Diosa madre y Dios padre
Hace 4000 años, a finales de la Edad del Bronce y principios de la Edad del Hierro, desaparece la Diosa madre y aparece el Dios padre, dos versiones contrapuestas.
La cultura de la divinidad femenina implica la percepciónl de “universo como todo orgánico, sagrado y vivo” , una cosmovisión en la que la humanidad y la vida vegetal y animal forman un todo con la misma divinidad: todo “está entrelazado en una red cósmica que vincula entre sí todos los órdenes de la vida manifiesta y no manifiesta, porque todos ellos participan de la santidad de la fuente original”
La cultura de la divinidad masculina pone a Diios padre fuera de lo creado y lo ordena del exterior. La naturaleza es caótica, irracional y no divina. Se separala mente de la materia, el alma del cuerpo, el pensamiento del sentimiento, el intelecto de la intuición y la razón del instinto. Si, además, el polo «espiritual» de estas categorías duales se valora más que el polo «físico», ambos términos caen en una oposición tal que es casi imposible volverlos a reunir sin antes disolverlos
Desde entonces la cultura humana ha vivido un desequilibrio entre los principios femenino y masculino, ya que la religión de la diosa madre implicaba también el necesario equilibrio y coexistencia de los dos sexos para el nacimiento de la vida, mientras que, en la cosmovisión que dicta el principio masculino de la divinidad, lo femenino aparece desterrado y demonizado, en cuanto que es considerado naturaleza, materia, y no espíritu. La diosa se hace clandestina y donde se hace presente en en la mística
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