en la industria, en la medicina, en los transportes, etc., haciendo más fácil la vida de las personas[7].
· Ha aumentado la calidad y expectativas de vida de la población, ha cambiado la organización en el trabajo ofreciendo más tiempo libre, surgiendo la cultura del ocio.
· Se han producido en un tiempo cada vez más reducido, avances científicos y tecnológicos impensables para la sociedad de la primera mitad del siglo XX, pero con un ritmo cada vez más trepidante, ya que los avances se suceden sin apenas digerir los anteriores.
· Existen transportes rápidos, tren de alta velocidad, aviones con tecnología puntera, comunicaciones instantáneas por su rapidez, por su ámbito mundial, por las imágenes y sonido asociadas a las palabras, comunicaciones por satélite que convierten al mundo en una sociedad-red.
· Se ha asistido a la desintegración del átomo, con aplicaciones muy positivas en ámbitos científicos como la medicina, pero también con consecuencias negativas, como la invención y extensión de la carrera atómica.
· Surgen nuevos descubrimientos biológicos como la ingeniería genética, los avances en reproducción de plantas y animales, en genética humana y en psiquiatría y psicología, que están produciendo estupor y malestar si no son regulados por la ética.
· Aumenta el auge de la informática y las comunicaciones y su uso generalizado, entretenimientos como videojuegos, Internet, redes sociales, telefonía móvil, comercio electrónico, etc. En ocasiones produciendo adicción y como consecuencia soledad[8].
· Aumenta el uso de las tarjetas de crédito, de la fotografía digital y de infinidad de objetos tecnológicos que facilitan la vida cotidiana.
Es decir, continuamente los avances científicos transforman la vida de las personas en sentido positivo, pero en ocasiones estos llegan a deshumanizarla.
B) ¿Cómo estos progresos han cambiado a las personas?
Todos estos avances, así como otros no mencionados, han cambiado la forma de vida del hombre actual, que se caracteriza por:
a) Mayor calidad de vida
b) Consumo exacerbado.
c) Un progresivo alejamiento de la naturaleza[9].
d) Ha bajado alarmantemente la natalidad en los países occidentales, descenso de la mortalidad y aumento de la esperanza de vida[10].
e) Cambio del ambiente rural por el de la ciudad. Éxodo rural y una masiva urbanización, desapareciendo las fronteras divisorias entre las clases sociales. La sociedad se encamina hacia la “aldea digital total” pero al mismo tiempo el paro, la delincuencia, la agresividad, la droga, la soledad, hacen estragos en el hombre[11].
f) Ambientes multiculturales. Migración de los países del tercer mundo hacía los países desarrollados, que ha intensificado conductas xenófobas y rasgos de violencia en la sociedad. OGC afirma que Europa se encuentra ante dos imperativos sagrados. De su respuesta a ellos depende que logre un futuro en dignidad o pervierta el destino ya logrado y su misión aún pendiente. Uno de ellos es la abertura al mundo de la pobreza en los países de su entorno y el otro es reconstruir sus fundamentos de humanidad[12].
g) Dominado por lo fáctico, por lo inmediato, por una conciencia exagerada de los derechos, pero con pocos deberes, muy hedonista y superficial. Se muestra incapaz de aceptar la finitud y la muerte[13].
h) Búsqueda de la libertad, la individualidad y el éxito propio, sustituyendo el conocimiento que se debería adquirir por los métodos científicos por el de los medios de comunicación, consumista de todos los bienes a su alcance, incluso de sí mismos, y de los avances tecnológicos afectando a las relaciones sociales[14]. Un gran mal es la soledad del hombre actual, no la soledad necesaria para relacionarse con Dios, sino la soledad que destruye al hombre[15].
i) Mayor secularización, es decir, la liberación de la mentalidad sacralizada para afirmar su autonomía y la del mundo[16].
l) Desintegración familiar, la violencia familiar, los vínculos fugaces, el sexo libre, la nuclearización familiar, el trabajo fuera del hogar y la renuncia a educar a los hijos. OGC afirma: En los últimos años hemos asistido a una revolución de la estructura y derribo de los dinamismos de la familia[17].
j) Banalización en las relaciones sociales
OGC expone lo anterior afirmando:
Se ha refinado la educación técnica de las nuevas generaciones; pero se ha desistido o considerado imposible una educación moral, pensada en el ámbito público de la sociedad, llevada a cabo por las distintas instancia e instituciones, protegida y fomentada por el Estado. Todo ha sido relegado al foro de la conciencia individual encerrada y cerrada sobre si misma. Pero esta por sí sola ha sido, sigue siendo, incapaz de responder a los asaltos y dominación de los poderes anónimos que imponen por la publicidad, el comercio o la política otros criterios, donde lo moral no existe[18].
k) Aumento de la pobreza tanto en los países desarrollados, debido a la crisis económica, como en los países del entorno de Europa[19].
El proceso de globalización ha sumido en la pobreza a muchas naciones, a veces por las luchas políticas y religiosas, pero también porque muchos de sus líderes son corruptos y permiten a sus pueblos seguir en la miseria. Se produce una desigualdad en el reparto de la riqueza, ya que los países del llamado primer mundo explotan las riquezas naturales de esos pueblos que siguen sumidos en la pobreza, y los países ricos buscan nuevos territorios para aumentar su riqueza y la explotación de los nativos.
l) Problemas religiosos: después del 11 de septiembre y el de marzo nadie deja de lado las cuestiones religiosas, en ocasiones como conflictos, en ocasiones como soluciones, percibiéndose una pluralidad frente a las profecías de uniformidad auguradas en el mundo globalizado, la presencia y el incremento de formas nuevas de religiosidad y el agotamiento de las religiones tradicionales.
