Tercera ola del feminismo

Tercera ola: El segundo sexo

En el periodo de entreguerras, el movimiento feminista se paralizó. Las mujeres habían conseguido el voto, algunas empezaron a ir a la Universidad y, satisfechas con estos nuevos derechos y libertades, muchas se desmovilizaron. 

Pero después de la Segunda Guerra Mundial, la sensación de malestar apareció de nuevo. Las mujeres habían participado de manera activa durante la guerra y ya no querían volver al rol de esposas sumisas, obedientes y complacientes. Ahora querían disponer de su independencia, trabajar, tener salarios justos, controlar su maternidad y divorciarse sin presión.

En este contexto aparecieron las dos escritoras y filósofas que lideraron la tercera ola feminista: Betty Friedan y Simone de Beauvoir.

La socióloga estadounidense Betty Friedan publicó, en 1936, la La mística de la feminidad, un ensayo en el que abordaba el “problema que no tiene nombre”. En La mística de la feminidad, Friedan criticó la situación de sometimiento que vivían las mujeres y afirmó que estas eran infelices porque el sistema las obligaba a priorizar el cuidado de los demás frente al suyo propio. El pensamiento de Friedan tuvo un gran impacto en Estados Unidos e hizo que muchas mujeres se replantearan su papel en la sociedad.

Por su parte, el estudio más completo sobre la condición de la mujer llegó en 1949, cuando la filósofa francesa Simone de Beauvoir publicó El segundo sexo. En su ensayo, de Beauvoir defendía que no hay nada biológico que justifique los roles de género, sino que estos se van creando a medida que las personas cumplen con una serie de roles asociados a su sexo. La filósofa hizo una dura crítica del androcentrismo y apuntó: “no se nace mujer, se llega a serlo”. En definitiva, lo que afirmaba era que el género es una construcción social.

Durante la tercera ola, el debate feminista fue evolucionando y terminó por dividirse en dos ramas. Por un lado, apareció el “feminismo liberal”, que describía la situación de las mujeres como una desigualdad y consideraba que había que luchar por implementar cambios hasta conseguir la igualdad entre los sexos. Y, por otro, se instauró el “feminismo radical”, que proponía eliminar la “raíz” del problema, es decir, el patriarcado o sistema establecido de dominancia del hombre hacia la mujer.

En los años sesenta y setenta, hubo una gran producción literaria alrededor del movimiento y se crearon revistas como Ms. Magazine, la publicación feminista fundada por Gloria Steinem y Dorothy Pitman Hughes, mujeres referentes del final de la tercera ola. En estas publicaciones se incorporaron componentes de la teoría queer, el antirracismo, la teoría post colonial y la visión positiva de la sexualidad. A partir de los noventa, se puso el énfasis en reivindicar que no hay un solo tipo de mujer sino múltiples, dependiendo de cuestiones sociales, culturales, étnicas, religiosas, nacionales y demás.

De hecho, al igual que en el siglo XIX con la lucha anti esclavista, el feminismo siempre ha ido del brazo de otras luchas históricas de colectivos minoritarios que han sido perjudicados.

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/breve-recorrido-por-historia-feminismo_17778

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