Francisco es hijo de su tiempo
Es evidente que Francisco es un hijo de su tiempo, que habla perfectamente su lenguaje, piensa con sus categorías, sintoniza con su sensibilidad. En aquel mundo de juglares y caballeros, Francisco dirá, por ejemplo: «¿Qué son, pues, los siervos de Dios sino a modo de juglares divinos que deben elevar el corazón del hombre y encaminarlo hacia la alegría espiritual?». «Sufre la influencia de esa cultura caballeresca, y su devoción a la pobreza tendrá rasgos cortesanos. Su sueño caballeresco, encarnado en la visión de la casa repleta de armas, jamás desaparecerá por completo de su espíritu». Incluso el rechazo de los valores de la sociedad de su tiempo se hará «a través de un modelo cultural cortesano, feudal. J. Le Goff, Francisco de Asís entre la renovación y el lastre del mundo feudal, en Concilium n. 169 (1981) 311.
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