Movilidad de las órdenes mendicantes
Benedicto XVI LAS ÓRDENES MENDICANTES La renovación espiritual en la Edad Mediaimpulsada por los Franciscanos y los Dominicos
Además, para llevar a cabo su actividad en beneficio de las almas, era necesario trasladarse según las exigencias pastorales.
Con otra decisión totalmente innovadora, las Órdenes Mendicantes abandonaron el principio de estabilidad, clásico del monaquismo antiguo, para elegir otra forma. Frailes Menores y Predicadores viajaban de un lugar a otro, con fervor misionero.
En consecuencia, se dieron una organización distinta respecto a la de la mayor parte de las Órdenes monásticas.
En lugar de la tradicional autonomía de la que gozaba cada monasterio, dieron mayor importancia a la Orden en cuanto tal y al superior general, como también a la estructura de las provincias. Así los mendicantes estaban más disponibles para las exigencias de la Iglesia universal. Esta flexibilidad hizo posible el envío de los frailes más adecuados para el desarrollo de misiones específicas, y las Órdenes Mendicantes llegaron al norte de África, a Oriente Medio y al norte de Europa. Con esta flexibilidad se renovó el dinamismo misionero.
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