Teología de las religiones Knitter
Las cookies de este sitio se usan para personalizar el contenido y los anuncios, para ofrecer funciones de medios sociales y para analizar el tráfico. Además, compartimos información sobre el uso que haga del sitio web con nuestros partners de medios sociales, de publicidad y de análisis web
Desde su perspectiva, Paul F. Knitter, en sus últimos escritos, percibe que el paradigma teocéntrico que defendió con vehemencia en los últimos años del siglo XX no resiste a determinadas objeciones.
Por ello, propuso sustituir el modelo teocéntrico por lo que llama "reinocentrismo o soteriocentrismo".
Knitter observa que todas las religiones proponen un mensaje de salvación o liberación humana.
El criterio para valorar una tradición religiosa es su capacidad para contribuir a la liberación de las personas en lugar de ser fuente de esclavitud y opresión. En clave cristiana, una buena religión es aquella que construye una nueva sociedad.
Las religiones tejedoras de redes de solidaridad (la emergencia del Reino que ya se está fraguando) y por ello son “salvadoras” (liberadoras de la opresión).
En estos años, Knitter ha desarrollado un modelo de futuro liberador de las tradiciones religiosas en el que une estrechamente la doble preocupación de la praxis de liberación y el diálogo interreligioso.
El lenguaje de Knitter es contundente y no permite medias tintas.
Incluso llega a hablar de la necesidad de un matrimonio entre las teologías de la liberación y las teologías del diálogo interreligioso.
Un matrimonio no de conveniencia, sino por amor. Y con una tarea común: asumir juntos la responsabilidad global de lucha ante el sufrimiento humano: aquel sufrimiento humano provocado por la pobreza, la discriminación y a violencia, y el desgarro medioambiental que amenaza el equilibrio de los ecosistemas.
Desde esta perspectiva, la re-conciliación, la comunión con lo sagrado, conlleva la comunión con los sufrimientos de nuestro mundo.
La experiencia religiosa no es posible sin justicia ecológica global. Por eso llega a afirmar que el criterio universal de verdad en las religiones es el Bienestar ecohumano.
Pero esa tarea, este proyecto interreligioso y ecohumano es de gran envergadura. La liberación integral de la humanidad y de la naturaleza es una tarea demasiado grande para que descanse sobre una sola nación, una sola cultura o una sola religión. Se necesita el concurso de todas las religiones y culturas, ya que en todas ellas hay dimensiones liberadoras.
En palabras de Knitter, se requiere “una cooperación intercultural e interreligiosa en una praxis liberadora y un compartir la visión teórica de la liberación”.
La teología de las religiones se encuentra en estos momentos en una situación de búsqueda.
Es uno de los aspectos de las tendencias de las religiones para el siglo XXI.
No es fácil encontrar un consenso entre los partidarios de los tres paradigmas
(exclusivismo, inclusivismo y pluralismo) que parecen irreconciliables.
Por otra parte, parece que estos tres son excesivamente occidentales y los teólogos (sobre todo en Asia) buscan su propia identidad sin dejarse absorber por occidente.
Todavía falta mucho camino de búsqueda, reflexión, diálogo y estudio interdisciplinar e intercultural para llegar a posturas que respeten el pluralismo dentro de un modelo teológico común.
Palabras de Leandro Sequeiros.
Por ello, propuso sustituir el modelo teocéntrico por lo que llama "reinocentrismo o soteriocentrismo".
Knitter observa que todas las religiones proponen un mensaje de salvación o liberación humana.
El criterio para valorar una tradición religiosa es su capacidad para contribuir a la liberación de las personas en lugar de ser fuente de esclavitud y opresión. En clave cristiana, una buena religión es aquella que construye una nueva sociedad.
Las religiones tejedoras de redes de solidaridad (la emergencia del Reino que ya se está fraguando) y por ello son “salvadoras” (liberadoras de la opresión).
En estos años, Knitter ha desarrollado un modelo de futuro liberador de las tradiciones religiosas en el que une estrechamente la doble preocupación de la praxis de liberación y el diálogo interreligioso.
El lenguaje de Knitter es contundente y no permite medias tintas.
Incluso llega a hablar de la necesidad de un matrimonio entre las teologías de la liberación y las teologías del diálogo interreligioso.
Un matrimonio no de conveniencia, sino por amor. Y con una tarea común: asumir juntos la responsabilidad global de lucha ante el sufrimiento humano: aquel sufrimiento humano provocado por la pobreza, la discriminación y a violencia, y el desgarro medioambiental que amenaza el equilibrio de los ecosistemas.
Desde esta perspectiva, la re-conciliación, la comunión con lo sagrado, conlleva la comunión con los sufrimientos de nuestro mundo.
La experiencia religiosa no es posible sin justicia ecológica global. Por eso llega a afirmar que el criterio universal de verdad en las religiones es el Bienestar ecohumano.
Pero esa tarea, este proyecto interreligioso y ecohumano es de gran envergadura. La liberación integral de la humanidad y de la naturaleza es una tarea demasiado grande para que descanse sobre una sola nación, una sola cultura o una sola religión. Se necesita el concurso de todas las religiones y culturas, ya que en todas ellas hay dimensiones liberadoras.
En palabras de Knitter, se requiere “una cooperación intercultural e interreligiosa en una praxis liberadora y un compartir la visión teórica de la liberación”.
La teología de las religiones se encuentra en estos momentos en una situación de búsqueda.
Es uno de los aspectos de las tendencias de las religiones para el siglo XXI.
No es fácil encontrar un consenso entre los partidarios de los tres paradigmas
(exclusivismo, inclusivismo y pluralismo) que parecen irreconciliables.
Por otra parte, parece que estos tres son excesivamente occidentales y los teólogos (sobre todo en Asia) buscan su propia identidad sin dejarse absorber por occidente.
Todavía falta mucho camino de búsqueda, reflexión, diálogo y estudio interdisciplinar e intercultural para llegar a posturas que respeten el pluralismo dentro de un modelo teológico común.
Comentarios
Publicar un comentario