LA UNIDAD DEL SABER EN JOHN HENRY NEWMAN






LA UNIDAD DEL SABER EN JOHN HENRY NEWMAN


Francisco Javier Aznar Sala

https://revistas.ucv.es/scio/index.php/scio/article/download/951/1090?inline=1

Resumen: John Henry Newman (1801-1890) ha sido una figura relevante dentro del mundo religioso y universitario, no en vano se trata de una autoridad eclesial y académica de perenne referencia cuando se quiere hablar de educación superior. Todas y cada una de sus ideas han ido jalonando el ideario de lo que ha de ser una universidad que se precie en llamarse católica, pues supo darle el toque de calidad que una universidad de este nivel ha de poseer en sus estudios. Para Newman la unidad de vida es algo sustantivo de la cultura católica y esta línea de actuación fue la que guió sus pasos cuando recibió el encargo en 1851 de fundar la Universidad Católica en Dublín. El mundo universitario representa para el cardenal Newman la totalidad del saber sin exclusión alguna. Su legado no muere y se presenta en pleno siglo XXI como una de las referencias más adecuadas para entender el quehacer universitario en todos sus ámbitos.

Palabras clave: Newman, Ciencias, Verdad, Universidad, Filosofía.

Para el cardenal John Henry Newman, convertido al catolicismo desde el anglicanismo y recientemente canonizado por la Iglesia Católica (2019), la razón y la fe poseen la virtud de otorgar un logrado sentido humanístico a la acción educadora que requiere de la religión y de la moral para que la dimensión intelectual llegue a su culmen. Se trata de un tipo de saberes completamente legítimos y en nada extraños al saber universitario que se forjó sobre estas mismas premisas y que en el presente pretende una autonomía que le empobrece.

El alumno es mucho más que una serie de posibles capacidades intelectuales y de ser entendido como un mero proyecto dirigido hacia el ejercicio de una labor profesional utilitarista. No se le puede coartar en justicia el derecho a crecer en todas las dimensiones que le permitan un perfeccionamiento integral. Se trata de una visión educadora de máximos y no de mínimos. Los prejuicios racionalistas que hace décadas se han establecido en relación al espacio que ha de ocupar la Teología en el plan universitario, no dejan de ser artificiales, cuando no plagadas de ideología. Todo ello ha orillado un tipo de saber que es necesario para todo estudiante y lo que se ha resentido es el concepto mismo de verdad. La Universidad debe ser entendida como un todo armonioso que se establece desde la misma estructura de la diversidad de conocimientos.

Newman supo establecer las relaciones pertinentes entre los distintos saberes y crear entre ellos puentes de conexión que sería oportuno que se dieran en la atmosfera universitaria. La relación entre profesores de distintos departamentos, sin olvidar a los alumnos, permitirá que cada ciencia crezca más y mejor en la simbiosis que permite el diálogo interdepartamental. La correspondencia entre estos permitirá actualizar los saberes y el mismo conocimiento que entra en las aulas que, lejos de estancarse en sí mismo y en su única verdad, aparecerá como un saber fresco y novedoso en relación con el resto y en constante crecimiento.

El quehacer universitario tiene la obligación intrínseca y diríamos, casi moral, de actualizarse constantemente en sus saberes y sus guías metodológicas, pero sin quedarse en el método, sino que este es solo una herramienta que indica un camino. Ello conducirá a que los alumnos, lejos de estudiar saberes fragmentados y sin conexión aparente entre sí, sepan tender lazos desde una adecuada base filosófica hacia otra empírica y, aquello que aprendan, quedará enmarcado en una visión amplia de las distintas ramas del saber donde quepa la apertura a las cuestiones últimas.

Todo esto conlleva un trabajo previo que el profesorado deberá realizar entre departamentos y seminarios establecidos al caso. Este proyecto conjunto permitirá la adaptación y actualización del conocimiento, así como la iniciación a nuevas posibilidades y líneas de investigación. Pero no olvidemos que la universidad no es solo investigación sino que es educación y atención de sus alumnos, los cuales tienen derecho a que los saberes se les presenten como un todo orgánico y no en compartimentos estancos. Un esquema general de estudios y las posibles conexiones que entre ellos se establezcan será de enorme ayuda para un alumno que desea una visión general de lo que aprende. El alumno puede no saber esto por desconocimiento, pero cuando lo perciba comprenderá la riqueza de este modelo.

Por todo ello, la relación entre profesores y alumnos, acrecentará la pasión por el saber: por todo el saber. Las limitaciones que provengan del terreno ideológico deberán ser revisadas y aclaradas. Cada alumno estudiará con pasión la ciencia escogida por él, pero no por ello discriminará otros saberes que necesita para crecer humana y moralmente, siendo un modelo de servicio para la sociedad a la que sirva en un futuro. Este conjunto de saberes repercutirán en una labor más fundamentada y donde brille la atención a los demás. El estímulo que recibirá un estudiante desde esta perspectiva, dentro y fuera del aula, será determinante para que entienda que no únicamente requiere de un saber técnico en pos de un futuro trabajo, sino que su formación va más allá, pues demanda la excelencia. Caminará hacia la posibilidad de abrir una puerta de entrada al conocimiento universal y a la salud social.

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