La telivisión y los roles

La televisión es un medio de socialización muy importante y a través de ella, tanto los niños como las niñas captan los roles sociales que deben desarrollar, y que empiezan a aprender en el hogar, pero que la escuela reproduce, y los medios de comunicación afirman.



Pertiñez y su equipo de investigación (2005), en un estudio realizado analizando las series de animación emitidas en las cadenas generalitas españolas, de los 117 personajes estudiados, por cada personaje femenino, hay dos masculinos con independencia del país de producción de la serie, y las profesiones de los hombres suelen ser jueces, profesores, científicos y militares, mientras las mujeres son en un 35% amas de casa, y el resto maestras, brujas, conserjes y una psicóloga.
. También fuera de la familia se aprecian diferencias. Los comentarios como “esto no es de niños”, “qué niña marimacho”, “los niños no lloran”, “ que niña eres” “llora como una niña” hacen que perciban una imagen social determinada y que esta imagen va ligada al sexo. Los medios de comunicación, la publicidad y el sexismo están muy ligados.
Y en el trabajo también se da esa discriminación: A igual trabajo no se cobra el mismo salario, el paro de la mujer es más alto que el de los varones, la “doble jornada” de la mujer, el conocido “techo de cristal” que impide a la mujer escalar puestos en el trabajo.. .
La escuela reproduce estos comportamientos y transmite los patrones culturales de la sociedad y, si existe sexismo en la sociedad, la escuela transmitirá este sexismo a las generaciones nuevas.
Cuando los niños y las niñas llegan a la escuela traen aprendizajes adquiridos en la familia, que la escuela puede ampliar, transformar, eliminar, etc., porque ésta transmite conocimientos, y da información tanto de manera intencional, el llamado currículo explicito o no intencional, transmitiendo de esta manera valores, creencias, y actitudes, en el conocido currículo implícito.
En este sentido podemos observar, como en las escuelas sigue existiendo un estilo educativo masculino, y si analizamos el lenguaje, los espacios, los libros de texto, y las expectativas profesionales sobre el alumnado, encontramos unas actitudes sexistas no reconocidas por un profesorado, con la creencia firme de la superación del tema y con el convencimiento de que actualmente no existe el sexismo, pero si admiten la existencia de bromas, comportamientos, e insultos sexistas entre el alumnado, en los juegos, las canciones, y comportamientos entre los adultos que ponen en evidencia esta negación.

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