(San Francisco, Antífona del Oficio de la Pasión).

 «Santa Virgen María, no ha nacido en el mundo ninguna semejante a ti entre las mujeres, hija y esclava del altísimo y sumo Rey, el Padre celestial, Madre de nuestro santísimo Señor Jesucristo, esposa del Espíritu Santo: ruega por nosotros... ante tu santísimo amado Hijo, Señor y maestro» (San Francisco, Antífona del Oficio de la Pasión).


Empieza con un saludo y la honra por ser santa, virgen, madre, esposa, hija y esclava. Después hace una súplica, un ruego, una petición, pero no de una forma egoísta, sino que pide su intersección ante su Hijo por todos nosotros. Alaba también a Jesucristo llamándolo Señor y maestro.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Clasificación de valores en Ortega y Gasset

diferencia entre Sinodo y Concilio

Diferencias y semejanzas entre el Bautismo de Juan Bautista y Jesús