Metanoía de la conversión en san Francisco
En este tiempo, nada fácil para la Iglesia, aparece Francisco de Asís. Éste nos dice en su Testamento, que ha sido un penitente, y que en un momento de su vida, en el encuentro con los leprosos, ésta ha dado un giro de ciento ochenta grados, que le ha hecho salir del mundo y comenzar a hacer penitencia, considerándolo gracia del Señor:
“El Señor me dio de esta manera, a mí el hermano Francisco, el comenzar a hacer penitencia; en efecto, como estaba en pecados, me parecía muy amargo ver leprosos. Y el Señor mismo me condujo en medio de ellos, y practiqué con ellos la misericordia. Y, al separarme de los mismos, aquello que me parecía amargo, se me tornó en dulzura de alma y cuerpo y salí del siglo"
En el Testamento Francisco subraya los tres puntos fundamentales de la “metànoia”, de la conversión:
reconocimiento de los pecados
reconocimiento de la misericordia de Dios como “don gratuito” que invita a tener misericordia con los hermanos (los leprosos)
cambio de vida, de actitudes.
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