Revientan un acto de petición de perdón de la CONFER
La responsable de la ley que sacó de la cárcel a violadores revienta un acto de petición de perdón de la CONFER
La Iglesia en España vuelve a prestarse a ser objeto de ataques y vejaciones jugando al juego que le ha impuesto la izquierda. Irene Montero, quien fue la ministro del gobierno social-comunista responsable de una ley que puso el libertad a multitud de violadores, lideró el boicot a un acto en el que la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) se prestaba a pedir perdón por hechos que tuvieron lugar en una institución creada durante el franquismo y que siguió activa hasta 1985.
Irene Montero no recibió a las víctimas con las que ayer se manifestó
(InfoCatólica) Un acto organizado por la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) en la Fundación Pablo VI para pedir perdón a las supervivientes del Patronato de Protección a la Mujer, institución franquista que internó a miles de jóvenes españolas, fue interrumpido por un grupo de mujeres al frente de las cuales estaba Montero.
Cabe señalar que dicha institución se mantuvo años después de la llegada de la democracia en España. Finalizó oficialmente en agosto de 1985, cuando fue suprimido como organismo autónomo mediante un real decreto. Sus competencias en materia de protección a la mujer fueron transferidas a las comunidades autónomas, y en algunos casos, como en Andalucía, los centros continuaron operando bajo nueva gestión hasta 1988, cuando se cerró el último, la Residencia Guadalquivir.
Las mujeres del no
El evento, al que asistieron la ministra de Igualdad, Ana Redondo, no pudo clausurarse debido a los gritos de «verdad, justicia y reparación» y «ni olvido, ni perdón» de decenas de mujeres, que mostraron pancartas con la palabra «No».
El Patronato, que gestionaba centros religiosos para «proteger y educar» a mujeres consideradas «descarriadas» (como madres solteras, hijas de delincuentes o menores rebeldes), fue acusado de vejaciones, trabajos forzados, violencia física y psicológica, y sustracción de bebés. Sobrevivientes como Consuelo García del Cid, de 66 años, relataron experiencias de humillaciones, hambre y abusos, incluyendo intentos de robo de sus hijos. Otras, como Leire, denunciaron violaciones sufridas en los centros, y Micaela Ortiz recordó duchas frías y comida en mal estado.
El presidente de CONFER, Jesús Díaz Sariego, reconoció las «duras y dolorosas» experiencias de las víctimas y pidió perdón, admitiendo que el Patronato funcionó como un mecanismo de represión. Representantes de congregaciones religiosas, como Carmen Ortega de las Oblatas del Santísimo Redentor, también expresaron su arrepentimiento.
Irene Montero, presente en primera fila junto a la periodista Cristina Fallarás, exigió antes del acto que el Gobierno y la Iglesia entreguen todos los archivos del Patronato y anunció que Podemos registrará una comisión de investigación parlamentaria para esclarecer los hechos. También reclamó una ley sobre bebés robados y reparación integral para las víctimas. Montero denunció que el Patronato fue una herramienta de represión con «vulneraciones sistemáticas de derechos humanos».
Ana Redondo pero abandonó el lugar tras las protestas. Posteriormente, fuentes del Ministerio preguntaron por qué Montero no había recibido a las víctimas durante su mandat
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