¿QUIÉN ES ROBERT FRANCIS PREVOST?

 

Este artículo ha sido publicado en la Revista Iglesia Hoy de los padres franciscanos de Murcia.

¿QUIÉN ES ROBERT FRANCIS PREVOST?

                                                                                                Pilar Sánchez Alvarez

El día 8 de mayo de 2025 la Iglesia Católica eligió un nuevo Papa. El elegido fue Robert Francis Prevost, el 267 Sumo Pontífice, quien optó por el nombre de León XIV.

Esta fue la noticia dada por todos los medios, tanto creyentes como no creyentes y recibida por todos sin críticas ni burlas debido a la autoridad moral del papado. Fue comentada en todos los lugares de la tierra porque supuso una sorpresa para la mayoría, y, aunque su nombre estaba en la lista de los elegido para ser nombrado Papa, este cardenal era casi desconocido para muchos cristianos.

¿Quién es Robert Francis Prevost? Después de buscar en su bibliografía se conoce que nació en Chicago, luego es estadounidense, pero a la vez adoptó la nacionalidad peruana, siendo el primer Papa con doble nacionalidad. Esta circunstancia le permite conocer tanto la idiosincrasia de América del Norte como la del Sur.  Tiene profundas raíces multiculturales, ascendencia francesa, italiana, española y dominicana, e incluso en algunas referencias se expone un origen africano. Esta mezcla de países le da una ductilidad y flexibilidad en su personalidad, debido al conocimiento de esas diversas culturas, de sus tradiciones y de sus valores. Es tenista aficionado, amante de la lectura, de la música y del BéisbolCon un lenguaje coloquial se expresaría con la siguiente frase: “es un hombre de mundo”. 

Estudió Ciencias Matemática, Filosofía, Teología y completó sus estudios con un Doctorado en Derecho Canónico. Habla siete idiomas: inglés, español, italiano, francés, portugués, quechua, además de leer latín y alemán. Y es agustino. 

Su licenciatura en Matemáticas y su profunda fe, le capacitan para favorecer ese diálogo entre ciencia y fe, tan necesario hoy por los avances científicos en todas las materias, para explicar la compresión del cómo son las cosas y el por qué y para qué sirven, sin oposición, porque la una ayuda a entender el mundo natural y la otra el significado de la vida, complementándose, enriqueciéndose ambas de ese diálogo y depurando a la fe de supersticiones.    católica que, como ente independiente, tiene sus propios tribunales y jurisprudencia. Conoce pues toda la administración de la Iglesia, así como su dimensión y estructura social,  conoce “el Pueblo de Dios”.  

Es agustino, de la orden de san Agustín, comunidad religiosa de tradición mendicante,  basada en tres pilares: la vida en común, la búsqueda interior de Dios y la caridad fraterna. 

Esta espiritualidad prioriza la comunión de corazones y mentes (unitas), la conversión permanente y el compromiso activo con la comunidad, así como la oración. El Papa Benedicto XVI en varias Audiencia generales de 2008 destacó en San Agustín, la búsqueda de la Verdad, no como concepto sino en una persona, Jesucristo; la interioridad porque Dios está en lo más profundo del corazón por lo que se debe hacer oración y penitencia; el amor como centro de la vida espiritual porque es la esencia de esa vida; la gracia divina como don inmerecido para la salvación y la santificación: la conversión permanente porque la santidad en un camino continuo de transformación y la comunidad cristiana porque es la expresión tangible del amor y la unidad en Cristo. Y estos son los principios que este Papa tiene presente como agustino.

Cuando apareció por primera vez en la Logia Central de la Basílica de San Pedro, el Papa León XIV llevaba una cruz pectoral única. En ella se guardan reliquias de San Agustín, Santa Mónica, Santo Tomás de Villanueva, el beato Anselmo Polanco y el venerable Bartolomeo Menochio, como un testimonio vivo de fe y entrega. También en el escudo elegido  con sus símbolos explica su condición de agustino, un escudo dividido en dos partes. En la porción inferior, sobre un fondo claro, aparece un libro, un corazón y una flecha, de la Orden de san Agustín. Pero el más claro indicio de su agustinismo es el lema elegido: "In illo uno unum" (En Él, uno), tomado de un comentario de San Agustín sobre el salmo 127.

