Sexo como evasión de sí mismo,
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155. San Juan Pablo II hizo una advertenciamuy sutil cuando dijo que el hombre y la mujer están «amenazados por la insaciabilidad».158
Es decir, están llamados a una unión cada vez más intensa, pero el riesgo está en pretender borrar las diferencias y esa distancia inevitable que hay entre los dos.
Porque cada uno posee una dignidad propia e intransferible. Cuando la preciosa pertenencia recíproca se convierte en un dominio, « cambia esencialmente la estructura de comunión en la relación interpersonal».159 En la lógica del dominio, el dominador también termina negando su propia dignidad, y en definitiva deja « de identificarse subjetivamente con el propio cuerpo»,161 ya que le quita todo significado. Vive el sexo como evasión de sí mismo y como renuncia a la belleza de la unión.
158 Catequesis (18 junio 1980), 5: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española, 22 de junio de 1980, p. 3.
159 Ibíd., 6.
Amoris Laetitia (2016)
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