Capitulo cuatro del Apocalipsis





El capítulo cuatro del Apocalipsis comienza una perspectiva celestial, mirando hacia la tierra. Para explicar las cosas celestiales usa símbolos, aunque la realidad es superior a esos símbolos. 


En ese cielo está el trono de Dios. Juan ve la puerta abierta del cielo , y la invitación a entrar para conocer el futuro y Juan se llenó del Espíritu, y en el trono, existía uno sentado y Dios que gobierna desde ese trono, con destellos de luz, y un arco iris recordatorio de la promesa de Dios a su pueblo, ve veinticuatro tronos menores, con veinticuatro ancianos que representan al pueblo de Dios, hombres redimidos y glorificados con cantos de adoración. Y con la presencia del Espíritu también vio los cuatro seres viviente que comprenden y saben más que cualquier hombre viven para adorar a Dios y lo llaman Santo de forma enfatizada. Y estos mueven a los ancianos a la adoración, reconociéndolo como digno de recibir la gloria y la honra y el poder, a ese Dios creador

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