A la vez, durante mucho tiempo hubo quienes asociaban el desarrollo de las propuestas religiosas con el estado de presunto primitivismo de los pueblos estudiados, y, desde perspectivas positivistas o marxistas, vaticinaban la muerte y la desaparición de las religiones con el avance del desarrollo científico. Estas propuestas, que planteaban la muerte de las religiones como resultado de la confrontación de las ideologías religiosas con el conocimiento científico, entraron en crisis a finales del siglo XX[20].
C) Causas de estas transformaciones
Una de las preguntas es sí existe una causa o si son diversas. Al analizar la masacre del atentado de once de septiembre[21], OGC afirma que junto al enfrentamiento religiosoestablecido por algunos, (lucha entre las disputas de los países cristianos y otras religiones) se da un enfrentamiento económico(la lucha por apoderarse de las energías, y las fuentes de riqueza de los países del tercer mundo) y político. OGC condena este acto terrorista como condena toda violencia que se opone a la paz y constata que las causas son múltiples.
Todo lo mencionado anteriormente se concreta con las siguientes palabras de OGC:
Los presupuestos fundadores, los tres grandes universales, los tres grandes ideales de Europa fueron la cultura (sabiduría), la ética (responsabilidad y motivos para no sucumbir a las tentaciones. Al no haber sido así, el prójimo se acuerda de su Catecismo Astete y de los pasos necesarios para restaurar la justicia y la verdad: examen de conciencia, contrición de corazón, propósito de enmienda, cohesión la religión (abertura, respuesta a Dios); hoy son la tecnología (transformación de la realidad material), la economía, (creación de riqueza) y la política (ordenación técnica de la convivencia). Estas bellas conquistas necesitan de aquellos fundamentos, y sin ellos pueden volverse contra el hombre y aniquilarlo físicamente o moralmente[22].
Es decir, las causas de las transformaciones, en ocasiones nefastas para la sociedad, son olvidar y realizar la vida humana sin sabiduría, ética o religión, olvidando la necesidad de estas para que el hombre tenga dignidad y sepa convivir con los demás.
Analizadas las causas Don Olegario propone para solucionar estos problemas, un cambio en la manera de pensar, de sentir y de obrar[23].
Ante las transformación negativas, Olegario González de Cardedal da una serie de puntos que abren a la esperanza antropológica[24]. Son las paradojas aprendidas sobre todo a la luz del Encarnado, del Crucificado y del Glorificado; del que no es un pasado muerto sino un presente vivo y vivificador en respuesta a Nietzsche, a su “muerte de Dios”:
· Nada hay más transparente que lo invisible.
· Nada hay más eterno que la entraña del tiempo.
· Nada hay más presente al hombre que la vida futura, porque nada hay más constitutivo de la vida que el saber de la muerte.
· Nada hay más realista que orientarse por ideas, ateniéndose a las humildes y radicales exigencias de los ideales, porque estos existen para llegar a ser realidades
· Nada hay más real que lo espiritual.
· Nada hay más espiritual que la carne del hombre.
· Nada hay más fecundo intelectualmente que la metáfora y el símbolo, a los que están ordenados y de los que derivan el concepto y la definición.
· Nada dice más sobre la realidad de este mundo que una “metáfora” (=la palabra que lleva las cosas más allá de su implantación física a su figura originaria, su sentido en el tiempo y su meta eterna).
· Nada hay más cercano a este mundo que aquel otro mundo, que lo constituye como su entraña, sin separación de superficie y esencia.
· Nada hay más divino que el hombre, porque ya nada hay más humano que Dios, y el lugar concreto de esa convergencia enamorada entre ambos es Cristo.
Esto sitúa al hombre en su justa medida, y a Cristo en la esperanza del cristiano. Ante un mundo cambiante, disgregador, indiferente, Cristo es el anclaje de la Humanidad, Cristo es la respuesta.
Razones de la crisis de Dios
En el discurso de OGC en la Real Academia de Ciencias Políticas y Morales, en la sesión del día 13 de noviembre de 2012, titulado Europa, Cristianismo y ateismo, expone las razones posibles de la crisis de Dios en la sociedad actual. Enumera las siguientes:
La idea de Dios es impensable en una sociedad que reduce todo a funcionalidad, a experiencias inmediatas, a la primacía de la subjetividad y rechazo de la exterioridad, de la palabra como fuente de verdad y de transcendencia.
A) Enumeración de laz razones:
· La incompatibilidad de la idea de Dios con la ciencia tanto por algunos científicos como por algunos teólogos.
