¿El hombre es dios?
¿Por quién doblan las campanas?
"El hombre ha sufrido desde siempre la tentación de ser señor absoluto de la realidad, determinando el bien y el mal, anulando a su prójimo, decidiendo presente y futuro. La literatura exotérica del judaísmo, Goethe y Borges ha descrito los sucesivos intentos por crear un pequeño hombre dios y que en el empeño han cruzado las líneas de la muerte. Los primeros capítulos del Génesis describen esa tentación, la caída en ella y sus consecuencias. Los griegos crearon una fórmula que por un lado muestra la posible grandeza del hombre y por otro el abismo al que conduce su desmesura. La fórmula del oráculo de Delfos «Conócete a ti mismo» no es el programa de un humanismo prometeico, tal como lo ha concebido la era moderna sino la advertencia de un límite: «Recuerda que eres hombre y no eres Dios»".
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