EXPERIENCIAS HUMANAS FUNDAMENTALES Y LA PREGUNTA POR DIOS



EXPERIENCIAS HUMANAS FUNDAMENTALES Y LA PREGUNTA POR DIOS 

Olegario González de Cardedal




Diez tesis a modo de conclusión: 

1. El hombre se encuentra en situaciones límite que suscitan la admiración y el asombro y situado ante ellas se ve inclinado a formular las preguntas últimas, y entre ellas la pregunta por Dios 




2. La pregunta por Dios y a Dios, orando con fórmulas primitivas, pensándole mediante complicados sistemas filosóficos o derramando lágrimas ante él, ha acompañado a los humanos a través de toda su historia, generando signos, palabras y acciones con los cuales se han vivido referidos a “ lo sagrado, considerado una estructura de la conciencia no un estadio de la historia de esa conciencia” (M. Eliade, Historia de las creencias y de las ideas religiosas. Madrid 1978, 15) 




3. La expresión histórica y cultural de esta pregunta estará caracterizada y en parte condicionada por el medio social en el que surge, pero surgirá intacta siempre de nuevo porque para las cuestiones esenciales de la vida humana todos estamos igualmente dotados (E. Kant) y todas las épocas están a la misma distancia de Dios. “Jede Epoche ist unmittelbar zu Gott” (L. von Ranke) 




4. Esta pregunta por Dios nace de un exceso, porque la realidad desborda al hombre al pensar su ser, su origen y su fin. Además hay hechos (el sinsentido, el sufrimiento, la injusticia, la maldad, la culpa, la muerte) a los que el hombre no se resigna nunca, y ante los que siempre clamará y reclamará a Dios. Descartes lo hace considerándole condición necesaria para la certeza de nuestro conocimiento; Kant para que se le haga justicia al hombre justo que no logra en este mundo la felicidad a la que esta ordenado; los autores judíos del último medio siglo para que se haga justicia a las víctimas de la historia que sin Dios quedarían definitivamente olvidadas y sumidas en una negación definitiva, que sería su definitiva condenación 




5. El hombre plantea esta pregunta por Dios y a Dios cuando se encuentra en las que Jaspers ha denominado cuestiones-límite (Grenzfragen) cuya carga negativa no puede descargarr por sí y ante las que no se resigna a que sean una determinación permanente de su ser. . Aquí no saber sería no ser. Enfrentarse a esas cuestiones es esencial para una iluminación de la existencia (Existenzerhellung) 




6. Las realidades que le inducen al hombre a preguntar por Dios no son solo las negativas que acabamos de enumerar sino también las positivas que le ennoblecen y ante las que siente la necesidad de corresponder con la alabanza y la acción de gracias, que en sí implican un destinatario de naturaleza personal, un Alguien a quie suplicar, alabar y agradecer. Ciertos dones recibidos nos llevan no pocas veces a preguntar conmovidos ¿por qué he sido agraciado de esta forma; yo y no los otros? 




7. En la experiencia religiosa el Dios por el que se pregunta y al que se le pregunta no es un Absoluto neutro cosa, idea o palabra sino es percibido y correspondido como Ser personal, Sagrado, inaccesible a nuestra captura, a la vez que como poder y misericordia ante el cual queda anonadado, y no puede utilizarlo para nada, ya que reclama ser totalmente para él porque Él es el único necesario y el único suficiente. No sirve para nada en el orden material, ni es útil ni necesario para nada mundano. 




8. La pregunta del hombre por Dios ha existido siempre en nuestra historia a la vez que la fe y la manifestación de Dios le han acompañado. A ese acontecimiento inesperado e inconstruible, en el que ha reconocido presente a Dios en su historia, llamándole, dándosele y preguntándole, lo ha reconocido como autorrevelación y autodonación. Pregunta del hombre a Dios y pregunta de Dios al hombre han ido unidas y son inseparables ¿Hubieran perdurado vivas durante los siglos tanto la pregunta del hombre como la respuesta de Dios si no hubiera habido una real y personal manifestación de Dios 




9. Las afirmaciones hechas hasta aquí en las que se presupone que la pregunta por Dios surge y se explicita en las situaciones límite debe ser matizada y relativizada: en la luz de nuestra conciencia Dios puede hacerse presente a muchos hombres en situaciones insignificantes de la vida cuotidiana. De pronto en medio del vivir siente delicadamente una presencia sagrada llamándole por su nombre y esperando la respuesta. Hay formas de vida que hacen posible ese descubrimiento de Dios y otras en las que es imposible que esa presencia se manifieste. Un deseo, que es un imperativo, manifestado repetidas veces en la Biblia, es este: “Ojalá escuchéis y oigas la voz de Dios : no endurezcáis vuestro corazón” 




10. La pregunta por Dios por sí sola no engendra la fe. Esta es resultante de una llamada de Dios a la libertad del hombre, que incluye intelección y decisión. El puede responder oyendo, obedeciendo y siguiendo la luz y el camino que a su conciencia iluminada se le muestran, o rechazar la llamada. Este proceso que incluye los binomios pregunta-respuesta, llamada-seguimiento, tiene lugar implícitamente en todos los creyentes, y se expone analíticamente en la historia de los conversos. Grandes testigos y atestadores de este encuentro entre la llamada divina y la respuesta humana, son, entre otros muchos creyentes pecadores, los grandes santos. Ejemplos máximos por ejemplo son San Agustín, narrando y dando razón de su itinerario desde la cultura antigua hasta la fe en Cristo y su inserción en la iglesia y Newman haciendo lo mismo desde la cultura moderna. 




Olegario González de Cardedal

Comentarios

Entradas populares de este blog

Clasificación de valores en Ortega y Gasset

diferencia entre Sinodo y Concilio

Diferencias y semejanzas entre el Bautismo de Juan Bautista y Jesús