LO ESPIRITUAL NO ES SIMPLEMENTE INTERIORIZACIÓN
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FERNANDEZ, Víctor M. Teología espiritual encarnada : profundidad espiritual en acción [en línea]. Buenos Aires : San Pablo, 2005. Disponible en: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/rectorado/teologia-espiritual-encarnada-profundidad-espiritual.pdf PP17-18
FERNANDEZ, Víctor M. Teología espiritual encarnada : profundidad espiritual en acción [en línea]. Buenos Aires : San Pablo, 2005. Disponible en: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/rectorado/teologia-espiritual-encarnada-profundidad-espiritual.pdf PP17-18
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SE ENTIENDE
"Espíritu Santo" como el dinamismo trascendente del amor divino que se comunica al hombre. Ese es entonces el núcleo permanente y transcultural de la "espiritualidad" bíblica.
Esta asociación peculiar entre el Espíritu Santo y el amor, ha sido abundante y ricamente explotada en la Tradición de la Iglesia.
En Tomásde Aquino, por ejemplo, el Espíritu es "Dios que está presente en la voluntad como el amado en el amante, y como inclinando hacia el amado" (Ce IV, 19).
Al mismo tiempo, "la caridad es cierta unión afectiva entre el amante y el amado, en cuanto el amante se mueve hacia el amado considerándolo como uno consigo. ( S. TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologica 1ST] 11-11, 27, 2).
Vemos entonces que el "dinamismo hacia el amado" caracteriza igualmente al Espíritu y a la caridad que lo manifiesta.
La "espiritualidad", que se deriva del impulso de amor que infunde
el Espíritu, no ha de entenderse entonces como un momento puramente subjetivo de la vida cristiana, como un conjunto de ejercicios privados, o como un encuentro meramente íntimo con Dios. 11
En realidad, fue la identificación entre "espiritual" e "inmaterial"
lo que ha causado esta tremenda confusión, debida -por distintas
razones- al influjo de algunos filósofos griegos, de la Filosofía alemana moderna y del Jansenismo.
Pero si entendemos la espiritualidad como "el dinamismo del amor que el Espíritu Santo infunde en nosotros", entonces todo cambia
maravillosamente.
Lo espiritual "no es simplemente interiorización, sino un camino de verdadera libertad que pasa por el corazón del hombre y que se dirige a la realidad integral del hombre y de su historia personal y comunitaria".( Cf. T. GOFFI, Hombre espiritual, en S. DE FIORES- T. GOFFI- A. GUERRA, Nuevo diccionario de espiritualidad, Madrid 1991, pp. 877-893).
Ese dinamismo espiritual puede ser vivido en los momentos de recogimiento y de oración privada, pero también en la actividad externa. Toda la actividad del hombre en el mundo -desde el trabajo
manual hasta cualquier actividad evangelizadora- puede ser impregnada por ese dinamismo, y así convertirse en una realidad plenamente espiritual. Es la espiritualidad que san Pablo expresaba como un "caminar en el Espíritu" (Rom 8, 4), que transfigura las opciones, la actividad, las relaciones humanas.
Por consiguiente, el hombre "carnal", contrapuesto al hombre "espiritual", no es tanto quien se apega a las realidades externas y
materiales, sino sobre todo el que se encierra en su inmanencia y
contradice el dinamismo del amor, cerrándose también a los hermanos.
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