Semejanzas entre la espiritualidad penitencial y la vida de san Francisco
Fray Guillermo Lancaster Jones Campero, Ofm Análisis Histórico Crítico de la orden Franciscana Seglar, en Espiritu y Vida. Teología y espiritualidad franciscana 2016.
Semejanzas entre la espiritualidad penitencial y la vida de san Francisco
El primer elemento al que podemos referimos es al de su conversión, el cual es clave para hacer una lectura de la vida del santo. El primer texto que propondremos es de Celano, quien nos dice que cuando Francisco se acerca al sacerdote de San Damián “Este se sorprendió de su conversión” 81Cel 9). El mismo Celano nos dice que terminada la guerra con la ciudad de Perusa, tras la batalla del puente de San Juan. Francisco es hecho prisionero, al salir de la cárcel:
“Cierto día salió fuera y se puso a contemplar con más interés la campiña que se extendía a su alrededor. Más ni la hermosura de los campos, ni la frondosidad de los viñedos, ni cuanto de más deleitoso hay a los ojos pudo en modo alguno deleitarle. Maravillábase de tan repentina mutación y juzgaba muy necios a quienes amaban tales cosas. A partir de ese día comenzó a tenerse en menos a sí mismo y a mirar con cierto desprecio cuanto antes había admirado y amado” (1Cel 3-4).
Su conversión, es pues, un dejar los valores del mundo que le rodea.
El gran pecado del cual Francisco es acusado por Celano, es el de la vanidad: “alardean los desdichados con frecuencia de haber hecho cosas peores de las que realizaron, porque no sean tenidos como más despreciables cuanto más inocentes se conserven” (1Cel 1). El signo exterior que mostraba los valores vividos en esta época era el de la ropa, era lo que daba el “status” social. En esta perspectiva, lo que Francisco hace al entregar sus ropas a su padre, frente al Obispo Guido, es entregar los valores de la sociedad en que estaba viviendo. Por eso es el signo por excelencia de la conversión de Francisco, con eso entra el en una situación de liminalidad, es decir, su vida se convierte, a semejanza de la vida de los peregrinos, en una vida sin seguridades, sin estabilidad. Prueba de ello es que cuando el Señor le da hermanos, “nadie le decía que hacer, sino que el Altísimo mismo le revela que debe vivir el Santo Evangelio” (Test 1).
Su proceso de conversión es en realidad al estilo Paulino, es una metanoia, un cambio no sólo de actitudes, sino también de mentalidad. Este cambio interior es presentado por las fuentes a manera de sueños. Actualmente se sabe que los sueños son expresiones del subconsciente que florecen al entrar en un estado de profunda concentración. Así, Celano nos dice que Francisco tiene un sueño:
“Cuando se había entregado con la mayor ilusión a planear todo esto y ardía en deseos de emprender la marcha. Aquél que le había herido con la vara de la justicia lo visita una noche en una visión, bañándolo en las dulzuras de la gracia: y puesto que era ávido de gloria, a la cima de la gloria lo incita y lo eleva. Le parecía tener su casa llena de armas militares: sillas, escudos, lanzas y otros pertrechos: regodeábase, y admirado y en silencio, pensaba para sí lo que podía significar aquello” (1Cel 5).
Finalmente, su proceso de conversión se hace palpable en el encuentro con el leproso:
“El Señor me dio de esta manera, a mí el hermano Francisco, el comenzar a hacer penitencia: en efecto, como estaba en pecados, me parecía muy amargo ver leprosos, y el Señor mismo me condujo en medio de ellos, y practiqué con ellos la misericordia. Y al separarme de los mismos, aquello que me parecía amargo se me tornó en dulzura de alma y cuerpo; y después de esto, permanecí un poco de tiempo y salí del siglo” (Test 1-3).
Podemos concluir con que en esta experiencia de conversión hay algunos cambios en la personalidad de Francisco que son semejantes a los de una espiritualidad penitencial.
Hay en Francisco una sed de Dios, un crecimiento en la oración, un tremendo entusiasmo y alegría, y un deseo de comunicar su experiencia a otros. Busca la forma de vida evangélica, practica la mortificación, siente pena por sus anteriores pecados: incertidumbre acerca de su futuro y su vida se vuelve incompatible con sus antiguos amigos y valores.
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