· La desacreditación de Dios por parte de los creyentes con sus conductas y la ambigüedad de las medicaciones con una falta de coherencia absoluta
· La violencia generada por el monoteísmo y la idea de religión verdadera, condenando a las demás como falsas
· La inconciliabilidad de la verdad de Dios con la libertad del hombre, enemigo de la democracia
· La falta de interés por la vida futura
· La pérdida de memoria de los signos históricos de Dios
· El ocultamiento del dolor, del sufrimiento, del fracaso, de la muerte
· La apatía del hombre actual, buscando solo el hedonismo, conformándose con su finitud
· El influjo de los maestros de la sospecha en los siglos XIX y XX
· Pérdida de grandes proyectos con el nihilismo que niega la realidad de todo lo suprasensible como fundamento de la realidad
· La falsa creencia sobre Dios para explicar distintas realidades que en el momento actual encuentran respuesta en soluciones científicas, técnicas o sanitarias.
Realmente el hombre vive en unas circunstancias que dificultan la presencia de Dios ya que junto a todas las transformaciones anteriormente citadas debidas al progreso producido por los avances en todas las ciencias, hay una desconfianza en la razón debido a los distintos movimientos sociales junto al laicismo[25], la aparición de los nuevos movimientos religiosos, al problema entre la verdad y la libertad, el buscar la funcionalidad en todo lo que sucede…
B) ¿Quién forman la sociedad y su situación respecto a Dios?
Hay un cambio generacional con unas ideas religiosas diferentes al siglo anterior: OGC afirma que una sociedad está formada por tres generaciones[26]: la remanente, la dominante y la emergente. Los que tuvieron el poder y las decisiones en sus manos, los que actualmente lo tienen y los emergentes, que, o bien siguen en concordancia con los anteriores, a cierta distancia de ellos o bien, en rechazo absoluto.
Al hablar de la generación pasada en España, la remanente, afirma que hay que remontarse a los universitarios entre los años 1968 y 1985, que vivieron el mayo del 68 y las transformaciones económicas, política y morales precursoras de la época moderna. Esta generación vivió un hecho indeleble en la historia de España, como fue la Constitución de 1978, experiencia de concordia, consenso y unidad.
¿Cómo vivió el catolicismo esta generación? Casi todos habían nacido en hogares católicos sin raíces intelectuales, y algunos de ellos pasaron por el marxismo e incluso mezclando conceptos, siendo prioritarios la política y la economía para caer en un mesianismo social y político. La política había desplazado a la moral, a la cultura y a la religión.
La generación dominanteactualmente tiene un problema de relación entre sus progenitores y sus hijos. En el artículo Anatomía de una generaciónescribe: “esta generación dominante se encuentra psicológica y moralmente ante un abismo: no cree ya como sus padres y a ella no le creen sus hijos”[27].
A sus hijos los criaron entre algodones, rompiendo con la educación proporcionada por sus padres que le dieron todo a costa de sacrificio, y a la vez, a los actuales, les han exigido escasas obligaciones, deberes y valores. Y como fruto de esa educación, junto a otros factores, ha surgido lo que no se sabe si denominar posmodernismo, o pensamiento débil, o trans-modernidad, etc. Y en ocasiones, reaccionan con resentimiento ante el cristianismo, contra sí mismo o contra la sociedad… Al descartar la religión eligieron la política, el psicoanálisis y la filosofía y las tres, en muchas ocasiones les defraudaron.
¿Cómo inciden estas tres generaciones en la sociedad? La forma de ejercer en el pasado las decisiones de una sociedad forma parte de la propia identidad de esa sociedad porque es parte de la historia envolvente de su cultura, así como las del momento presente y las tendencias sociales que se proyectan al futuro.
Después del atentado de las Torres Gemelas, la sociedad occidental cambia e incluso, se plantea las consecuencias que podrían resultar de una guerra cuyo origen estuviese en ese atentado[28].
Al preguntarse cómo se define esta sociedad hoy día en el artículo Tres libertades comenta: “Cada siglo y cada cultura tiene sus palabras y cada palabra encuentra su despliegue dentro de una cultura o de un siglo”[29]. OGC pone como palabra clave de los siglos XVI y XVII la experiencia; la del siglo XVIII la razón; del XIX la historia y la libertad y las del siglo XX y siglo XXI son todas ellas, pero con otra perspectiva totalmente diferente, porque se hace desde la perspectiva de un nuevo futuro.
La característica fundamental actual es la libertad y el autor habla de libertad de; libertad con; y libertad para:
Estas tres libertades son inconmensurables entre sí: cada una de ellas tiene sus contenidos y requieren un método propio para ser alcanzadas pero no pueden vivir separadas. Cada hombre y cada generación se sentirán llamados a conquistar en primer lugar una u otra: la libertad de, como independencia, liberación, emancipación; la libertad con, como herencia, comunidad solidaridad; la libertad para, como personalización, destino único, misión histórica[30].
En el año 2000, cuando apenas había terminado el conflicto en Kosovo, aparece en España el conflicto en El Ejido. Al analizar estas grandes tragedias, capta las causas que motivaron estos dos sucesos y de algunos acontecimientos contemporáneos, para llegar a una conclusión: todos estos hechos tenían unas causas originarias comunes que no eran más que manifestaciones de racismo y xenofobia. Pero, OGC se pregunta, ¿esas causas son productos del momento actual, o bien reaparecen porque estaban latentes?
Estos conflictos son productos de esos prejuicios religiosos, culturales, nacionales, gestados en épocas anteriores y que en un momento dado afloran y se proyectan en el presente y en las situaciones futuras[31]. Es decir, las generaciones pasadas las gestaron, la dominante las experimentan y OGC se pregunta como será en las generaciones futuras.
