Diez principios para el humanismo del siglo XXI



Julia Kristeva

Diez principios para el humanismo del siglo XXI en Cuadernos de literatura VOL. XVII nº33 • ENERO-JUNIO 2013,407-412


¿Puede todavía hablarse del humanismo? O, mejor: ¿puede hablarse el

humanismo?

El humanismo secularizado es el heredero a menudo inconsciente de este humanismo cristiano, entendido como un ir más allá de lo humano gracias al acoplamiento del deseo y la razón en el lenguaje, si se trata de un lenguaje de amor.

Diez invitaciones a pensar vías de comunicación entre nosotros.

1. El humanismo del siglo XXI no es un teomorfismo. No tiene forma o alguna característica de la divinidad

2. Proceso de refundación permanente

3. Hijo de la cultura europea, el humanismo es el encuentro de las diferencias

culturales favorecido por la globalización y la numerización.

4. Humanistas, “no somos ángeles, tenemos un cuerpo”.


5. El humanismo es un feminismo. La liberación de los deseos tenía que

conducir a la emancipación de las mujeres.

6. Humanistas, es por medio de la singularidad compartible de la experiencia

interior que podemos combatir es la automatización en curso de la especie humana. 

7.  retomar los códigoz morales e inmemoriales,sin debilitarlos, para problematizarlos y renovarlos en vista de nuevas singularidades. Hya que reinscribirlos, pensarlos y revivirlos



8. Hay multiplicidad de culturas, de religiones, de gustos y de creaciones. el humanismo debe

inscribir la mortalidad en el multiverso de lo vivo y de lo cósmico.

9. ¿Quién podrá hacerlo? El humanismo, porque él cura. El cuidado amoroso del otro, la cura ecológica de la Tierra, la educación de los jóvenes, el acompañamiento de los enfermos, de los discapacitados, de los que envejecen, de los dependientes, no detienen ni la carrera hacia delante de las ciencias ni la explosión del dinero virtual. 

10. El hombre no hace la historia, pero la historia somos nosotros.Ni dogma providencial, ni juego del espíritu: la refundación del humanismo es una apuesta.


La era de la duda ya no es suficiente. Frente a las crisis y las amenazas, cada vez más graves, he aquí venida la era de la apuesta. Osemos apostar por la  renovación continua de las capacidades de los hombres y de las mujeres para creer y saber juntos. Para que, en el multiverso rodeado de vacío, la humanidad pueda perseguir por largo tiempo su destino creativo.

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