Los obispos apoyan al obispo de San Francisco

 Obispos salen en su apoyo

Hasta el 23 de mayo, al menos una docena de obispos estadounidenses han apoyado públicamente la medida de Mons. Cordileone, que sólo se aplica en la archidiócesis de San Francisco. El arzobispo de Denver, Samuel Aquila, calificó a Cordileone como «un pastor con el corazón y la mente de Cristo, que realmente desea conducir a los demás hacia el amor, la misericordia y la promesa de salvación eterna de Cristo.»

El cardenal Wilton Gregory, de la archidiócesis de Washington, D.C., donde Pelosi vive gran parte de su vida debido a su actividad política, no ha comentado públicamente la acción de Cordileone, pero ha indicado en el pasado que no tiene intención de negar la comunión a los políticos católicos que promueven activamente el aborto y otras políticas contrarias a la enseñanza de la Iglesia.

Cordileone dijo a Rosales que la politización de la Eucaristía puede ocurrir incluso «a la inversa». Uno podría «recibir la Comunión como un medio para promover una agenda política, cuando uno está motivado por esa razón», dijo. «Así que es algo que se da en ambos sentidos».

Mons. Cordileone señaló que muchos católicos no entienden la enseñanza de la Iglesia sobre la Eucaristía, «qué es, quién es, y cuál es la disposición adecuada para recibirla, qué significa recibir la Santísima Eucaristía.»

Añadió que quería ayudar a todos los católicos a comprender «el grave mal del aborto y lo que significa cooperar con el mal en los diferentes niveles. Quería ser claro al exponer esa enseñanza».

Lo que motivó finalmente su decisión

El arzobispo aseguró que su decisión no está relacionada con la reciente filtración del borrador de la sentencia de la Corte Suprema de EE.UU a favor de la derogación de Roe vs. Wade, el caso histórico de 1973 que legalizó el aborto en todo el país. Y añadió que estaba «motivado por la reacción de la presidenta Pelosi a la Ley del Latido del Corazón de Texas», que prohíbe la mayoría de los abortos después de que se pueda detectar el latido del corazón del feto, en torno a las seis semanas de gestación.

«Fue entonces cuando la presidenta Pelosi se volvió muy franca y agresiva -utilizaré esa palabra- al prometer que haría que la sentencia de Roe contra Wade fuera ley federal», dijo Cordileone a Rosales, que también señaló el apoyo furibundo de la política demócrata a la Ley de Protección de la Salud de la Mujer, que fue aprobada por la Cámara de Representantes, pero no obtuvo suficientes votos en el Senado.

En dicha ley «se garantizaría el acceso abierto y sin condiciones al aborto durante los 9 meses, en todo el país», dijo Cordileone. «Esto era muy alarmante, muy preocupante».

Fue entonces cuando Cordileone inició la campaña «Rosa y Rosario para Nancy», pidiendo a los católicos que rezaran y ayunaran para ablandar su corazón por los no nacidos.

Cordileone dijo que Pelosi suele hablar con cariño de sus cinco hijos mayores. «Creo que tiene un corazón maternal, hay una sensibilidad real ahí», dijo. «Así que pedí a la gente que rezara y ayunara por ella y he intentado reunirme con ella. Desde entonces he hecho varios intentos de hablar con ella. Se me ha negado o simplemente no he recibido respuesta».

El prelado añadió que Pelosi «sabía de antemano que haría este anuncio si no repudiaba su posición sobre el aborto o al menos no se refería a su fe católica y no comulgaba.»

 

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