El teólogo al reflexionar sobre qué confiere dignidad y libertad, confianza y riqueza a una sociedad[32]se contesta con dos conceptos fundamentales que son la conciencia y la participación,afirmando que sí el hombre no participa no es libre.Participación en la política, en la educación, en el pensamiento, en todo lo que forma el ámbito de una persona.
¿Qué pide Don Olegario a la sociedad, a las generaciones dominantes y emergentes? Esta respuesta aparece en varios momentos de su reflexión y es no dejarse subyugar, defender estas potencias primigenias frente al poder político.
Por este motivo, en defensa legitima de la presencia de la religión en la sociedad afirma que la altura intelectual de una cultura, de una sociedad, se manifiesta con la objetividad con la que asume toda su historia, y la historia en todas las culturas está ligada al hecho religioso[33].
De ahí su concepto de cristianía que designa la apropiación intelectual, la elección volitiva y la vivencia histórica de la fe cristiana, inseparable de la realidad histórica y teórica que es el cristianismo y de la forma comunitaria que él ha tomado a lo largo de los siglos, es decir, la cristiandad o Iglesia[34].
No es una propuesta en general. OGC presenta la convivencia y la colaboración con la ciudadanía (Sociedad, Estado, Gobierno) desde su compresión cristiana de la realidad.
A la generación emergente le queda tareas importantes por hacer asumiendo el pasado para transformar el futuro en una sociedad más humana.
Situación en España
Al fijar su mirada en España expone tres hechos que están pervirtiendo la conciencia española: la conciencia de que todo es corrupción por parte de personalidades con responsabilidad pública, cargos políticos y cargos morales de la sociedad, aireados por una prensa que vive de lo negativo, de la acusación permanente, olvidando que la inmensa mayoría de los españoles son honrados. Otro hecho importante es que no se valora a las personas sino la realización de los distintos trabajos con la correspondiente remuneración económica[35].
Estas palabras expresan el sentir de miles de españoles que ven como cada vez su nivel de vida se reduce y a la vez, se incrementan los impuestos y algunos se enriquecen de forma desproporcionada frente al aumento del número de parados:
La corrupción política ha creado desconfianza social. Unas instituciones financieras nos han azuzado para adquirir cosas innecesaria y pedir préstamos que luego con dificultad podemos pagar. Viviendo sobre nuestras posibilidades nos hemos vuelto irresponsables ante nuestro propio futuro y el de la nación. El dinero se convirtió en el valor absoluto en un sentido y trivial en otros. Instituciones sociales, como algunas cajas de ahorro, por presión de los partidos políticos en unos casos, por fallos éticos en otros, por falta de pericia gestora finalmente, se han hundido perdiendo su función social. Y hemos llegado a esta situación de millones de parados con la consiguiente angustia social. Entre tanto la Universidad y los intelectuales, tan críticos en otros tiempos, han callado. Habíamos esperado que una ética civil ofreciera ideales, criterios y de boca y satisfacción de obra. ¿Qué cambios se darían en España si en forma civil se llevaran a cabo estos pasos, se confesaran los hechos perpetrados y se corrigieran situaciones anteriores[36].
Don Olegario sintetiza todo lo que ocurre en España por la desconfianza que reina en el pueblo español por todo lo que se ha vivido en los últimos tiempos:
¿Por qué hemos pasado del régimen de confianza generalizada al régimen de sospecha generalizada? Porque han ocurrido cosas demasiado graves, que han depauperado, herido y ofendido la buena voluntad de quienes habiendo confiado en sus dirigentes se han visto expoliados y traicionados. Hechos manifiestos: cinco millones en paro; corrupción de individuos con autoridad pública y de instituciones; falta de control por parte de los encargados de él; cesión ante poderes o instancias de rango superior; impunidad manifiesta de hechos gravísimos; no defensa de una legalidad que se ve públicamente preterida y no se hace nada frente a ella; plegamiento de los grandes partidos políticos a minorías parlamentarias para permanecer en el poder con detrimento en muchos casos del bien común y un desdibujamiento de la Constitución; pederastia en la Iglesia; ausencia de una palabra de verdad, ilusión y fortaleza por parte de la inteligencia y la universidad; la justicia rápida y manifiesta para pequeños delitos y la dilación inacabable para los grandes desfalcos; jueces que luchan entre sí por el prestigio publicitado; grupos de información y periódicos que son muy críticos derramando hiel en los temas de cultura, ética y religión que no se pueden volver contra su poder pero que, mansos y cariñosos, derraman miel con los grandes grupos económicos, y que por ejemplo no dicen una sola palabra cuando ciertos responsables de bancos en quiebra, se van a su casa con una indemnización de ochenta o más millones de euros dejando en la pobreza a tantos laboriosos y medianos ahorradores. No podemos ocultar los hechos, ni trivializarlos ni sublimarlos en favor de futuras utopías. La confianza solo se recuperará con la verdad puesta sobre la mesa, con el castigo de los culpables, con la devolución del dinero robado o apropiado por vías ilegales. No valen las meras respuestas formales. Muchas cosas habrán podido ser legales pero no pueden ser consideradas morales. Y cuando una persona, institución o nación entran en crisis profunda hay que salir de lo formal, de lo virtual, de lo administrativo inmediato a las verdades reales, que devuelven la justicia y la dignidad a los afectados. ¿Quién nos asegura que ante tales hechos de falta de trabajo, sentimiento de haber sido traicionados, pérdida de ahorros, comprobación de desfalcos y eres fraudulentos en instituciones públicas, no sobrevenga un estallido social de consecuencias imprevisibles?[37].
