Desarrollo Personal y Práctica Espiritual: Análisis Narrativo de Vivencias
La vivencia espiritual. Narrada en primera persona. A partir de dos prácticas espirituales regladas, dos métodos, dos caminos conductivos de vivencia interior profunda.
Que producen cambios, en el modo de comprenderse a sí mismo, a los otros y a lo otro.
Cambios interiores que llevan a cambios en el modo de vivir. En el modo de asumir y asumirse.
Cambios que apuntan a un horizonte de crecimiento
hacia la plenitud.
Cambios que se inician en el individuo y tocan la realidad que lo rodea.
El desarrollo pleno de un individuo –la asunción plena en uno– no empequeñece a nadie, nos agranda a todos.
Un horizonte de plenitud que está aquí y ahora. Inmerso en lo cotidiano, en la dificultad y en la desidia, en la ambición y en la traición, en la ruptura y el desengaño; en el dolor y el sufrimiento. Propio y del mundo.
Pues no hay diferencia.
No hay límite que lo separe. Está en uno y está en todos. En todo. Esperando ser reconocido, mostrado y compartido.
Recibido, asumido y entregado.
Esperando…
Esperando que el canto del canario que enmudece y se desvanece en la mina de carbón sea suficiente signo.
Signo suficiente para movilizar. Para preguntarnos qué es lo que está asfixiando
la vida.
Qué toxicidad nos aparta de la pureza del aliento que nos sostiene.
Un respirar que está aquí y ahora. Esperando ser inhalado y exhalado. En las formas que corresponden a cada tiempo, a cada momento. A este ahora. En este aquí.
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