Rafael Domingo Oslé, R. (2025). El sentido del cristianismo. Espiritualidad y trascendencia ante la crisis de valores de Occidente
Reseña de Rafael Palomino.PENSAMIENTO, vol. 81 (2025), núm. 314,
Rafael Domingo Oslé, R. (2025). El sentido del cristianismo. Espiritualidad y trascendencia ante la crisis de valores de Occidente, La esfera de los libros, 296 pp.
Rafael Domingo es un famoso catedrático de Derecho español que, desde la disciplina basilar del Derecho romano, ha proyectado su quehacer intelectual a los ámbitos de la historia del derecho, el derecho global, la teoría del derecho y la espiritualidad, siempre con un marcado acento interdisciplinar, tan necesario y valorado en el mundo académico del siglo XXI.
Para mí, Rafael Domingo ha sido, sobre todo, un aventurero intelectual que ha hecho de la labor universitaria un perpetuo desafío, un emprendimiento continuo, una apertura valiente hacia nuevos retos. Prueba de ello es, entre otras manifestaciones, su continua proyección internacional desde el comienzo de su carrera académica: fue becario de la Fundación Alexander von Humboldt en 1989 y 1995, Fellow del Instituto Straus para el Estudio del Derecho y la Justicia de la Universidad de Nueva York y Emile Noël Senior Fellow del Centro Jean Monnet de la misma universidad durante el curso académico 2011-12.
Pero sin duda esa proyección internacional se consolidó particularmente entre 2011-2023, periodo en el que trabajó en el prestigioso y conocido Center for the Study of Law and Religion de la Emory University en Atlanta, como Francisco de Vitoria Fellow on Law and Religion (2012-2016), como Spruill Family Professor of Law and Religion (2016-2023) y como co-director del programa en Cristianismo y Derecho (2020-2023). En este periodo, Rafael Domingo entró de lleno en los grandes debates jurídicos y sociales que se estaban viviendo en Estados Unidos con la publicación de sus libros God and the Secular Legal System de 2017, y Law and Religion in a Secular Age, de 2023. En la actualidad, Rafael Domingo ocupa la Cátedra Álvaro d’Ors del Instituto de Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra. Desde este puesto académico viene desarrollando una incansable labor de diálogo intelectual sobre las grandes cuestiones jurídicas y sociales de la actualidad. Y no deja de ser interesante comprobar que Rafael Domingo es también experto divulgador, como ponen de manifiesto sus brillantes intervenciones en la cadena americana CNN en español.
En esta ocasión, la obra El sentido del cristianismo. Espiritualidad y trascendencia ante la crisis de valores de Occidente parece el fruto del encuentro, en la trayectoria intelectual de su autor, de dos vectores de fuerza.
Por un lado, la propuesta intelectual lanzada por Joseph Ratzinger, Papa Benedicto XVI, en su conferencia de Subiaco de 1 de abril de 2005 en el monasterio de Santa Escolástica, al recibir el premio «San Benito por la promoción de la vida y de la familia en Europa». En aquella conferencia, Ratzinger concluye.: .llevar al extremo nuestro intento de comprender al hombre prescindiendo totalmente de Dios nos conduce cada vez más al borde del abismo, o sea, a prescindir completamente del hombre. En ese caso tendremos que dar la vuelta al axioma de los iluministas y afirmar que aun el que no logra encontrar el camino de la libre aceptación de Dios debería tratar de vivir y organizar su vida veluti si Deus daretur, como si Dios existiera..
Desde entonces, se ha planteado el papel del cristianismo como sustrato cultural necesario para Occidente y, a la larga también, para la humanidad. Junto con ello, a nivel nacional, en 2020 también surgió una pregunta en el horizonte cultural: .dónde están los intelectuales cristianos? La pregunta provocó. un improvisado debate de un buen nímero de ensayistas, en el que se señalaron significativas aportaciones, junto con notables claudicaciones y persistentes cancelaciones culturales de los católicos en España. Pues bien: me parece que este vector de fuerza interpela personalmente a Rafael Domingo para aportar su propio pensamiento.
Por otro lado, una sencilla pero significativa anécdota personal, con la que se abre el libro, es el segundo vector de fuerza que espolea al autor a brindarnos esta nueva obra. Una anécdota que parece comprometer el futuro del cristianismo y de la religión.