También hace una crítica severa, a las ultimas actuaciones de los parlamentarios españoles en el Congreso de los diputados[38]: “Una sesión en el congreso con un candidato a esa investidura nos ofreció un espectáculo en el que se mezclaron elementos de agresividad, burla y desprecio. Enumero tres hechos morales, que me parecen destructores de la conciencia y de la esperanza españolas”. Estos tres hechos son:
· perversión del lenguaje: “No es solo que se hayan utilizado las palabras como dardos lanzados contra el prójimo, sino que se ha llegado al insulto, al desprecio y a la negación del prójimo”.
· una nueva forma de política espectáculo: “en el que se ponen en juego recursos de otra naturaleza, que no deberían tener lugar en ese espacio en el que debe prevalecer siempre el análisis de los problemas reales frente a las situaciones personales. Con ello se ha perdido algo que era inherente a esa institución: la dignidad de la palabra, el rigor de los datos y el respeto al prójimo”.
· la escisión y confrontación de la sociedad española, siendo una descalificada por la otra “Es una injusticia mayor reclamar para una de ellas la verdad de España negándosela a la otra, como si esta no existiera, no perteneciera a la única historia, y sacando la consecuencia de no dialogar con ella. Esta postura reclama para sí ser la única que tiene dignidad cultural y posee la supremacía moral, y con ello lanza una mirada despreciativa a la otra”.
Ha aparecido en algunos sectores de la sociedad española dos ideas perturbadoras de la convivencia: la inutilidad de esta Constitución y la falta de honradez en todos los políticos:
Desde esa postura se desprecia lo que fue la transición llevada a cabo en el decenio 1970-1980, en la que, renunciando todos a algo, se elaboró una Constitución nacida de la concordia y ordenada a la paz. No todo fue ideal, pero sí se hizo lo posible: la reconciliación entre los grupos humanos, entre las generaciones, entre los partidos políticos. La Constitución del 78 selló la concordia: es reformable, pero como tal es intocable. Este retorno al pasado y esta reconquista de las guerras perdidas parecerían una ingenuidad absoluta que no merecería tenerse en cuenta. Lo grave es que es una propuesta real en ciertos programas políticos. Entretanto, ha aparecido el hecho de la corrupción en amplios sectores con responsabilidad. Esto ha llevado a la difamación de los políticos y a la desacreditación pública de la vocación política. Ello es igualmente grave: en primer lugar, porque una inmensa mayoría son justos y limpios; y en segundo lugar, porque no se puede llevar a la conciencia pública, y sobre todo a las nuevas generaciones de jóvenes, la idea de que es inevitable la corrupción. Con ello estaríamos incubando la distancia y el rechazo de esta vocación, cuya justicia y dignidad, responsabilidad y grandeza debemos reivindicar de nuevo. A esos políticos ejemplares debemos grandes logros en nuestro país: reconocerlo y agradecérselo es un deber sagrado[39].
¿Cuáles son las necesidades primordiales de una sociedad que ha entrado en decadencia?
Don Olegario, tiene las características del filósofo nuevo propuesto por Foucault, es decir, el que piensa no solo en lo que está pasando sino también en lo que va a pasar[40]. Por este motivo, en el análisis de los signos de los tiempos proyecta su visión hacia el futuro, no como profeta, sino como estudioso del devenir humano que en cualquier instante, por una simple modificación de las circunstancias puede variar. El propone una serie de medidas a la sociedad para purificarla:
a) Dar un horizonte de sentido. Cuando tiene un horizonte de sentido por delante el hombre es capaz de asumir grandes esfuerzos.Al final de la Segunda Guerra Mundial en Alemania, una de las primeras obras llevadas a cabo fue la restauración de los teatros, con la puesta en escena de las grandes tragedias, dramas y comedias de la literatura universal. Partían del convencimiento de queel hombre es capaz de asumir grandes esfuerzos cuando tiene un horizonte de sentido por delante.¿Es poner ejemplos para arrastrar a la excelencia?, ¿presentar modelos para llevar al hombre hacia lo sublime?
b) Presentar unos modelos.Hoy se necesita figuras morales que cuestionen a la sociedad,que la confronten con la verdad, el prójimo, la esperanza, Dios…, figuras morales que den qué pensar y qué esperar, qué corregir y qué servir. No son necesarias muchas pero las suficientes para que permitan descubrir los “ídolos a los que servimos”.
