¿Aporte del carisma franciscano a la investigación humanística?
Óscar Tamara Puerto. «Editorial Franciscanum182 ¿Aporte del carisma franciscano a la investigación humanística?».Franciscanum 182, Vol. 66 (2024): 1-4.
La investigación en las humanidades y ciencias de la educación ha adquirido un renovado enfoque humanista en las últimas décadas, en particular, a través del lente del humanismo franciscano, que pone en el centro de la reflexión la dignidad del ser humano y su interconexión consigo mismo, el otro y la creación. En este contexto, el trabajo humanístico desde la singularidad se ha convertido en un medio poderoso para que la comunidad académica y los centros de investigación no solo profundicen en su conocimiento de la fe, sino que también se formen como personas comprometidas con los valores de compasión, solidaridad y respeto por el prójimo, fundamentales en la tradición franciscana.
El humanismo franciscano, inspirado en las enseñanzas de San Francisco de Asís, tiene como base una visión profundamente integradora del ser humano. Esta tradición subraya la idea de que todos los seres están interconectados en su relación con Dios con la naturaleza y con los demás. San Francisco veía en cada ser humano una imagen de Dios y enseñaba que el respeto y el cuidado mutuos no solo eran necesarios, sino sagrados. En este sentido, la investigación humanística que adopta este enfoque va más allá del análisis abstracto de los textos sagrados o la mera especulación doctrinal para convertirse en un espacio donde el ser humano es contemplado en su plenitud.
El trabajo humanístico en este ámbito permite investigar y reflexionar sobre cómo los valores franciscanos de la minoridad, humildad, pobreza y fraternidad pueden ofrecer respuestas a los problemas contemporáneos, como la desigualdad social, la crisis ecológica y la fragmentación de las comunidades humanas. Al fomentar la autonomía investigativa, el componente franciscano no solo promueve un crecimiento académico, sino también un desarrollo personal y espiritual profundo.
Hoy, uno de los retos a investigar es el aspecto axiológico de la Laudato Si’, encíclica inspirada en el pensamiento franciscano sobre el cuidado de la casa común; las implicaciones desde cada una de las carreras y líneas de investigación humanística franciscana, y la reflexión que busca transformar la relación de la humanidad con el mundo natural.
Además, el enfoque franciscano en la investigación humanística pone un énfasis particular en la acción, y el actuar. Para San Francisco, la vida de fe no podía limitarse a la contemplación, sino que debía traducirse en actos concretos de amor y servicio. De este modo, la investigación centrada en el humanismo franciscano no solo se preocupa por el «saber», sino también por el «hacer» y el «quehacer».
Esto exige que los académicos se conviertan en agentes activos de cambio, poniendo en práctica los valores franciscanos de justicia, paz y cuidado de los más vulnerables.
Sin embargo, este modelo de investigación autónoma también implica desafíos. La autonomía investigativa, inspirada en los principios del humanismo franciscano, requiere de un compromiso ético y espiritual profundo. No se trata simplemente de acumular conocimientos, sino de formar personas que puedan actuar con humildad, respeto y un sentido profundo de fraternidad. El riesgo en la educación teológica actual es que, en su esfuerzo por promover la autonomía, descuide el acompañamiento y la formación espiritual que es esencial para un verdadero enfoque humanista. La pedagogía franciscana, por tanto, debe ser un equilibrio entre el fomento de la libertad investigativa y la orientación pastoral, para asegurar que el trabajo autónomo esté siempre al servicio del bien común.
La investigación inspirada en el humanismo franciscano encuentra su mayor relevancia cuando centra su mirada en Dios a través del ser humano, no solo como objeto de estudio, sino como sujeto de transformación. El trabajo humanístico en este contexto se convierte en una herramienta formativa integral que ayuda a la investigación y a desarrollar sus habilidades académicas, una conciencia ética y un compromiso activo con la humanidad y la creación. Así, la investigación humanística, cuando es verdaderamente franciscana, no es un ejercicio meramente intelectual, sino un acto de amor que busca transformar tanto al investigador como al mundo que lo rodea.
Por ejemplo, el concepto de imago Dei (imagen de Dios) en la tradición cristiana no solo aborda la dignidad intrínseca del ser humano, sino también la responsabilidad ética que conlleva vivir de acuerdo con esa imagen (González, 2019). En el marco del trabajo humanístico el investigador puede desarrollar proyectos que analicen cómo este concepto se aplica en el contexto contemporáneo, como en temas de justicia social, derechos humanos y ecología.
La teología práctica franciscana es un campo que enfatiza la conexión entre la fe y la acción en la vida cotidiana. En este sentido, el trabajo autónomo permite a los estudiantes de teología aplicar conceptos teóricos a situaciones concretas, promoviendo el desarrollo humano integral. La investigación autónoma en teología práctica puede abordar temas como la pastoral, el acompañamiento espiritual, la justicia social y el diálogo interreligioso, todas áreas donde el enfoque en el ser humano es esencial. Un componente clave en el pensamiento teológico humanístico franciscano es la ética teológica, que invita a reflexionar sobre los principios que rigen las acciones humanas en la vida cotidiana.
En este ámbito, la investigación ofrece la oportunidad de explorar dilemas éticos contemporáneos desde una perspectiva teológica, como el bioeticismo, la pobreza, la guerra o el cuidado del medio ambiente. El enfoque en la dignidad humana y el respeto por la vida se convierte en un punto focal de muchas investigaciones autónomas. La investigación franciscana, a través de una investigación universitaria, puede desarrollar proyectos que examinen la relevancia de principios teológicos en el mundo moderno, como la justicia social,
la equidad y el amor al prójimo (Hauerwas, 2020).
El trabajo de investigar la teología franciscana no solo contribuye al crecimiento académico, sino también al desarrollo espiritual y humano del estudiante.
A medida que los estudiantes investigan temas complejos de fe, ética y la naturaleza del ser humano, también profundizan en su propia comprensión de la espiritualidad y la trascendencia. Este proceso reflexivo y autónomo es clave para una formación teológica integral, que no se limita a la acumulación de conocimientos, sino que fomenta la transformación personal (Vega & Espinosa, 2021).
González, J. (2019). La imagen de Dios y su relevancia en la ética cristiana contemporánea. Editorial Teológica.
Hauerwas, S. (2020). The Peaceable Kingdom: A Primer in Christian Ethics. University of Notre Dame Press.
Vega, L., & Espinosa, R. (2021). Espiritualidad y educación teológica: Perspectivas para el siglo XXI. Ediciones Teológicas
Comentarios
Publicar un comentario