La masa enfurecida. Libro de Douglas Murray

Religión en libertad

Filósofos ateos lo dicen sin complejos: o el cristianismo resucita o con él caerá esta civilización




Niall Ferguson.
Niall Ferguson se confiesa ateo, pero considera imprescindible la fe cristiana para que nuestra civilización pueda mantenerse en pie.






12 julio 2021
TAGS:Ateísmo


El evidente declive social y cultural del cristianismo suscita preocupación no solo entre los cristianos, sino incluso entre algunos pensadores ateos de renombre, a quienes inquieta su repercusión en la desaparición de la moral y en el daño a la propia convivencia social.

En esta línea, Jonathon Van Maren ha conversado con algunos de los grandes representantes del agnosticismo o el ateísmo en el ámbito anglosajón, y las conclusiones son coincidentes: si el cristianismo desaparece de la civilización occidental, ésta no sobrevivirá mucho tiempo. Así lo recoge en un artículo publicado en Convivium


Parte del artículo

Douglas Murray

El amigo de Scruton, Douglas Murray, el escritor conservador que se crió en la Iglesia antes de abandonarla de adulto, se ha referido ocasionalmente a sí mismo como un "ateo cristiano". En una reciente discusión con el teólogo N.T. Wright, se describió a sí mismo como "un agnóstico incómodo que reconoce las virtudes y los valores que ha aportado la fe cristiana", y señaló que, en realidad, le irrita la forma en que la Iglesia de Inglaterra está huyendo de su herencia, "renunciando a sus joyas" como "la Biblia del Rey Jaime y el Libro de Oración Común" a cambio de devociones progresistas.

"Mi temor es que la Iglesia no esté haciendo lo que muchos de nosotros, desde fuera, queremos que haga, que es predicar su evangelio, afirmar sus verdades y sus reivindicaciones", dijo: "Cuando uno ve que cae en todos los tópicos que están de moda, piensa: bueno, eso es otra cosa que ha desaparecido, como absolutamente todo en esta época. Soy un no-miembro decepcionado".

"La masa enfurecida" de Douglas Murray es una de las obras más importantes publicadas en los últimos años sobre las lacras de la cultura contemporánea.

Murray cree que el cristianismo es esencial porque los partidarios del laicismo han sido hasta ahora totalmente incapaces de crear una ética de la igualdad que se ajuste al concepto de que todos los seres humanos han sido creados a imagen de Dios. En una columna en The Spectator señaló que la sociedad poscristiana tiene tres opciones. La primera es abandonar la idea de que toda vida humana es preciosa. "Otra es trabajar frenéticamente para precisar una versión atea de la santidad del individuo". ¿Y si esto no funciona? "Entonces solo queda otro lugar al que ir y es volver a la fe, nos guste o no".

En un podcast reciente fue más contundente: "La santidad de la vida humanaes una noción judeocristiana que muy fácilmente podría no sobrevivir [a la desaparición de] la civilización judeocristiana".

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