OGC, presenta cuatro personalidades creadoras de la mejor España: Sánchez Granjel, historiador, heredero de Laín Entralgo, el franciscano Padre Antonio García, historiador del derecho medieval con sus instituciones eclesiales y civiles, Martín de Riquer, humanista y García de Enterria del mundo del derecho. Con respecto a la necesidad de modelos afirma:
En el cristianismo los santos fueron siempre considerados maestros, ejemplos e intercesores. En la sociedad civil necesitamos tener ante los ojos figuras de humanidad ejemplar y de excelencia profesional, de esas que tiran hacia arriba de nosotros, y no precisamente aquellas otras que por su frivolidad, el crimen o la injusticia tiran de nosotros hacia abajo. ¿Ya no se leen Vidas ejemplares? ¿O es que ya no sabemos en que consiste la ejemplaridad? Necesitamos nombres que sean cimas: desde ellas se ven más cerca las estrellas y nos alejan de los vicios y pecados[41].
c) Fomentar las relaciones entre la religión y los demás ámbitos de la sociedad
Entre las transformaciones necesarias es necesario clarificar la relación entre cristianismo y sociedad:
Entre los cambios recientes de España está la relación entre cristianismo y sociedad. La aconfesionalidad del Estado, la ley de libertad religiosa y la aparición de otros grupos culturales o religiosos no cristianos invitan a repensar esa relación en los aspectos teóricos y en las realizaciones prácticas. Ante torbellinos de ambigüedades y complicidades es esencial definir y diferenciar sociedad, Estado, gobierno. Lo primero son los ciudadanos que expresan de formas diversas su voluntad y la primera responsabilidad de un gobierno es el reconocimiento de esa voluntad de los ciudadanos[42].
Las relaciones deben partir de la libertad; libertad de los ciudadanos, a los que no se les puede imponer ningún tipo de ciudadanía, porque cada uno tiene derecho a elegir la suya.
“La categoría primera es la libertad positiva, y no la laicidad negativa”. No se puede considerar a la religión como algo secundario y considerar la increencia como la natural, porque sería una negación de la libertad democrática y esa falta de simetría sería un tipo de violencia.
d) Respetar lo religioso
Las propuestas cristianas en este momento son en ocasiones rechazadas por considerar a la religión como un resto arcaico o como una fase de la historia superada, bien porque la religión debe ser vivida como un asunto totalmente privado o bien por considerarla como un fundamentalismo. Estas relaciones cuando se trata de personas, es decir, en pueblos o ciudades, son buenas; entre el Gobierno y el Vaticano están reguladas por acuerdos y se pueden cambiar; y es entre el gobierno y la jerarquía católica, donde se ha presentado algunos desajustes. Es necesario eliminar posibles errores en el lenguaje, en las actitudes. Y esta es una misión individual de cada uno de los cristianos y a la vez comunitaria[43].
e) Aceptar el pluralismo y la diversidad. Necesidad de la Verdad universal
Otro problema planteado es la nueva cultura hecha de pluralismo y diversidad, realizados en convergencia unas veces, competencia otras y algunas en lucha frontal[44].
En la sociedad actual se da conflictos sociales en todas las culturas, pero principalmente en los países islámicos producidos por la gran masa de pobres frente a la riqueza de unos pocos. Esto se debe a varias causas: a la abundancia petrolífera en manos de una minoría; a la aparición de movimientos fundamentalistas que utilizan la violencia en nombre de la religión; a pensar las cuestiones religiosas en términos políticos; a la economía de mercado que rige las transacciones económicas; a la escasez de cultura en algunos países…
Y estos problemas se están trasladando a Europa donde la inmigración hace convivir a una pluralidad de razas, religiones e ideologías. Produce malestar el no saber aclarar la relación entre unidad y pluralismo, para unos como categoría suprema la unidad mientras que para otros es la diferencia, la individualidad, la especificidad[45]. Esta cuestión aparece en la política, en la cultura y en la Iglesia.
Este pluralismo no podrá perdurar si solo se ve como una mera superposición de opiniones, de lenguas, de culturas, de regiones, todos encerrados en sus propios egoísmos y sin apertura y diálogo con los demás. Es necesario que se pregunte por el fundamento de verdad universal para no caer en el relativismo, y un “sistema democrático que solo apela a la democracia formal y al positivismo jurídico carece de capacidad para crear convivencia a largo plazo”[46]. Esto debe llevar invariablemente al cristiano a la solidaridad, con los más desfavorecidos, con el inmigrante, con el parado, con el marginado, etc.
La inmensa pobreza de África es un grito de dolor junto a la inmensa riqueza de Europa.
Un día África entera iniciará el camino hacia Europa para participar en el banquete, al que estamos sentados los europeos. ¿Se les detendrá entonces con bombas atómicas como en su día previó algún organismo europeo? Solo un inmenso esfuerzo de promoción, colaboración y modernización de ese continente vecino llevado a cabo por Europa en respeto, responsabilidad y solidaridad con él hará posible que millones de africanos sobrevivan, y que los europeos mantengamos dignidad moral[47].
f) Necesidad de entender y dignificar la educación
Hay un ámbito de la sociedad que ha sufrido grandes transformaciones y que preocupa de manera especial a OGC, y es el ámbito de la educación.
Hay un artículo que refleja una situación histórica real y desgarradora de la España del hambre y la de la prosperidad, unida a unas reflexiones certeras de ambas situaciones[48]. Muchos profesores, quizás hoy jubilados, se emocionen a leer esta pequeña semblanza de sus propias vidas. Don Olegario afirma que muchos de ellos habían asimilado, después de escuchado en sus casa, que la dignidad de las personas no dependía del poder o del dinero sino del esfuerzo y la educación, que esta vencería los resentimientos producidos por las desigualdades sociales de las primeras décadas del siglo XX. Quizás, OGC recordando sus propios orígenes, describe la escuela rural, el pupitre, la beca, el Instituto y la decisión de ser profesor, para educar y no solo enseñar.
