Alpujarra: pueblo hecho calendario




El pueblo hecho calendario: está en la Alpujarra y es famoso por sus merengues
El Ayuntamiento ha entregado ejemplares a los vecinos en los que puede verse una recopilación de imágenes del municipio realizadas por varios autoresEste municipio cuenta con una ermita en lo alto de un colina.


La Navidad ha llegado a Canjáyar con un detalle muy especial. La alcaldesa, Antonia Urrutia, ha hecho entrega a todos los vecinos y vecinas de los nuevos calendarios de 2026, un obsequio navideño que recopila una selección de imágenes del municipio realizadas por varios autores. Un gesto sencillo, pero cargado de identidad, Canjáyar convertido en calendario, mes a mes, rincón a rincón, como una forma de recordar que este pueblo de la Alpujarra almeriense es fotogénico por naturaleza.

Y no es para menos. Canjáyar es de esos lugares que siempre conservan una esencia propia. Un pueblo conocido por muchas cosas, entre ellas, sus tradicionales merengues, famosos en toda la provincia, y que en cada fotografía muestra un trocito de su patrimonio, su paisaje y su vida cotidiana.

Un balcón al Valle del Andarax

Subiendo hasta lo más alto del municipio se encuentra la ermita de San Blas, uno de los emblemas de Canjáyar. Es un templo modesto, de líneas simples y simétricas, construido en el siglo XIX sobre los restos de un antiguo castillo árabe. A pocos metros, se encuentra una figura en piedra de Cristo.

Pero la ermita es más que un templo. Es un punto de encuentro y un mirador donde se despliega todo el Valle del Andarax. Y muy cerca de allí, el Mirador de Manuel del Águila ofrece otra perspectiva, con vistas que en los días despejados alcanzan la silueta de Sierra Nevada.

Arte, devoción y una tradición que sigue viva

El cerro de San Blas cobra vida cada 20 de abril, cuando los vecinos celebran la tradicional procesión de la Santa Cruz del Voto, que se remonta al siglo XVII. Aquella cruz que, según la tradición, apareció milagrosamente tras una visión del sacristán, marcó para siempre el carácter espiritual del pueblo. Cada año, los canjilones suben hasta la ermita, una tradición que convierte este punto elevado en un símbolo cultural tanto para jóvenes como para mayores.

Con poco más de mil habitantes, Canjáyar mantiene intacta la esencia de los pueblos tradicionales de la Alpujarra. Muy cerca del núcleo urbano, la barriada de Alcora aporta su encanto rodeado de huertas y vegetación, con sus vistas amplias de toda la zona.

Este nuevo calendario que el Ayuntamiento ha repartido es, en cierto modo, un homenaje a todos esos paisajes, a sus tradiciones, a sus rincones más queridos y también a esos detalles dulces que forman parte de su identidad, esos deliciosos merengues que son una de sus señas de identidad.

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