Relación entre Cristo y el Hombre

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J. Gnilka, Teología del Nuevo Testamento, Madrid 1998, 45. 

Al estudiar en la teología patrística la continuidad de la relación entre Cristo y el hombre descrita en el Nuevo Testamento, señala Ladaria que lo que en Pablo es una insinuación, en la reflexión cristiana a partir del siglo II será objeto de abierta consideración. 

Se refiere Ladaria a que la relación entre Cristo y el hombre que traza el Nuevo Testamento, no está mediatizada por el pecado. 

Ciertamente Pablo contempla la necesidad de que el hombre sea liberado por Cristo de la esclavitud del pecado y su salario de muerte.

Pero la acción liberadora de Cristo no se limita al pecado, sino que tiene un sentido mucho mayor al pertenecer al diseño salvífico previsto por Dios desde el comienzo.

La relación del hombre con el Hijo de Dios no comienza con la redención del pecado, sino en el momento mismo de su creación a la luz de quien es su modelo, Cristo.

Si la teología patrística no contempla la distinción entre el ser natural del hombre y su destinación sobrenatural a la luz de la función mediadora y modélica de Cristo en la creación y la salvación, en la teología occidental –tras la gran síntesis de la escolástica– acabaría oscureciéndose esta estrecha relación entre la acción creadora y redentora de Dios en Cristo (gracia), y su trascendencia para la estructuración del
sujeto humano en su realidad objetiva (naturaleza). 

Cf. L. F. Ladaria, «La antropología cristiana como propuesta de un nuevo humanismo», en Instituto Teológico
Compostelano, Antropología y fe cristiana. IV Jornadas de Teología, Santiago de Compostela 2003, 197-202; 

Id., «Naturaleza y sobrenatural», en B. Sesboüe (ed.),
Historia de los dogmas II. El hombre y su salvación, Salamanca 1996, 293-303.

 G. Colzani, Antropología teológica. El hombre: paradoja y misterio, Salamanca 2001, 117; 

F. X. Durrwell, Nuestro Padre. Dios en su misterio, Salamanca

19922, 122-128.

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