Y esos jóvenes que optaron por esa profesión, con ilusión fueron aprendiendo nuevas formas, nuevos modelos, nuevas leyes, siempre con la clara conciencia de contribuir a formar personas. Pero esos mismos profesores han visto como ese orden, ese respeto a la figura del maestro se ha ido dañando, y en el momento actual aquella ilusión se ha transformando en miedo o temor, ante los padres, la administración, y los propios alumnos, sintiéndose solos e indefensos.
Ha cambiado la sociedad, se ha distorsionado los valores, se ha pasado del esfuerzo, del respeto, al presentismo, al hedonismo, al aprendizaje de los medios de comunicación porque los padres, la escuela y la misma sociedad han renunciado a educar. ¿Dónde se forman hoy los jóvenes?¿Qué está pasado con el Bachillerato? Esa confianza en el romanticismo pedagógico, que lo fía todo a la espontaneidad, a la invención sobre la marcha, a los deseos primordiales del estudiante, sin el esfuerzo requerido y la constancia necesaria es un error mortal. “Sin cultivo, sin cultura y sin culto permanente no se llega a humanidad plena”[49].
Conclusión
Don Olegario propone como remedio a estas necesidades, un pacto social, político y moral[50].
Se ha dado un cambio en la sociedad de finales del siglo XX y en la década inicial del siglo XXI, y el hombre actual debe afrontar estos nuevos desafíos desde todas las áreas del saber. Tiene que realizar un proyecto moral basado en la igualdad, fraternidad y justicia, de las que se deriven la paz.
Y no puede olvidar la propuesta religiosa: No basta el yo solo del hombre sin el prójimo. Ante sí mismo, ante la sociedad y ante Dios cada individuo debe asumir hoy su inalienable responsabilidad[51].
Tiene que transformar la sociedad, proporcionando soluciones a los problemas, tiene que recuperar su conciencia moral, creer y crecer en humanidad, abrirse a la Trascendencia y al prójimo[52].Las tres palancas de transformación cívica sonla cultura, la moral y la religión y las deben cuidar y potenciar.
¿Y quién debe realizar estas transformaciones?Cada persona y cada grupo de la sociedad. Universidad, cuerpos profesionales, minorías, Iglesia, partidos políticos, sindicatos, etc., todos deben asumir sus responsabilidades, salir de la desesperanza y sentir la dignidad de hombre a la que estamos llamados siendo creados creadores por un Dios Ternura, Misericordia y Amor.
Estas palabras llevan a reflexionar y preguntarse: ¿presenta el posmodernismo, el consumismo extremo, el consumo de uno mismo, como un ideal de vida, una meta última de felicidad?, ¿no lleva al vacío interior el no tener metas ideales satisfactorias?, ¿son válidas las figuras presentadas por los medios de comunicación, buscadores de dinero, fama y poder por encima de todo? Es evidente que esas pequeñas metas llenarán pequeños vacíos pero no dan sentido a la existencia humana.
El hombre lleva impreso, en el interior, la pasión por la justicia, la necesidad de sentido, el Bien, la Belleza por ser imagen de Dios, por lo que nunca es destructible del todo. Desde siempre y en todos los momentos históricos el hombre ha buscado la trascendencia, y ha tenido líderes, figuras por las que se ha sentido enardecido. Cuando surgen estas figuras se siente encendido y responde siempre. La grandeza de un país se mide por el número de figuras ejemplares, que afirman la voluntad de verdad frente al poder, pero no por ídolos que no llenan el corazón del hombre, porque no persiguen valores verdaderos, o los confunde con falsos valores.
Bibliografía
O. Gónzalez de Cardedal:
Artículos de Períodicos
· Tres fracturas: ABC, 1/04/2016.
· Ante situaciones límite:ABC,1/10/2014.
· Tres hechos y cuatro nombres: ABC,28/09/2013.
· Confianza o sospecha: ABC,21/06/2013
· Examen y cargo de conciencia: ABC,1/09/2012.
· El reto y la respuesta:ABC,20/12/2011.
· Tres libertades: ABC,16/05/2009.
· Ciudadanía y cristiana:ABC, 27/02/2009.
· Once de septiembre:ABC, 21/09/2008.
· Elogio y elegía por un profesor:ABC, 21/09/2008.
· Figurasmorales frente a ídolos: ABC, 8/07/2008.
· Dinamismos sociales y poder político:ABC, 15/02/2007.
· La palabra evitada e inevitable: El País,3/02/2007.
· Anatomía de una generación:El País, 1/07/ 2006.
· De Kosovo a El Egido: El País, 1/07/2006.
· El prójimo en Europa: El País, 24/03/2006
· Dos palabras: ABC, 22/03/2006.
· El prójimo en Europa, El País, 14/03/2006.
· Cenizas y personas: El País, 25/10/2005.
· Sorbona y Notre Dame: El País, 3/05/2005.
· Universidad y Ciudad: ABC,20/11/2004.
· Pluralismo, unidad y convivencia en Europa:ABC, 22/09/2004.
· Profesor, texto, red: El País, 13/08/2004.
· ¿Qué Europa?:ABC, 13/06/2004.
· Gaudí, Manyanet y la Sagrada Familia: El País,11/05/2004.
· Educación y educadores: ABC,13/04/2004.
· Carta de un ministro francés: El País, 8/09/2003.
· De las Torres Gemelas a Afganistán:ABC, 23/10/2001.
· Tres maestros rurales: El País,28/12/2000.
