¿Qué significa Ruah?
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(2) Ruah, la acción de Dios.
No empieza siendo un término físico, bien objetivo y preciso, que después se convierte en signo de la acción de Yahvé, sino que es desde el principio algo misterioso, espiritual y material al mismo tiempo, cósmico y divino; en ese sentido, puede presentarse como expresión de la unidad más honda que vincula a Dios y al mundo.
.En las reflexiones que siguen destacaremos el aspecto positivo de la ruah.
(3) Notas de la ruah.
Ella es, casi siempre, ambivalente: indica, por un lado, un fenómeno del cosmos (como el viento que Dios envió, según Ex 14,21, para separar las aguas del mar de los Juncos); pero, al mismo tiempo, expresa algo que es propio de Dios, como en 2 Sm 22,16, donde se dice que fue la misma respiración de Dios (el soplo de sus narices) la que secó las aguas del mar. Posiblemente, ambos lenguajes son complementarios.
(1) Comparación. Griegos e israelitas.
La cultura hebrea no está muy alejada de la griega, como muestra el sentido y evolución de esta palabra.
Ruah se puede traducir como “viento, espíritu”, y se encuentra muy cerca del pneuma griego: es el viento original y misterioso, imprevisible, omnipresente; es el aire, realidad fundante, divina y numinosa, en la que se asienta todo lo que existe.
Todo nos permite suponer que el término ruah tenía resonancias espirituales… porque, en su mismo sentido de viento, presentaba ya un significado espiritual. Se puede pensar que si este término ha tenido un despliegue extraordinario, no ha sido a causa de sus notas objetivas (como viento físico), sino a causa de su carácter divino…” (D. Lys, 337).
(2) Ruah, la acción de Dios.
No empieza siendo un término físico, bien objetivo y preciso, que después se convierte en signo de la acción de Yahvé, sino que es desde el principio algo misterioso, espiritual y material al mismo tiempo, cósmico y divino; en ese sentido, puede presentarse como expresión de la unidad más honda que vincula a Dios y al mundo.
.En las reflexiones que siguen destacaremos el aspecto positivo de la ruah.
(3) Notas de la ruah.
Ella es, casi siempre, ambivalente: indica, por un lado, un fenómeno del cosmos (como el viento que Dios envió, según Ex 14,21, para separar las aguas del mar de los Juncos); pero, al mismo tiempo, expresa algo que es propio de Dios, como en 2 Sm 22,16, donde se dice que fue la misma respiración de Dios (el soplo de sus narices) la que secó las aguas del mar. Posiblemente, ambos lenguajes son complementarios.
Viento y Aliento
Viento y aliento aparecen por un lado como obra de un Dios trascendente y por otro como su presencia concreta en el mundo.
Sólo hay un Dios que es trascendente (no se identifica con nada que podamos representar o pensar, no se puede fijar en estatuas o signos del cosmos); pero, al mismo tiempo, este Dios actúa de una forma poderosa, creadora, de manera que el viento del mundo (y el aliento del hombre) se conciben como un momento de su acción, pudiendo convertirse en símbolo de su presencia salvadora.
La Biblia sabe que la respiración del hom bre es presencia de la ruah de Dios (cf. Gn 2,7), de manera que todos los hombres tienen ruah, de un modo que podemos llamar ordinario.
Pero hay algunos que la tienen o reciben de una forma extraordinaria, de manera que pueden realizar grandes obras. El hombre al que Dios concede la ruah queda capacitado para realizar empresas imposibles para otros: el hombre de ruah puede interpretar los sueños (Gn 41,38) y predecir las cosas futuras (cf. Nm 24,2), venciendo en la guerra (profetas* carismáticos); pero, sobre todo, el hombres de ruah puede dialogar con Dios, en cuya presencia vive.
Desde esa base podemos evocar tres rasgos básicos de la presencia y actuación del Espíritu:
como fuerza creadora,
salvadora
y escatológica.
(4) Fuerza creadora.
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era algo caótico y vacío, pero la ruah de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas (Gn 1,1-2).
Da vida; sin él el hombre muere. esta acción De Dios es permanente.
. En un sentido, la realidad existe y es distinta de Dios; pero en su verdad más honda, ella sólo adquiere ser y existe por el aliento de Dios que la sostiene. Está en todo como presencia creadora
Utilizando una terminología moderna, podríamos decir que la misma realidad del mundo (naturaleza) se encuentra apoyada y sostenida por la gracia (presencia vivificante de Dios).
No hablamos así del Dios en sí; tampoco existe el hombre (el mundo) por sí mismo. Existe (desde nosotros) un Dios para el mundo (Dios que sostiene el mundo con su ruah); y existe un mundo en Dios (fundado en la ruah divina). A Dios se le conoce por su ruah (su acción); el mundo existe sólo en cuanto está fundamentado en esa acción divina.
(5) Fuerza salvadora.
La ruah creadora se convierte en fuerza salvadora. Aquella actuación de Dios que concedía vida y realidad al mundo se presenta ahora como potencia que libera, abriendo un camino de salvación para los hombres.
El Antiguo Testamento desconoce la división de unos hechos naturales (creación) y otros sobrenaturales (salvación): todo es natural, es presencia de Dios, actuación de su ruah sobre el mundo, y todo es, a la vez, sobrenatural, pues el hombre y el mundo se basan en algo más grande que ellos mismos. La ruah de Dios se despliega en el camino de los hombres, y lo alienta, lo promueve, lo sostiene.
(6) Fuerza escatológica.
Israel ha sentido que el presente está cuajado de opresión, de esclavitud, pecado y desengaño. Pero la ruah de Dios es poderosa. Su acción debe suscitar algo que es nuevo. Como expresión de su fuerza creadora surgirá el rey mesiánico.
. La ruah se concibe aquí como presencia de Dios sobre el Mesías y sobre el pueblo mesiánico. Su fuerza será fuerza de justicia: salvará a los pobres, será redención para los débiles. Los liberará. Dará vida nueva la resurrección integral
Esta vida nueva que aquí se promete es “resurrección integral”, interior y exterior, individual y comunitaria, dentro de este mundo. Es creación interior, pero llena y transforma al hombre entero: “
El hombre se halla abierto ante el futuro del Espíritu, es decir, abierto ante Dios. Por eso, todo el pueblo (unido a la misma creación) viene a interpretarse como realidad expectante, centrada extáticamente en el futuro del Dios que viene. No nos interesa señalar ahora los aspectos del futuro que suscita la ruah de Dios; sólo queremos decir que es un futuro salvador y cumplimiento de la creación primera. Desde aquí advertimos que la creación no es realidad que se encuentre ya acabada; Dios no es la santidad actual del mundo (garantía de aquello que ahora existe). Dios es ámbito de futuro creador para los hombres. Esto es lo que significa ahora la ruah, como sabrá y ratificará desde otra perspectiva todo el Nuevo Testamento.
Cf. J. FERNíNDEZ LAGO, El Espíritu Santo en el mundo y en la Biblia, Inst. Teo. Compostelano, Santiago 1998; D. LYS, Rúach. Lc souffie dans l’Ancien Testament, PUF, París 1962; E. PUECH, La croyance des Esse’niens en la vie future: immortalite’, re’surrection, vie étemelle? Histoire díme croyance dans le judaísrne anden I-II, Gabalda, París 1993; H. W. WOLFF, Antropología del Antiguo Testamento, BEB 99, Sígueme, Salamanca 1997.
PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007
Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra
Autor Administrador
Publicado el 5 Febrero, 2016
Categorías Diccionario
1 comentario en “RUAH”
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