El Guernica de Picasso como primer cuadro de la muerte de Dios.



Teología del Guernica.

El Guernica de Picasso como primer cuadro de la muerte de Dios.

Hector Solsona Quilis  A Parte Rei 20


La contemplación del Guernica aderezada de los conocimientos históricos de lo acontecido pasa desapercibida sobre la imagen del inconsciente colectivo religioso que se puede rastrear en las tradiciones vivas de la Navidad e incluso en la Historia del Arte europeo. Interior y exterior se confunden en el Guernica porque allí donde se posa la mirada del contemplador sólo encuentra violencia y alarido. Un alarido que resuena en el cuerpo y en espíritu, como en el Grito de E. Munch. 

Con el paso del tiempo el Guernica significará lo que signifique según el pie de foto que se le quiera poner, según la memoria histórica que le acompañe y la interpretación política que se le quiera dar. Picasso regalaba postales del Guernica a los nazis que lo visitaron en Paris, “un recuerdo”, decía el genio como rechazo. 

Está claro que se puede rastrear en el fondo de la tauromaquia y la obsesión minotaurica de Picasso el origen del Guernica, sobre todo en los aguafuertes dedicados al Minotauro, a las Mujer Torero, y otros, entre 1933 y 1934, de los que sin lugar a dudas Picasso extrajo soluciones para el Guernica. 

Esta solución explica plásticamente el Guernica por su arqueología que mi interpretación. También el titulo del cuadro nos da una guía de interpretación. Pero Picasso decía que él nunca pintó la guerra pero que la guerra estaba en su pintura. No me cabe más que asentir a ello. 

Ahora bien, si no pintó la guerra, como él mismo afirmaba, pero la guerra estaba en su pintura, habrá que preguntarse qué guerra es la que está en su pintura. 

Desde mi punto de vista se trata de una guerra intestina. El impacto de Gernika sobre el espíritu creador de Picasso supuso la ruptura definitiva de ese espíritu con una tradición espiritual europea. En el Guernica, Picasso enuncia a su modo la “muerte de Dios”, y lo hace de una forma macabra ( porque hace aparecer en el terreno de lo empírico lo que es metaempírico) y transgresora (porque atenta contra los cánones tradicionales del artista cristiano en lo que se refiere a lo que representa) poniendo en negativo lo que era positivo. 

Así de sencillo, como corresponde a un genio. Y se afilió al Partido Comunista en 1944. Picasso no dice que el dios sea perverso, cruel y malo, tampoco nos quiere dar por medio de la contemplación del Guernica y su secreta historia sagrada la esperanza. Más bien, parece indicar que no hay dios, que no lo hubo, que no lo habrá en Guernica, Coventry, Dresden, Hiroshima... 

La teología del Guernica no responde a una narración sagrada porque es la narración de la profanación de algo tenido por sagrado, y pone misteriosamente lo sagrado en relación con la violencia. Decía Adorno que después de Aushwitz ya no se podían escribir poemas. Después del Guernica cualquier teodicea es infamia. 

Y nosotros ¿Qué rechazamos, todavía, en el Guernica?

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