· Carta a una profesora sobre los Derechos Humanos: El País, 28/07/1999.
Artículos en Revistas:
· La soledad de Jesús, en Iglesia viva186 (1996) 538-553.
· Dionisio contra el crucificado, La fe en Cristo después de Nietzsche,en Teología. Revista de la FaPontificia universidad Católica Argentina 80 (2002) 11-52.
Libros
· La entraña del cristianismo, Salamanca, 2002.
· Dios en la ciudad, Salamanca 2013.
· El hombre ante Dios,Salamanca 2013.
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[1]En adelante se usará la sigla OGC, para identificar a Olegario González de Cardedal.
[2]OGC, De las Torres Gemelas a Afganistán:ABC, 23/10/ 2001; Dinamismos sociales y poder político:ABC, 15/02/2007.
[3]OGC, La entraña del cristianismo, Salamanca, 2002.
[4]Entrevista realizado en el año 2011 en Televisión española.
[5]OGC, Carta a una profesora sobre los Derechos Humanos: El País,28/07/1999.
[6]OGC,El reto y la respuesta:ABC, 20/12/2011.
[7]OGC, Educación y educadores: ABC,13/04/2004
[8]OGC, Profesor, texto, red: El País,13/08/2004.
[9]OGC, Cenizas y personas: El País,25/10/2005.
[10]OGC, El prójimo en Europa, El País, 14/03/2006.
[11]OGC, Tres maestros rurales: El País, 28/12/2000-
[12]OGC, El prójimo en Europa: El País,24/03/2006.
[13]OGC; El hombre ante Dios, Salamanca 2013.
[14]OGC, El prójimo en Europa: El País, 24/03/2006
[15]OGC, La soledad de Jesús, en Iglesia viva 186 (1996) 538-553.
[16]OGC, La palabra evitada e inevitable: El País, 3/02/2007
[17]OGC, Gaudí, Manyanet y la Sagrada Familia: El País,11/05/2004.
[18]OGC, Ante situaciones límites: ABC,1/10/2014.
[19]OGC, Dos palabras: ABC, 22/03/2006.
[20]OGC, El hombre ante Dios, Salamanca 2013.
[21]OGC,¿Qué Europa?:ABC, 13/06/2004.
[22]OGC, Ante situaciones límite:ABC,1/10/2014.
[23]OGC, Once de septiembre:ABC,21/09/2008.
[24]OGC,Dionisio contra el crucificado, La fe en Cristo después de Nietzsche, en Teología. Revista de la FaPontificia universidad Católica Argentina 80(2002) 11-52.
[25]Cf. El documento de trabajo, "Instrumentum laboris", de la XIII Asamblea general ordinaria del Sínodo de Obispos, que tiene como lema "La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana", celebrada en octubre de 2012, asevera que
la secularización, la emigración, la globalización, la crisis económica, la proliferación de sectas religiosas, el consumismo, el nihilismo y el hedonismo obligan a una nueva evangelización. Así mismo indica la necesidad de buscar nuevos métodos y nuevas formas expresivas para transmitir al hombre contemporáneo la fe. “Nueva evangelización significa dar una respuesta adecuada a los signos de los tiempos, a las necesidades de los hombres y de los pueblos de hoy, a los nuevos escenarios que muestran la cultura a través de la cual expresamos nuestra identidad y buscamos el sentido de nuestras existencias”.
[26]OGC, Anatomía de una generación:El País,1/07/ 2006.
[27]Ibimen
[28]OGC, De las Torres Gemelas a Afganistán:ABC, 23/10/2001.
[29]OGC, Tres libertades: ABC,16/05/2009.
[30]Ibimen
[31]OGC, De Kosovo a El Egido: El País,1/07/2006.
[32]OGC, Dinamismos sociales y poder político: ABC,15/02/ 2007.
[33]OGC, Carta de un ministro francés: El País,8/09/2003.
[34]OGC,Dios en la ciudad,Salamanca 2013, p.10.
[35]OGC, Tres hechos y cuatro nombres: ABC, 28/09/2013.
[36]OGG, Examen y cargo de conciencia: ABC,1/09/2012.
[37]OGC, Confianza o sospecha: ABC, 21/06/2013
[37]OGC, Figurasmorales frente a ídolos: ABC, 8/07/2008.
[38]OGC, Tres fracturas: ABC, 1/04/2016.
[39]Ibimen
[40]OGC, Universidad y Ciudad: ABC, 20/11/2004.
[41]OGC, Tres hechos y cuatro nombres:ABC,28/09/2013.
[42]OGC, Ciudadanía y cristiana: ABC,27/02/2009.
[43]OGC, Sorbona y Notre Dame: El País,3/05/2005.
[44]OGC, Ante situaciones límite: ABC, 1/10/2014.
[45]OGC, Pluralismo, unidad y convivencia en Europa:ABC,22/09/2004.
[46]OGC, Ante situaciones límites:ABC,1/10/2014.
[47] Ibimen.
[48]OGC, Elogio y elegía por un profesor:ABC, 21/09/2008.
[49]OGC, Tres hechos y cuatro nombres:ABC, 28/0972013.
[50]OGC, Dos palabras: ABC, 22/03/2006.
[51]OGC,Examen y cargo de conciencia: ABC,1/09/2012.
[52]OGC, Ante situaciones límite:ABC,1/10/2014.
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