 

Pero también conoce a los dominicos pues el doctorado lo hizo con ellos En su formación académica también está presente Santo Tomás de Aquino, La filosofía de este santo representa la culminación de la Escolástica medieval y la respuesta más elaborada al problema fundamental de las relaciones entre la razón y fe.

 

 Conoce, por tanto, el intelectualismo, postura filosófica que enfatiza la importancia del intelecto y el conocimiento racional por encima de las emociones, los sentimientos y la voluntad y el voluntarismo corriente de pensamiento que otorga un papel central a la voluntad en la determinación de la realidad y la moralidad.

Si examinamos su trayectoria dentro de la Iglesia  sabemos que fue misionero en Perú,  Prior General de la Orden, Obispo de Chiclayo y Prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, Cardenal y Papa.

Fue misionero en Perú, un país que hizo suyo queriendo ser peruano como sus hermanos, dedicado a predicar el Evangelio, a transmitir la fe religiosa y, brindar ayuda humanitaria a aquellos que la necesitaban, que en esos momentos eran muchos los “descartados”. Demostró una empatía, una adaptación a las costumbres, lenguas y culturas locales,  una entrega generosa a su misión por lo que se ganó el amor de ese pueblo.  

Fue Prior general de la Orden, Obispo de Chilayo, lo que le dotó de una visión más amplia de los problemas internos de la Iglesia tomando una postura muy firme contra los abusos, comprometiéndose con la justicia y con las víctimas, así como su denuncia con las muertes producidas en ese momento por la situación política. Por su identificación con esos pueblos de América del sur fue nombrado Presidente de la Comisión para América latina, de todas las naciones de América del sur

Después el Papa Francisco lo nombró Perfecto del Dicasterio para los Obispos, responsables de ayudar al Papa en la elección de los Obispos y la supervisión de las Iglesias locales para que funcionen bien.Este cargo le permitió un conocimiento amplio de las necesidades de la Iglesia y de los problemas planteados en todos los continentes.

Al ser elegido Papa cambió su nombre por León XIV. ¿Puede significar algo esta elección?, ¿habrá tenido influencia León I el Magno, Doctor de la Iglesia, quien defendió a la Iglesia de las herejías?, ¿o de León VII que provocó la reforma monástica?, ¿ o de León XIII quien con su encíclica Rerum Novarum abordó los derechos de los trabajadores y el papel de la iglesia ante el capitalismo y el socialismo, un papa que promovió el dialogo y promotor de cambios en la iglesia? 

Lo cierto es que el nombre elegido por él ha dado esperanza a todos, por establecer la paz como una de sus prioridades, por su cercanía a los pobres y por su deseo de unidad en la iglesia.

A todo lo anterior hay que añadir rasgos de su carácter ofrecidos por todos los que le conocen. De él dicen que es reservado, moderado,  equilibrado, y muy espiritual. Características muy importantes para su nueva misión.

 

 Creo que con esta personalidad y su gran preparación puede enfrentarse a los múltiples desafíos actuales, como son la eliminación del eurocentrismo del catolicismo; el derecho a la igualdad de hombres y mujeres en el seno de la Iglesia, tanto en su dignidad como personas como en el ejercicio de los ministerios; el clericalismo, el pluralismo religioso; el desarme moral existente en este pensamiento liquido de la posmodernidad; las desigualdades sociales entre continentes; la falta de credibilidad en la Iglesia por sus  desorden actuales, tanto de fondo político como individual; la secularización interna; los avances tecnológicos cuando desvirtúan la dignidad de las personas; la crisis ecológica que está destruyendo la creación y el ecologismo descafeinado que no tiene en cuenta a las  personas…

Hoy se habla de la gran crisis de la Iglesia, pero, si analizamos la historia constatamos que ha habido épocas con tantas o más dificultades que las presentes y siempre Dios ha puesto los medios para salir triunfante de esos desafíos. Es necesario que la Iglesia afronten los cambios necesarios para ponerla en el siglo XXI y creo sinceramente que este Papa, con toda su preparación, con su visión universal, con su carisma agustiniano puede ser el instrumento para transformarla. 

Quiero terminar con unas palabras de Emily Dickinson :  “La esperanza es la cosa con plumas que se posa en el alma y canta una melodía sin palabras y nunca se detiene”. 

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