Sin embargo, Rafael Domingo, naturalmente optimista, muestra que el cristianismo hoy ofrece una contribución significativa a la construcción de una sociedad más justa y solidaria; el cristianismo puede iluminar la era secular, a condición de que sea capaz de experimentar una suerte de purificación, de .desclericalización, para un diálogo real, franco y abierto con el Occidente postsecular.
Esto .último es lo que desarrolla magistralmente en las páginas de la obra: un diálogo entre la cultura occidental y el cristianismo, siguiendo as. a la vuelta de los siglos la propuesta de Saulo de Tarso dirigida a una de las primeras comunidades cristianas asentada en Tesalónica: .examinad todas las cosas, retened lo bueno.. El libro es un calidoscopio que combina filosofía
(Sócrates, Aristóteles, Kant, Voltaire, Locke, Stuart Mill, Popper, Nietzsche, Taylor, Habermas, Arendt, Esquirol, Sandel, Dworkin, Waldron, Bentham, Singer, García Morente, Byung-Chul Han…), derecho (Gentili, Grocio, Harold Berman, B.ckenf.rde, Weiler…), política (Hernández-Gil, Tierno Galván, Belloch, Desmond Tutu, Bin Laden, Martin Luther King Jr., Nelson Mandela, John F. Kennedy, el wokismo, Sarkozy…), literatura (Sófocles, Unamuno, Camus, Dostoyevski, Chesterton, Jiménez Lozano, Rowling…), ciencia (Dawkins, Lennox, Flew…), arte (Stefano Maderno, Ruvlev, Durero, Da Vinci…), historia (el Edicto de Tolerancia de Galerio, la matanza de la noche de San Bartolomé, mayo de 1968, el nacimiento de Polonia, la guerra de Secesion americana…), con la vida diaria (un conductor de Cabify, una mujer leonesa en Senegal, un homeless en Atlanta…) Todo ello con una prosa ágil y profunda para subrayar las conexiones entre el pensamiento cristiano y las grandes líneas de fuerza que recorren el diseño de las sociedades actuales. Y también para señalar con rigor y amabilidad las .líneas rojas. no negociables que, para el cristianismo, separan una sociedad humana de la barbarie.
Los nueve capítulos del libro muestran la contribución del cristianismo a un modelo de sociedad que respeta, que tolera, una sociedad secular y libre basada en el amor, la comunión y el don, cuyos ciudadanos están revestidos de la dignidad de haber sido hechos a imagen de Dios. El cristianismo ayuda a configurar una sociedad que perdona, que comparte y que contempla.
Los nueve capítulos son puertas de entrada al .atrío de los gentiles. del que hablara Benedicto XVI: una invitacón a buscar la verdad juntos —creyentes y no creyentes— en un diálogo respetuoso y libre, en un espacio de encuentro veluti Deus daretur.
Los nueve capítulos, en fin, convierten este libro en un proyecto de reflexión y trabajo para creyentes y no creyentes con el fin de revitalizar la civilizacion occidental desde propuestas y puntos en comín. De ahí que este breve y rico ensayo tenga algo de punto de llegada y de partida, de invitación para seguir profundizando y compartiendo, para seguir dialogando.
Rafael Domingo concluye que, en una sociedad democrática y secular, madura y avanzada, es fundamental la apertura hacia la trascendencia y la espiritualidad, viviendo como si existiera un Dios-Amor, y respetando por igual los derechos de todos. En una sociedad así, añade, las únicas ideas que pueden prevalecer en Occidente son aquellas que protegen y promueven nuestras libertades.
Es amplio el espectro de posibles lectores interesados en este magnífico libro. No obstante, me parece que es de obligatoria lectura para todos aquellos que han pasado o van a pasar por las aulas universitarias, pues les proporciona una visión rica e integrada de la unidad y universalidad del conocimiento, entroncadas con la tradición cristiana. También para quienes seguimos en la Universidad —nuestro hábitat intelectual natural— este nuevo trabajo de Rafael Domingo aporta un modelo y una metodología de trabajo intelectual muy sugerentes.
– Rafael Palomino, Universidad Complutense
de Madrid.
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